When Tomorrow Comes {Camren Fanfic}

Capítulo Treinta y ocho: ¿Graduación?

Camila's P.O.V.

No me podía creer que fuera a graduarme. Yo, Camila Cabello, iba a ir a la universidad. 

El año se había pasado extrañamente rápido. Puede que por el hecho de haber tenido a Lauren prácticamente a todas horas al lado porque con ella el tiempo volaba. 

De todas formas, era incapaz de creerme que fuera a ir a la universidad, ni siquiera cuando me estaba maquillando para ir a mi graduación. No sabía muy bien qué ponerme porque nunca había estado en una graduación, pero Ally me ayudó y nos decidimos por un vestido rosa claro que me llegaba por encima de las rodillas. La longitud del vestido no es que fuera muy importante porque al fin y al cabo la toga lo taparía.

Lucy vino a mi casa para maquillarse conmigo y Verónica, su novia desde hacía un par de meses, fue a casa de Lauren para maquillarla a ella. Lucy me estuvo contando que Verónica la trataba muy bien y, bueno, cosas no aptas para menores de 16 años.

Cuando terminamos de arreglarnos, ponernos nuestras togas negras y nuestros birretes, Ally arrancó el coche y pasamos por casa de mis padres para irnos todos a la graduación. Lauren y yo quedamos en encontrarnos allí. 

"Camila, estás preciosa", me dijo mi madre cuando abrió la puerta. No sé dónde vio lo de preciosa porque lo único que se veía era la toga que me quedaba como un vestido diez tallas más grande.

Mi padre apareció con mi hermana y fueron a su coche para seguirnos hasta el instituto. Por el camino recibí un mensaje de Lauren:

"Estoy deseando verte, seguro que estás preciosa"

Sonreí al leerlo.

"Eso dice mi mamá, pero lo único que se ve es la toga negra", le respondí.

"No importa, tú estás preciosa con todo ;)"

"Pelota"

"Gracias, amor"

Sonreí de nuevo y guardé el móvil.

"Bueno, Camila", me dijo Lucy girándose en el asiento del copiloto para verme. "Normalmente las chicas pierden la virginidad en estas ocasiones... ¿Vas a seguir la tradición?", reí.

"Un poco tarde ya, ¿no crees?", Lucy asintió. "Pero no demasiado tarde para ti", alcé una ceja.

Lucy se sonrojó y se volvió a poner mirando a la carretera.

"Eso es verdad", añadió Ally.

"¿Para cuándo lo vas a dejar, Lucy?", me acerqué a ella y me apoyé en el respaldo del asiento de ambas.

"Pa-para cuando esté lista", estaba bastante roja.

"Venga... si por lo que me has contado lo estáis deseando", me acerqué a su oído. "¿No tienes ganas de saber cómo se sentirían sus besos en tu entrepierna?", le susurré.

"¡Calla!", gritó apartándose. Ally y yo nos echamos a reír. 

Unos minutos después llegamos por fin al instituto. Me bajé del coche y casi me caigo al pisarme la toga de los demonios. Obviamente Lucy y Ally aprovecharon para reírse de mí un poco, y Lucy dejó claro que me había pasado por haberla hecho sonrojarse en el coche.