Siempre fui chica, idiotas

CAPITULO 3

Baje del auto y me colgué el bolso al hombro, algunas miradas se posaron en mí, era la hora del descanso y todos estaban dispersos por el edificio.

Me habia negado a que mi papa me acompañara en mi primer dia de clase, lo convencí de que yo podría arreglármelas con la secretaria, así que me dejo y se fue.

Camine decidida hasta las puertas del edificio, mi cara comenzaba a arder al notar que me miraban muchas personas y apure le paso para entrar. Los pasillos estaban muertos y suspire con alivio, fui hasta la dirección y me senté en el sillón esperando a que la directora terminara de hablar con Derek, uno de los chicos bromistas de mi año.

-te puedo ayudar en algo cariño?-

Mire a la secretaria con una sonrisa y negué, -no gracias Mel-

Sus ojos se agrandaron un poco ante mis palabras, abrió la boca para decir algo pero la puerta de la oficina de la directora se abrió y me puse de pie. Derek me miro de pies a cabeza con una sonrisa y rodé los ojos.

Salió de la dirección y me acerque a la puerta por la que el habia salido de la oficina.

-pase- escuche decir a la directora

Entre y me fui a sentar frente a ella con una sonrisa.

-año?- pregunto mirandome con el ceño levemente fruncido

Bufe, -tercero-

-mm, no me informaron de una chica nueva en tercero, cuál es tu nombre?-

Saco un montón de papeles que parecían listas de asistencia de un cajón y la mire arqueando una ceja.

-Emma Payne-

-muy bien Emma… Emma?- su cabeza se disparó hacia arriba y me miro con los ojos como platos

-sí, tuve un… largo, verano-

-ya veo- murmuro, se sacó sus gafa y las limpio un poco con su blusa, -pero mírate Emma, te ves preciosa!-

Solté una risita, -gracias, mama amara saber que te gusto tía Lucy-

-supuse que tendría algo que ver, que tal el verano en parís?-

Comencé a contarle un poco de lo que habia hecho con mi madre y mis primas, parecía muy impresionada por mi cambio y repito varias veces que sentía no haberme reconocido. Si, la directora es la hermana de mi padre, así que es mi tía, por supuesto nada de lo que Liam y los chicos se aprovechen. Noten el sarcasmo.

-bien, le diré a Melanie que imprima tu horario y te hare una nota para que el señor Anderson te deje pasar-

-gracias-

La seguí fuera de su oficina, Melanie lucia igual de sorprendida que mi tía cuando escucho mi nombre y no pude evitar reír. Me entrego mi horario y mi tía la nota.

Agradecía los minutos extras que tenía para ir a acomodar los libros a mi casillero, estaba escrito debajo del horario el número y la contraseña así que me puse a buscarlo.

Fui al segundo piso, donde los casilleros de los de tercero estaban.

-392, 392- susurre para mí misma y sonreí al encontrarlo.

Acomode rapidamente mis libros que no usaría en el segundo periodo y me marche para encontrar mi salón.

Me asome por la pequeña ventana que la puerta tenia, dentro todo era un caos. Solté un risita.

-disculpe señorita, pero necesito pasar-

Me gire al escuchar la voz de mi maestro, ya los conocía a todo y el me caía bien la verdad. Esta prepa era un poco diferente, teníamos un profesor que nos daba todas las materias, a excepción de lenguas, y que mi maestro fuera el señor Anderson era genial.