Una alegría

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Narra Amanda;

- Amanda tienes que comer algo, hace días que no te levantas de la cama.

-¿Para que? Mi vida no tiene sentido, no sirvo para nada. Déjame dormir Helrrol.

-Se perfectamente que Drako no dejaría que estuvieras tantos días sin comer. Si sigues así, acabarás enfermando.

-Drako...¿Cuando volverá? - De pronto entra en la camareta un el cartero.

- Una carta para la soldado Amanda. - Se la entrega a Helrrol.

-Es de Drako! Toma.

Me siento rápidamente, cojo la carta, la abro y la leo;

Querida Amanda:
Ya me he instalado en el nuevo cuartel. Siento mucho no haberte escribido antes, pues no podía por que estábamos viajando en helicóptero y apenas había tiempo para comer y dormir.
En estos días no he pensado en nada mas que no fuera en ti. Me tengo que acostar, espero que esteas bien. Un beso.
Firmado; Drako.

-Pásame papel y un bolígrafo, por favor.

-Aquí tienes, pero cuando termines de escribir la carta te quiero en el comedor para desayunar. Si no me chivo a Drako

-Vale, al terminar iré a desayunar. - Ahora a escribir a mi amado.

Querido Drako: Me alegra recibir noticias tuyas, estaba muy preocupada. Estos días no he tenido ganas de nada. Yo también he estado pensando en ti en todo momento. Espero que te encuentres cómodo en ese cuartel. Por cierto, he cogido tu cazadora para dormir, espero que no te importe, es lo único que tengo de ti. Espero que vuelvas pronto, te espero. Un beso. Firmado; Amanda

Meto la carta en un sobre, cojo un sello de la mesilla y escribo la dirección. Acto seguido me visto y me siento en la silla como puedo (con la cazadora de Drako en las piernas como una manta). Voy a mandar la carta y a continuación me dirijo al comedor. Una vez dentro, me acerque a la mesa donde está Helrrol.

-Me alegra de que te ayas recuperado con la carta.- Se levanta para ir a buscar mi bandeja, al volver me la deja delante y desayuno con el resto.

Al terminar voy a la sala de habilitación, no la abandoné hasta recibir un avance. Ya soy capaz de nadar sola. Después de tres horas. (Pero todavía no consigo caminar)

Al salir me dirigí a la parte de tiroteo. Esta vez solo practiqué una hora. Al terminar voy al patio donde encuentro todos los soldados en grupos. pero cambio de idea y me dirijo al aeropuerto, donde vi por ultima vez a Drako. Cuando vuelva quiero darle la sorpresa de poder caminar y podremos pasar más tiempo juntos.

-Veo que la carta de Drako que llego te ha animado por completo.

-Sargento. Siento mucho que el haber estados estos días din moverme de la cama.

-No te preocupes, por lo menos me han dicho que has progresado bastante en la rehabilitación. Si sigues así, pronto podrás volver a caminar y te iras incorporando poco a poco en los entrenamientos de obstáculos y de pelea fuerza a fuerza.

-Ojala señor. Ojala sea así. ¿Hay algún modo para que Drako pueda volver antes?

El sargento mi miro a los ojos, sonrió y se retiro.

Suena la señal de la comida, como de costumbre Helrrol me trajo la bandeja. Pero en un rato la conversación que teníamos en el grupo,(el del primer día en el comedor, cuando Drako presento a Amanda)empecé a encontrarme incómoda. 

-¿Sabéis por que desplazaron a Drako?

-Una misión, me imagino, pero ninguna le había durado tanto.

-No fue a una misión, os lo aseguro.

-¿Porque lo dices Bruno?¿No tendrás nada que ver, verdad?

-Helrrol. ¿Enverad me ves capaz de hacer algo así?

-No me sorprendería.

-Chicos... ¿De que estáis hablando? Drako esta en una misión ¿Verdad?

-Me temo que te equivocas- Empieza a sonreír con una sonrisa maligna.

-Bruno...¿Que has hecho?

-El día anterior al que se marchó, lo pille en la cocina preparando un colacao. ¿No te suena de nada Amanda?

-¿Lo... Lo castigaron por mi culpa? Y no me lo ha dicho...¿Por que?

En ese momento abandono el comedor y voy a ver al sargento, una vez en su despacho.

-Adelante.

-Hola señor, ¿me permite hacerle una pregunta?

-Pregunta lo que quieras soldado.

-¿Es cierto que desplazaron a Drako por un castigo?

El sargento miro hacia el suelo.

-Me temo que si.

-Pero... Es injusto, fue culpa mía. Yo fui quien le pidió que fuera a la cocina para hacerme un colacao.

-Pocos soldados admiten su culpa.

-Quien tendría que estar en ese cuartel soy yo no él.

-Pero el sabía a lo que se arriesgaba, ahora no hay nada que hacer.

-Pero, pero, yo... Yo no... No era mi intención.

Baje la cabeza para ocultar lágrimas traicioneras y el sargento abandonó el despacho.


Amor Militar (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora