Caminaba por las calles de esta ciudad, y es increíble el estilo de vida que he llevado, o mi forma de pensar, osea no lo entiendo, ver como yo me concentro en todo esto, en todo lo que va a pasar y los demás están en otros estilos de vida, en fiestas y momentos que se van y nunca vuelven. Es curioso ¿no? Todo lo que gira el mundo, las caras con las que nos encontramos, lo complicado que es todo y nosotros aquí parados, en la mitad, de la mitad; en el centro del universo en expansión que nunca acaba y no acabara, pero volvemos a nosotros ¿Acabamos nosotros? O simplemente todo vuelve a comenzar. Soy de esas personas que cree que todo vuelve a comenzar. Quizás no exista un fin, quizás todo es el comienzo de todo. Y si ya tenemos siglos o milenios viviendo aquí, solo que no recordamos, que tal si solo reencarnamos.
-¿Cual es tu nombre joven? -
-Fabricio -respondí
-¿Tan joven para tener vicios?- dijo la psicóloga
-Solo tengo 15 años, creo que es algo normal en estos tiempos-le indique
-Pues no lo se, es un defecto, no creo que sea algo normal-
-Algo que si veo como un defecto es esto que usted llama hipnotismo-dije
-Pues si, es extraño-
-Lo extraño es que mis padres autorizaran hacer esto-le insistí
-Si pero....
-¿Esto no es brujería? O ¿ahora la brujería es un tipo de medicina? - interrumpí
-Bueno al fin y al cabo es algo solo momentáneos, solo es practico, posiblemente tu alcoholismo proviene de algo que ocurrió en tu niñez- insistió
-Va a ser rápido y sin dolor-
-Esta bien, pero tengo un poco de miedo- Dije
-¿Esto no me va a enloquecer? -Pregunte un poco nervioso
-No, he hecho esto varias veces, tocaremos tu problema y lo solucionaremos-
- Esta bien-
Me recosté en un sillón, que parecía algo así como una silla para extenderse pero mas curvada, me instalo algo así como los sensores de un un electrocardiograma y me ordeno que cerrara lo ojos, es algo extraño, cada sistema de mi cuerpo se iba relajando poco a poco, cada vez que mencionaba un numero, Mi mente se apagaba y se instalaba una luz , observaba las luces subiendo por cada médula dentro de mis hueso y me sentía tan débil. Derrepente yo no era, yo. O era yo pero no el de ahora sino como el de antes, podía observar cada acción, cada sentimiento, cada temor, a cada persona que estaban en esos momentos y fue tan duro. Fue como esas veces que intentaba meditar y entraban a mi cabeza la repetición de cada momento vivido, y sentía tanta pena, tanto asco por mi, por mi forma de ser, no lo se. Fue un poco extraño ver como me miraban, quizás nunca me había fijado de eso, como ciertas personas me podían observar con admiración, pero otras con mucho asco y superioridad; Quizás ese tipo de mirada si las había observado y no lo entiendo por que existían tantas personas que me admiraban y yo no las había observado,; Solo aquellas que sentina tanta pena por mi. Seguía mi viaje, por los momentos de los últimos años, todo estaba tan apagado, pero mi mente como que transcurría pasando a lo largo de miles de canales de TV que nunca terminaban. Y derrepente me detengo ali, en una tarde, eso no lo recordaba bien, fue un poco extraño por que era uno de esos días cuando comenzaba el verano. Me encontraba tan ebrio quizás por esa razón no lo recordaba.
-¿Otra vez aquí?-
-Si, acaso no me vez- le respondí
-Que asco te vez- me dijo Stefania
-Lo se, siempre lo he sido, pero ¿ y tu? ¿No habías muerto hace un año?-le dije, mientras intentaba ponerme de pie en ese callejón, en media oscuridad de medianoche
-Lo estoy, pero creo que revivo cuando estas así-
-Quizás eres un producto de mi imaginación- hable
-Quizás- Me dijo
-Pero estoy aquí, y creo que deberías irte de este lugar, esta muy oscuro-
-Dudo que sepas en que lugar estoy-Le indique
-Te extraño- le dije
Ella había desaparecido.
