Últimamente he tenido muchos cuadros de estos. O lo que sea que sean. Y con muchos quiero decir alrededor de 5 por semana.
Con lo curioso que soy, he estado probando algunas cosas mientras estaba bajo los efectos de este.
Y puedo decir que he aprendido a controlarlo. Bueno no a controlarlo del todo, pero si a hacer que suceda.
No se si me creas. Espero que no.
Resulta que hoy me quedé despierto hasta las 4am. Me sentía cansado, obviamente. Por lo que sabía que al cerrar los ojos me quedaría dormido. Fue entonces cuando me dí cuenta.
El cuerpo se relaja, se pone inmóvil y se duerme. Pero logré que solo el cuerpo se duerma, yo seguía despierto. Es un estado algo extraño y es mas extraño tratar de describirlo.
Al cerrar los ojos, me mantenía alerta, pendiente de, y principalmente, pensando en cualquier cosa.
Y resultó como me lo imaginaba, no me pude mover. Estaba despierto, podía oír el motor del agua subiendo, podía sentir la suavidad de la cama, pero no podía moverme, tampoco abrir los ojos.
Ya estaba familiarizado con el sentimiento, ese sentimiento de impotencia y miedo.
Pero decidí probar algo más. Como en otras ocasiones, la parálisis duraba no mucho tiempo. Por lo que esperé a que termine.
Entonces, volví a hacer lo mismo: cerré los ojos, me mantuve alerta, y en el ultimo momento levanté el brazo con toda la fuerza que pude antes de dormirme.
Mi cuerpo yacía inerte, excepto mi brazo. No sabía porqué, pero había funcionado. Con el brazo pude tocar mi nariz, mi cara. Pero era un sentimiento extraño. No se sentía igual a como cuando te tocas a ti mismo, sino mas bien como cuando tocas a alguien más. Poco a poco perdía control en ese brazo, era como si una fuerza lo regresara a donde debería estar.
No estaba contento con ello y con la curiosidad que me caracteriza decidí ir mas lejos.
Nuevamente repetí lo que parecía ya un ritual: cerré los ojos, me mantuve alerta, y en el ultimo instante no solo levanté el brazo, también abrí los ojos.
¡Lo había logrado! Me sentía tan emocionado, la emoción duró solo unos segundos.
Pues algo andaba mal, algo andaba muy mal.
Sentía que podía mover el brazo, podía tocar mi rostro, podía sentir el frío pasar por este. Pero esta vez podía ver, y podía ver como mi brazo no se movía en lo absoluto, este seguía inmóvil, igual que todo mi cuerpo.