capitulo lll

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ENEAS

La noche había caído desde hace una hora, Tayler había ido a buscar comida y al parecer había un lago y ahí consiguió pescado, ya todos habíamos comido.

-Nos turnaremos cada dos horas para hacer guardia.

-¿Quién te hizo líder?- Carol pregunto indignada.

-No empiecen está claro que nadie es el líder, sin embargo la idea de Eneas es buena.- Catherine (Cáncer) dijo

-Nadie pidió tu opinión pequeña mugrosa.- Carol dijo con tono repulsivo.

-Sé que está acostumbrada a esa mierda de que tú mandas y los demás obedecen, que todos están dispuestos a lamerte esos pies de perra que tienes, pero no aquí. – Catherine dijo de forma amenazante.

-¿De qué hablas?- Labet (libra) pregunto.

-¿No lo saben? Resulta que Carol no es como nosotros, ella viene de una familia adinerada con criados y todo eso, es tan insoportable que ni siquiera su madre la aguanta así que decidió mandarla como tributo a los reyes.

-¿Cómo sabes eso?- Adalia pregunto esta vez.

-Fácil era criada de su familia, afortunadamente quede seleccionada.

-Cállate maldita puta barata. Porque si de sacar verdades hablamos porque no dices que acostabas con mi padre cada maldita noche.

De un momento a otro Carol se encontraba golpeando a Catherine pero ella no se dejó desde mi punto de vista nadie estaba perdiendo o ganando la pele era pareja "Que divertido es esto" escuche murmurar a Gesh. Nadie quería separarlas así que tuve que hacerlo.

-Basta con esta pelea absurda de niñas de cinco años.- Agarre a Catherine por la cintura apartándola de Carol esta escupió sangre y Catherine tenía su ceja sangrando.- Me vale una mierda sus vidas, pero no permitiré que pongan en riesgo la prueba.

-Como sea.- dijo Catherine

Después de todo el alboroto se armaron los grupos en los que íbamos a dormir Catherine y Labet, Tayler y Carol, Gesh con Adalia y yo me quedaría haciendo guardia.

La noche era tranquila podía escuchar a los grillo y las corrientes de rio, todo era relajante. Espere mis dos horas hasta que Labet salió cubriéndome y yo me metí a dormir.

Lehynd (leo)

El bastardo me había agarrado, quería alcanzar mis cuchillos y ahí fue cuando me atrapo, me tenía agarrada de mi cuello con una mano y con la otra tenía atrapadas mis manos.

-¿Qué haremos contigo preciosura?- El hombre hablo de la forma más asquerosa y desagradable.

-Que asaco lávate los dientes maldito bastardo.- Escupí sin remordimientos

-Una pueblerina como tú no nos va a insultar.- Su compañero fue el que hablo esta vez.

Uno de los dos me golpeo varias veces.

Geraldina

No podía permitir que siguieran golpeándola sabia la mierda que era y no soportaba ver como se aprovechaban de alguien indefenso.

-Samuel tenemos que hacer algo, hay que ayudarla.- le dije en voz baja

-Geraldina se la impotencia que sientes pero no podemos hacer nada hasta armar un plan.

-A la mierda con eso Samuel, hasta donde sabemos podrían venir más gilipollas no hay tiempo.

-Mierda está bien tiene tus armas.- Pregunto desesperado

-Si una pistola.- Respondí.- Desde aquí puedo dispararle al que tiene la camisa roja, el otro se espantara o algo así y ahí es donde tu entras a atacarlo y yo voy por Lehynd.

-Hazlo rápido.

Y así fue como lo hicimos le dispare a uno dándole en la cabeza, el otro se distrajo y vio en varias direcciones para cerciorarse de donde había venido el disparo. Samuel lo ataco con un cuchillo clavándoselo en el estómago.

-NO LO MATES.- grito Velkan saliendo de su escondite junto con los demás.- Primero que les diga a su bola de compañeros que no vengan.

Percy y Samuel se encargaron de atarlo bien, ya que estaba atado Lehynd le clavó un cuchillo en la pierna.

-Disfrutas abusar de los demás ¿no es así?-Su voz estaba cargada de odio.- Espero que también te guste que te devolvamos el favor.

-Lehynd basta. Primero lo primero que les diga a sus amigos que no vengan y luego lo matas como quieras.- Dijo Velkan.

-No lo hare.- Dijo el idiota con una sonrisa en su rostro.

-No mierda no te preguntamos, lo vas a hacer carajo.- Samuel dijo alterado.

-Cálmate Samuel.- Dije tratando de relajarlos

-No Geraldina, no me digas que me calme.- Me miro con enojo.

-No grites, podrían escucharte y les harías todo más fácil, nos encontrarían en nada.- Le reproche.

-Hazle caso a tu amiguita marica.

-Mierda tú también cállate.- Dije acercándome a él.

-chúpamela preciosura. – Su sonrisa era desagradable, tenía los dientes podridos.

-Creo que aún no entiendes tu posición aquí. Si te decimos que te calles te callas, si decimos que te tragues tu mierda tendrás que hacerlo.- Esta vez Velkan contesto.- Ahora diles a la mierdera de tu pandilla que no venga.

-Ya te dije que no lo hare.

Percy le dio un golpe en la mejilla haciéndole sangrar su boca.

-Es absurdo no lo hará.- Armedia dijo.- Yo lo matare.- Alzó una ballesta apuntándole a la cabeza. Cuando estaba a punto de disparar este dijo.

-Es una trampa, siempre decimos eso para que les dé más miedo a los demás, ellos no se atreven a hacer algo porque piensan que cuando vengan los demás les ira peor y es más fácil, pero los otros no existen.

-¿Cómo sabemos que no mientes?- Armedia dijo, aun le apuntaba con la ballesta.

-¿Con que le avisaría? No tenemos con qué. Ustedes lo vieron jamás hice algo con lo que pudiera avisarle a los demás.

-Bien ya dijo lo que tenía que decir ¿Ya lo mato?- Interrogo Armedia.

-Ya.- Velkan

-No yo dije lo que querían oír.- Iba a decir algo mas pero ya no podía debido a la flecha que se encontraba en su ojo.

Después de eso nadie pudo dormir, empezamos a charlar unos con otros, yo no tenía ánimos, me encontraba preocupada por Gesh.

-Gracias.- Lehynd se acercó a mi.- Samuel me dijo que tú le disparate al otro chico.

-No hay de qué, pero a la próxima se mas cuidadosa.

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