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La invitación se encontraba sobre la mesa, el papel fuera del sobre ya abierto.

- ¿Seguro que voy bien así? - preguntó Pablo mirando la carta, mientras su madre le colocaba la corbata de manera correcta.

La mujer se había ofrecido a ayudarle a encontrar un traje que le quedara bien, y que no le sobrara por todos lados como solía ocurrir y como le pasó en gala de los premios Goya.

-Sabes que no me meto nunca en tu vida, ni en como vistes, pero me cae bien Alberto y quiero que vayas impecable- le miró y Pablo puso los ojos en blanco – No pongas esa cara anda-

Le dio un beso en la mejilla y luego se fundieron en un abrazo.

-Gracias mama –

-De nada cariño-

El sonido del telefonillo interrumpió el bonito momento madre-hijo.

-Debe de ser Íñigo-

Y efectivamente era él.

Como siempre, Errejón iba impoluto, con una americana color gris y una camisa azul oscuro.

Se saludaron y se despidieron de la madre de Pablo, que ya se iba y dejaba a los "niños" solos.

-Joder macho, que pintas – comentó Iñigo cuando se quedaron solos.

-Cállate idiota – le respondió Pablo mirándose en el espejo y moviendo la cabeza en distintos ángulos evaluándose.

El otro le miró sonriendo y aguantando la risa.

-Vale, reconozco que estas "pasable"-

- ¿Pasable? - Pablo alzó una ceja.

-Vaaaale. Que estas muy guapo tío- Iñigo le abrazó y Pablo meneó la cabeza sonriendo.

-Venga, voy a echarme colonia y esas cosas y nos vamos. Que, con tanto abracito, se me va a arrugar el traje-

-Te espero –

***

Una vez subieron al avión que les llevaría a Málaga para la esperada boda, se acomodaron en sus asientos y tras charlar un poco, Iñigo dijo que iba a echar un sueño. Pablo conectó los auriculares al móvil y se puso a ojear sus redes sociales.

Abrió Twiter, y como no veía nada interesante, decidió buscar su nombre para ver si hablaban algo de él. Repartió algún fav, que seguramente alegraría a alguien en algún lugar y cerró la app cuando se aburrió. No había nada destacable ese día.

Seguidamente, abrió Instagram. No solía usarlo mucho, de hecho, en su cuenta apenas tenía unas 20 o 30 fotos. Tampoco seguía a muchas personas. Empezó a cotillear por aquí y por allá, entrando en un perfil y en otro, capturando alguna foto que le gustaba, cuando entonces lo vio. La imagen de Albert, mirando el mar de espaldas y sujetando un paraguas se le presentó delante y con el corazón acelerado decidió entrar en su perfil.

No pudo mirar nadas más en todo el viaje. Quizás, estaba siendo exagerado. Quizás su corazón latía tan deprisa por el exceso de cafeína esta mañana.

Pero no.

Fue bajando poco a poco, hasta llegar a otra foto en la que Albert salía con gafas de sol, en una pose bastante sexy.

Sintió calor de repente y tuvo que aflojarse la corbata, que le apretaba en el cuello como una soga. No tardó ni dos segundos en capturar esa imagen y otras muchas más. Miró de reojo a Iñigo, que por suerte dormía como un tronco. Rápidamente, se reenvió todas las imágenes a su correo personal y las eliminó del teléfono móvil.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2017 ⏰

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