VIII

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 El teléfono sonó y quede sentada del susto, no había dormido mucho y hoy tenía clases y sesión de fotos, tomé el celular y me lo llevé a la oreja.

- ¿Hola? - se me ocurrió mirar el reloj al lado de mi cama y me llevé un susto peor cuando vi que no  había escuchado la alarma.

- Hola Pepper, hablas con Adrien - ya me había levantado y estaba tirando las cobijas al suelo para poder tender la cama.

- Ahh, ¿Qué sucede? - Kat, mi nueva amiga águila se levantó del cojín donde había pasado la noche y flotó a mi lado, mientras yo escogía la ropa del día.

- Nada, solo quería ofrecerme a llevarte a la escuela - Kat iba a hablar pero la estruje con la mano que tenía libre.

- Sería fabuloso, gracias - el animal en mi mano se retorcía, tratando de liberarse.

- Te veo en un 20 minutos, ¿Puedes salir a la calle? - solté a la criatura y comencé a tender la cama mientras sostenía el aparato con el hombro.

- Sí, claro, muchas gracias - se despidió y colgué, solté un suspiro y el águila comenzó a hablar.

- No me vuelvas a apretar así ¡Nunca! - murmuré un ajá, mientras entraba corriendo al baño - Solo quería decirte que habías sacado dos medias derechas, de diferentes colores... - levanté una mano restándole importancia y entré a la ducha.

- ¿Por qué no me levantaste cuando sonó la alarma? - el sonido del agua ahogaba un poco nuestras voces pero podía escuchar bien.

- Porque no sonó absolutamente nada - me enjaboné y me coloqué shampoo, mientras trataba de recordar si había activado el despertador, salí y me envolví en una toalla, entré en la habitación y me vestí, recordando lo de las medias. Luego de pensarlo dos veces, tomé a Kat y la metí en mi bolso.

- No hagas ningún ruido, no te muevas y no dañes nada - coloqué mi telefono a su lado y ella se acomodó entre mis cosas.

- Esta bien, pero no me vayas a aplastar con nada - asentí y cerré la puerta detrás de mí. Bajé al trote y me encontré a Jackie en la cocina.

- Buenos días Jackie, lamento la tardanza - tomé una pera de un tazón, un pedazo de queso de un plato en la nevera  y una galleta de avena de una lata.

- Buenos días querida ¿Necesitas que te lleve? - preguntó mientras se volteaba y abría la nevera.

- Mmm... No... Adrian me... va a llevar - estaba comiendo el queso y ella me tendió una botella de jugo de naranja.

- Esta bien, que tengas un buen día - se despidió, yo ya iba a salir pero me volteé.

- ¡Gracias! - exclamé y salí corriendo, me detuve en la calle y revisé mi reloj, faltaba solo un minuto pero estaba a tiempo, abrí el bolso y vi a Kat acomodada en la pelusa del forro y con los ojos cerrados, introduje el pedazo de queso que me quedaba y se lo dí - Espero que te guste el queso - ella abrió los ojos y lo tomó.

- Como cualquier cosa, pero si no me alimentas me voy a comer tu tarea - torcí los ojos y acomodé la botella a su lado.

- Te puedo dar, pero después, no vayas a tratar de abrir la botella - ella asintió y comenzó a mordisquear el queso.

Adrien llegó puntual en su limusina negra y un hombre se bajó para abrirme la puerta.

- Hola, gracias de nuevo - dije mientras me acomodaba en la silla, al lado de Adrien.

- No hay de qué, ¿Cómo te terminó de ir? - tragué el pedazo de pera que tenía en la boca y le sonreí.

- Muy bien, aunque me molesta un poco la diferencia horaria - realmente no era solo eso, pero obviamente no iba a comentar lo de Kat y toda esa historia.

Eagle (Ladybug fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora