El padre, el hermano y la novia

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La gente que está para ti, es la gente que te ama.

Jace estaba demasiado cansado.

Alec lo había llamado a la una de la mañana* para decirle que Max había despertado, la primera vez pensó que había escuchado mal por el cansancio pero después de que Alec se lo repitiera tres veces todo rastro de sueño desapareció de su cuerpo. Despertó a su padre para contarle lo sucedido, Stephen reservo el vuelo más próximo para Nueva York pero este no partía hasta las seis de la mañana.

Tomó ese tiempo despertar al resto de la familia Herondale, sobra a decir que Will decidió volver con ellos (era demasiado obvio para Jace que a Will lo ponía de los nervios haber dejado a Jem con Tessa), su abuela les preparó un bocadillo para el viaje mientras los tres preparaban sus maletas.

Haber vuelto a Londres fue reconfortante para Jace, después de todo fue su hogar por mucho tiempo, la primera vez que llego a la que fue su casa lo invadieron los recuerdos de su madre, incluso al primer lugar al que fue en la casa fue la habitación de Celine, se sentó en la que fue su cama y miró la foto de la boda de sus padres, estuvo allí hasta que su padre se sentó a su lado. Tenía grabadas en su mente las palabras que su padre dijo cuando miro la foto:

-Ojala hubiese sabido apreciar a tu madre.

Si eso fue duro, estar frente a la tumba de su madre lo fue aún más, fue bastante sorprendente el momento en el que su padre se derrumbó en lagrimas, se dirigió hacia el mientras estuvieron frente a la lápida con el nombre de Celine Herondale:

-¿Cómo sucedió?

-Fue un accidente de auto- respondió Jace mientras veía las lagrimas de su padre-, yo estaba en los asientos de atrás y volvíamos a casa, había nevado demasiado ese día así que las carreteras estaban resbalosas, uno de los autos del otro carril se desvío y choco contra el auto por nuestro lado, ella lo vio venir así que me grito que me metiera entre nuestros asientos. La persona que conducía el otro auto también murió.

Después de eso solo se habían sentado en una banca, uno al lado del otro, al volver a casa su padre se había puesto a hablar con Marcus e Imogen Herondale, los tres salieron llorando de esa habitación, sus abuelos lo habían abrazado y le habían dicho que lo amaban profundamente y que siempre sería un Herondale.

Mientras estaba en el avión pensó que extrañaría demasiado a esa parte de su familia, pero por ahora la otra parte de su familia lo necesitaba.

De cierta forma, sus heridas familiares estaban sanando.

***

Jace sonrió mientras cargaba a Max en sus brazos.

-Ahora eres mas pesado- se quejo el rubio en broma, el pequeño hizo un puchero.

-¿Acabas de llamarme gordo?- Max frunció el ceño y le dio un codazo-. No estoy gordo.**

-Por supuesto que no lo estas- negó Isabelle, Jace bajo a su hermano y comió un poco de pastel de chocolate que había hecho Alec, dormir solo tres horas en un curso de 24 horas estaba causando mella en su cuerpo y un poco en su mente.

-¿Te sientes bien?- le pregunto Alec, por la preocupación en sus ojos Jace debía verse realmente agotado.

-Si, solo… bien- Jace aún no se había disculpado con Alec después de la forma tan terrible en la que le había hablado, así que cada vez que lo veía pesaba en su conciencia.

-¿Estas seguro de que no quieres dormir un poco?- pregunto él ojiazul.

-No, estoy bien- aseguro Jace a pesar de su cansancio físico-. Además, quisiera quedarme un poco más con el, después de todo no estuve cuando despertó.

Secretos a voces (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora