Beso robado

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Era un idiota.
Él era un idiota.

La perdí.
Yo me enamoré de él.

No quiero recuperarla.
Quiero olvidar pero no sé cómo.

Estará mejor con alguien más.
No quiero a nadie más.

La vi caminar por la calle aquel día, traía su blusa favorita, la que una vez toque y ahora sólo podía mirar de lejos.
Quise salir un día, ocupaba despejar mi mente. Eran las 12 de día y yo aún seguía en pijama así que tomé lo primero que encontré y no fue hasta que me vi frente al espejo que me di cuenta que traía la blusa que un día él quitó de mi cuerpo.

No soportaba verla con alguien más, pero tuve que obligar a mi mente de que yo era un idiota y al corazón de que ella merecía a alguien mejor.
Pasaron meses para pudiera recordarlo y que no doliera. No lo pensé, tuve la oportunidad y le dije que sí. Necesitaba olvidarlo.

Su pelo había crecido los últimos meses, recuerdo bien que me decía que deseaba tenerlo largo para lucirlo mejor. Ahora estaba con otro hombre y éste era quien lo podía tocar.
<¡Era inútil¡>, me repetía día tras día, no lo tenía frente a mi pero veía su rostro, no estaba mejorando estaba empeorando y lo sabía.

Todo el día había estado nublado y con lluvias constantes, no podía salir de casa. No tenía ninguna distracción lo que por ende era no poder dejar de pensar en ella.
La constante versión de mis padres disfrutando lo que era su día libre por el clima me mantuvo pensativa durante todo el día; mirarlos allí junto a sofá viendo cualquier película que estuviera en los canales disponibles. En cierto modo era ridículo, se miraban uno al otro mientras que la luz de la pantalla iluminaba sus rostros que se contemplaban uno al otro.

En mi ventana se observaban las gruesas gotas de agua que caían lentamente hacia abajo. No tenía otra distracción, lo había intentado todo y mi cuarto en el perfecto desorden que se encontraba me lo decía claramente, solo me detuvo el mirar la luz que venía de afuera del pasillo de mi casa y que apenas lograba iluminar el pequeño patio que tenía enfrente.
Mis lágrimas salieron en contra de mi voluntad, luego apareció  él enojo por no tener el valor necesario, quería hacerlo pero siempre encontraba un motivo para detenerme.

Me contenía... allí mismo, en mi habitación, de no caer, de no explotar, de no dejar de repetirme lo idiota que había sido. Pero necesitamos explotar para entender que es amor lo que sientes por esa persona.
Idiota... ¡idiota¡, ¡idiota!, ¡eres un maldito idiota¡, me repetía y trataba de creerlo, estaba recordando los momentos felices y eso me hacía empeorar. Quería odiarlo pero el orgullo se estaba acabando.

La quería junto a mi.
Llegue a mal decirlo y tirar su foto y luego a llorar y querer llamarlo.

Era un idiota.
Sí, era un idiota. 

Seguí en la ventana, esta vez que me puse enfrente de ella comencé a sentir los ojos pesados, no recordaba cuándo había sido él último día en que había podido dormir o comido algo.
No lo pensé. Solo lo hice.

Quería bajar a la cocina para hacerme algo de comer, pero no pude, no porque no quisiera o no tuviera la fuerza, mi vista estaba en los suelos y enseguida observe la foto que estaba en el piso. 
Podía observar las luces parpadear una y otra vez. Estaba helada y mi cuerpo empezó a dar sacudidas por los escalofríos.

Mi cuarto se oscureció por cuarta vez en la noche, seguía mirando la fotografía, me había puesto de pie trayendo conmigo la fotografía, estaba justo en mi ventana, cuando llamó unas luces fuera llamaron mi atención. 
Me asuste. Todo se había quedado en oscuridad por unos segundos y solo alcanzaba a ver la pequeña luz que mi bicicleta reflejaba.

La mire.
Voltee hacia su habitación y me di cuenta que me veía.

No podía creer que fuera ella.
Parecía perplejo por mi presencia fuera de su casa.

Baje lo más rápido que pude y cuando estuve en la puerta, la mire correr hacia mi.
Lo miré alejarse de su ventana y corrí para estar cerca de él lo más deprisa que me permitían mis pies.

Ella saltó hacia mi.
Él me atrapó.

Toque su piel mojada, su cabello, su rostro, cada parte de ella.
Estaba en sus brazos y todo aquello me parecía irreal.

Entré a casa con ella aún en mis brazos.
Me hice bolita en su cuerpo.

La baje lentamente.
Toque el piso con mis tenis mojados.

La miraba... con su pelo mojado, su ropa y su piel pálida, me parecía más hermosa que nunca antes.
Lo observaba, lento y a detalle, las ojeras bajo sus ojos me dijeron lo suficiente.

Abrace su cuerpo helado.
Sentí su calor en mi piel.

Su cuerpo me paralizó y la abrace con fuerza.
Su cuerpo me lleno de fuerza y supe que no quería estar en otro lugar.

La besé.
Me beso.

Y todo fue como ese día...
Recordé ese día, en él que me había robado un beso.

Esta vez no la tome por sorpresa.
Lo besé con ansias.

Solo ella me volvía loco.
Solo él me hacía feliz.

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2017 ⏰

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