La ultima semana de octubre llegó tan rapido como el tic de media noche del viejo reloj que solía pertenecerle a sus abuelos pero que ahora estaba en su casa, de cierta forma en sus años de retiro.
No era un fan de aquellas fechas, tenía que ser honesto al menos con su subconciente. Lo unico bueno solía ser las barras de chocolate que le regalaban los vecinos cuando comenzaba a ser infame por comer cosas caloricas. Basicamente, lo unico que Yuuri disfrutaba de octubre eran los dulces y la tranquilidad que se apoderaba por unas horas en su hogar ya que él y Mari habían crecido, a pesar de que a ella no le gustase la idea.
No mucho había cambiado; Mari y Nishigori le seguían haciendo bromas de mal gusto. Hubo una vez donde lo tuvieron que llevar al hospital por una hemorragia nasal, su hermana y amigo de infancia le estarían pidiendo perdón, arrodillados en vergüenza y silenciosa suplica, pero a la semana siguiente todo volvería a la normalidad.
A veces extrañaba la inocencia, la fase donde no tenía que preocuparse por nada. A veces le gustaría mirar hacía adelante. A veces no le gustaría ver absolutamente nada y hundirse en el terror de la oscuridad.
Pero ahora su mente estaba en blanco, cosa que probablemente sería normal para alguien como el, la ansiedad en carne y hueso. Yuuri nunca había sido así, cualquiera lo diría con certeza, incluso en momentos de panico, su cabeza siempre tendría un pensamiento estancado como disco rayado: 'De verdad, soy un idiota.'
Pero al haber estado trabajando sin parar para evadir el arbol que crecía con solo esa frase como raiz, estaba cansado, pero no lo suficiente como para dormir. De hecho, su cerebro estaba de lo más despierto posible, era algo usual, haciendole la vida imposible. Su telefono temblaba entre sus debiles manos, la pantalla iluminada con el nombre que no ha podido sacarse de la cabeza.
Si, de verdad es un idiota.
Pude haberlo besado. Rayos...debí besarlo ¿Por qué no lo hice? De verdad quise hacerlo, asi que cual-
"Oye," escuchó por detras suyo, al mismo tiempo que el rechinar de su puerta. "¿Tienes miedo de llamarlo?"
Ah, es por eso.
Él suspiró y se dió vuelta para hablarle a su hermana. "Mari-nee-chan...¿Como puedo hablarle despues de no haberme comunicado con él por una semana?"
"Solo...le hablas y listo. Es más facil de lo que parece."
Yuuri miró su telefono, al mismo tiempo que sus uñas mordidas golpeando la pantalla con claro nerviosismo "Es sencillo para ti decirlo, eres sociable y no un desastre como yo."
De todas las cosas que Mari puso hacer, ella apoyó una mano en su hombro y comenzó a reir. "Pero él tambien lo es...un desastre, quiero decir...¿Creí que lo sabías? Es por eso que ustedes van tan bien juntos, Yuuri-nii."
"..."
"Llamalo o yo lo haré...y no quieres saber lo que diría, creo que soy buena imitando tu voz."
Rodó los ojos, aún inseguro de sus proximas palabras. "...Lo haré, solo...necesito tiempo...creo."
Esa usual ola de panico entró en él y como siempre, Yuuri tenía que disfrazarlo con una mirada al suelo y su mano izquierda rascando su nuca hasta dejarla irritada. Mari sabía y entendía esto, por esa misma razón se alejó de su espacio personal.
Antes de irse, su hermana se apoyó en contra la puerta. Él deducía que era con el fin de llamar su atención. "Llamalo por Yuuko-san, entonces. ¿No crees que ella se merece conocerlo?"
Ahora si que no tenía escapatoria. "...Uh-"
"¿Sabes cual es tu problema, hermano? No te tienes estima, ni un poco, ni para entender que hay un chico de ensueño que te adora o para darte a ti mismo una oportunidad para ser feliz...porque no crees qué vales la pena."
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Bouquet de Media Noche (Fic Victuuri)
Fiksi PenggemarAzucar, flores y muchos colores; estos son los ingrediente para- okay, no esto no tiene nada que ver. imaginen un mundo donde Yuuri es demasiado cobarde y termine siendo un florista en vez de un patinador. Imaginen que en todas esas posibilidades, s...