Continuaba mi viaje alrededor de mi subconsciente, observaba ahora los recuerdos de mis padres, las peleas nocturnas, los gritos y sus ebriedades, tantos problemas, y observaba mi llanto, mis lágrimas entre oraciones o conversaciones a solas.
-¿Donde esta la comida?- hablaba mi padre de forma agresiva al llegar a casa bastante ebrio
-Tu estabas afuera, se supone que debías de comer allá- Decía mi madre un poco molesta
-Oye no me hables así, acaso no ves que todo esto es mio- decía al tomándola por el cuello, apretando sus mejillas
-Pues si es así, me voy de aquí- Decía ella soltándose
-No lo creo, nadie se va de este lugar- hablo tomándola por el brazo y lanzandola hacia el suelo. El se acercaba a mi habitación y yo corría hacia mi cama, creo que tenia algo así como 6 o 7 años, me sentía tan solo, tan inseguro; actué como si estuviera durmiendo y escuchaba el llanto de mamá cuando estaba en el suelo. Nos adelantamos un poco a ese momento cuando me encontraba llorando atrás de la puerta de mi habitación en ese mismo lugar donde había visto la discusión de aquella noche. Mientras mi mama arreglaba mi lonchera, y yo estaba con mi uniforme tan bien lavado, esa camisa tan blanca. Me montaba en el auto y disimulaba las lagrimas mientras me montaba en el transporte, era algo tan triste que me era muy duro observarlo, al llegar me recibían aquellos niños, que siempre me decían sobrenombres y me molestaban en los recreos, sentía el temor que me crecía cada vez que casi llegaba la hora del recreo. Intentaba jugar en el parque del colegio estaba como algo así en 4 o 5 grado no lo pude reconocer. Estaba rodeado de todos ellos cuando derrepente caigo al piso en medio de un charco lleno de lodo, observaba como todos se burlaban de mi, y nadie me ayudaba, me dolía la mano, creo que me la había torcido y me gritaban un poco mas fuerte, aquello que tanto odiaba, y allí estuve solo, en medio de burlas. Proseguía mi viaje a lo largo de esos momentos y observaba cada uno de mis recreos, y observaba mis recreos, cuando me encontraba solo en aquellos asientos en medio del patio, sentía tanto el miedo a todo, a la hora en que esos niños llegaran a gritarme cosas y me sentía tan avergonzado, pude observar cada uno de eso en la mayoría de mis sueños, el mismo niño solo, el mismo temor al recreos, el mismo temor al daño, a la vergüenza. Creo que una de las frases que mas decía en aquellos días era "No quiero ir a la escuela mami" mientras lloraba con mi uniforme puesto. Continuaba en viaje y recordé aquello con aquel chico que me perseguía a casa para darme golpes. Observaba el largo tramo que corría, para evitarlo, lo parido que corría, el miedo que sentía. No lo entiendo, creo que tengo una gran mala suerte que me persigue, siempre he vivido así, con un miedo, que nunca ha acabado. Le tenia tanto miedo a el y creo que nunca supe porque fue así, ese fue un momento de los recuerdos que no entendía, pero si sentía aquel temor.
-Creo que debemos hacer otra sesión- decía el psicólogo cuando salia del trance
-No se si quiero volver a intentarlo-
-Ya es casi una obligación que lo hagas- Dijo
-Pues nos vemos-Dije al levantarme.
ESTÁS LEYENDO
NUEVAMENTE
Teen FictionDictar el taller de arte, en realidad no prestaba nada de atención, pero esto acabo cuando una chica, que estaba justo al frente de la clase dijo una frase que me mantuvo el pensamiento " El vació es forma y la forma es vació" - ¿Cual es mi forma...