Visita... - 訪問...

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Olor a pan recién horneado, huevos con su toque de mantequilla y un jugo de naranja con esencia fuerte, es lo que hacen que Víctor decida salir de la cama. Para entrar al baño sin prisa.

Volviendo a su rutina de la mañana comienza arreglarse, pero con una ligera diferencia en su mirada y andar.

—Japón, flores de cerezo, Japón, sake, Japón, Akijabar...—

Un estruendo de ollas y cacerolas suena en la planta baja, dando por terminado su balbuceo mientras termina de colocarse su pantalón negro pulcramente y salir deprisa de su cuarto.

Corriendo a toda prisa bajando sin un cuidado las escaleras, casi pisando de dos en dos los escalones; termina por llegar a la cocina.

Encontrándose con una escena que lo haría reír a carcajadas, si no fuera porque la voz de cierta persona lo detiene.

— ¡Vitya! — Yakov tirado en la cocina con un montón de tratos de metal encima de él, en una posición nada cómoda, lo mira suplicante. — ¡Ayúdame Vitya!

— ¿Yakov? —sorprendido por el estado en que se encontraba. — ¡¿Pero qué estás haciendo?! —cambiando su semblante de preocupado a divertido; observándolo aún tirado en el piso, intentado tapar con sus manos una sonrisa burlona.

— ¿Te vas a quedarte solo mirando? — la pregunta suena tan amarga.

— ¡Lo siento, Yakov! — su voz se vuelve amable y su mirada risueña. Mientras comienza ayudar a su entrenador a levantarse.

Yakov una vez en pie, comienza sacudir su traje tratando de arreglar a su estado original, suelta un gran suspiro para relajarse y centrar su mirada en Víctor.

— ¿Dónde está Yuri?

—No lo sé —. Poniendo un dedo en su mentón y tornando una mirada confusión mira hacia arriba como buscando la respuesta —yo también me lo estaba preguntando.

Un Yuri nada contento entra por la puerta trasera de la cocina enfurruñado dando zancadas en vez de pasos al caminar. Termina encolerizado al ver el estado de la cocina y el caos se desata...

— ¡¿QUÉ MIERDA LE HICIERON A LA COCINA?!

—Vamos Yuri, fue un accidente. No te enojes — la mirada tranquilizadora de Víctor hace presencia, levantando las manos para mostrar ansión de paz.

— ¿COMO NO ME VOY A ENOJAR? —ignorando la mirada de Víctor lo empuja levemente para hacerlo a un lado de su objetivo. —LO HICISTE DE NUEVO ¿VERDAD?

—P... pero ¿de qué hablas? — un Yakov nervioso estirando un poco su camisa de su cuello como si esta le asfixiara. Evitando la mirada Yuri a toda costada.

— ¡VOLVISTE A INTENTAR MERTERLE MANO A LA COMIDA! —apuntando con un dedo en la nariz del entrenador, tirando una mirada que al ir pronuncia palabras se tornaba con más desprecio.

—Pero que estás diciendo ¡Me estas levantando falsos! — cruza sus brazos totalmente indignado por tal acusación.

— ¡JA! Claro, claro, si no es así... ¿CÓMO ES QUE HAS CAÍDO EN MI TRAMPA DE CACEROLAS? —. Mostrando una risa sarcástica termina de atrapar al ya pálido Yavok. — Es que acaso ¿te comiste tu propia lengua?

Algo hastiado por la situación, Víctor decide ponerle fin a esa discusión. Tenía que hacerla de padre en estos casos. Un padre con mucha paciencia.

El suspiro del peli-gris hace que ambos lo miren. Tratando de sonar indiferente a la situación.

—Sí, sí. Como sea... ¿Por qué no mejor desayunamos?

Ito - nit' (いと - нить)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora