Capitulo 1.

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-¡Un feliz cumpleaños a ti!-entra mi mama cantando a mi cuarto con un pastel de chocolate en manos y 18 velas prendidas, seguida de mis amigos mas apegados: lore, Scott y Travis.

Inmediatamente me levanto de la cama, los observo a todos con una sonrisa de oreja a oreja.-Buenos días amor.- dice mi mamá con una voz dulce y despreocupada.-Ven, sopla tus velas.

Me acerco a ella, y aun con sueño, hago todos mis esfuerzos para soplar lo suficientemente fuerte y sucesivamente apagarlas todas.-Gracias mamá, te amo.- Le doy un beso en la mejilla y la abrazo.

-Felices 18 amiga.- dice lore, seguida de un abrazo.

-Si no fuese por nosotros, probablemente seguía durmiendo.-agrega Scott entre risas.-Feliz cumpleaños dormilona.

Travis esboza una sonrisa de lado, y corre enseguida a abrazarme.- ¡¡¡OHH EMA, ESTAS VIVA!!!.-lo dice en tono sarcástico, siguiéndole el juego a Scott.

Todos comenzamos a reír.

-Por dios, no me molesten, tampoco es tan tarde.

-Son las 3 de la tarde Ema, creíamos que hibernabas.- comenta Travis.

-¿Vas a seguir?-le lanzo una mirada asesina, pero luego exploto en carcajadas.

-Omitamos todos los comentarios sobre la hora y dejen a la pobre por lo menos en su cumpleaños, ¡bajemos a comer pastel!- dice lore riendo, con tono de entusiasmo.

-Adelántense, yo me cambiare.

Salen todos del cuarto uno por uno, luego cierro la puerta.

-¡NO TE VUELVAS A DORMIRR!- comenta Scott en un tono alto desde el pasillo.

Me he quedado hasta tarde dibujando, otra vez. Se ha convertido en una costumbre desde que cumplí quince años, cuando mi mamá me había regalado un set de lápices, crayones y marcadores de diferentes tonos y colores. Desde entonces dibujar se ha convertido en mi hobby, y no es por presumir, pero creo que me quedan realmente bien, los trazos, las líneas, el claroscuro y el difuminado, le presto mucha atención a cada detalle del boceto, y cualquier error, inmediatamente lo arreglo. Pero la pasión por el arte no se origino hace tres años, si no desde que tengo memoria, gracias a mi padre, el cual murió cuando debido a un accidente de auto, cuando tan solo yo tenia seis años, lo poco que recuerdo de los momentos que pase al lado de el, siempre fueron pintando, el si era un verdadero artista, no creo que algún día llegare a ser tan buena como el, pero ese es mi mayor deseo.

Busco en mi armario unos jeans negros apretados, un par de vans y un suéter holgado, me maquillo un poco y bajo junto a los demás.

-Espero que me hayan guardado pastel.-digo, luego de ver a todos con un trozo.

-Claro hija, toma asiento.-añade mi mama dulcemente, está de buen humor.

Me acerco a la mesa y mastico un trozo de mi delicioso pastel de chocolate.-¿saldremos hoy?

-Claro que si, hay un club nocturno cerca de aquí.-Comenta lore.

-Tienes 18, ya puedes entrar.-dice Scott amablemente.

-legalmente claro, como si no lo hubiese hecho antes.-añade Travis, con la intención de que nadie escuche.

Esbozo una sonrisa disimulada.

Scott y lore son mayores que Travis y yo por un año, ellos desde que cumplieron 18 se la pasan metidos en clubes nocturnos cada fin de semana. De vez en cuanto T
y yo los acompañábamos, siempre con identificaciones falsas.

-Diviértete hija, yo iré a trabajar, cuidate mucho, ya sabes, nada de aceptar bebidas a extraños.- dice mi mamá, seguido de un beso en la frente.

-lo sé mama, ya soy mayor de edad, sé cuidarme.

-Esta bien Ema, se me hará tarde, mejor me voy ya, disculpa por dejarte en tu cumpleaños, mañana lo compensaré.

-Tranquila má, adiós.

Ángeles caídos Where stories live. Discover now