¿D A D?

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Inclinado sobre la cuna de su pequeña hija. Ahogado en un mar de llanto, Mario acariciaba la mejilla de su bebé. La miraba dormir atento mientras recapacitaba sobre todo lo que pasaba en su vida. Ahora estaba solo a la responsabilidad de ella. No sabía cómo es que había llegado a esa situación, pero ya no volvería atrás. No se arrepentía de nada ni mucho menos regresaría el tiempo atrás si esto conllevaba el perder a su pequeña nena.


— No te preocupes, Cami... no necesitamos de nadie más. Te prometo ser el mejor padre, uno que mereces. Y protegerte siempre ante toda adversidad — Decía casi en un susurro para evitar despertar a su nena.

Camino a paso recortado a su cama dejándose caer al borde de esta. Cubrió seguidamente su rostro con ambas manos reprimiendo un grito de desesperación. Sabía que no estaba bien. Que no sabía si estaba listo para afrontar esto solo. Estaba aterrado sin saber qué hacer, las sensaciones de pánico sacudían su ser.
Reclinó su cabeza sobre su almohada hundiéndose en ella. Se abrazó así mismo como pudo terminando de desaguar las últimas lágrimas que podía permitirse. Matando sollozos para no hacer ruido y evitar despertar al amor de su vida quien yacía dormida en su cuna. Sus ojos estaban poniéndose pesados, no podía permanecer despierto por más tiempo, su cuerpo le exigía un descanso y él lo merecía después de tan terribles días. Éste término accediendo y aflojo el cuerpo, cerró los ojos de tirón y se dejó llevar por el sueño aun con la respiración entre cortada.

༺ღ༻

Unos fuertes golpes contra la madera que conformada la puerta principal alertaron los oídos de Mario. Sin siquiera terminar de despertar corrió como pudo a su sala abriéndola sin poder divisar bien de quien se trataba debido a la poca visibilidad de sus dormidos ojos.

— ¡Mario! Lo siento mucho, vine en cuanto me enteré — Aquella voz ronca fue la que le hizo saber de quien se trataba, se apartó un poco del camino dejando entrara su amigo a su residencia. Tras cerrar la puerta se acercó al parlanchín asustado a sus espaldas — apenas llegue ayer de los ángeles y Mau me dijo lo que paso, ¿Cómo esta cami? ¿Cómo estás tú? ¿Dónde está la niña?

— Bien, si bien, está dormida — Deambulo con la voz adormilada

— Ay, Mario — abrazo a su amigo con cariño brindándole su apoyo, parecía preocupado y desesperado por respuestas que su amigo no le daba — Creo que no es la única que está dormida — Relajando su semblante mientras acariciaba la nuca de Mario observaba el recién apartamento que el chico pelinegro se había comprado.

Ya sentados en el sofá, con un Mario más insomne, platicaban de los acontecimientos ocurridos durante el viaje del de ojos azules, le explicaba las situaciones que tuvo que afrontar y lo mucho que se había descuidado ese tiempo. Zurita escuchaba con calma, comenzaba a enlazar acontecimientos y muchas especulaciones que se había creado comenzaban a tener mucho más sentido,muchas de sus preguntas poco a poco se iban contestando, pero sobre todo ayudaba a su partidario a desahogarse y sentirse un poco mejor. A pesar de que no estuvo solo durante el proceso, sentía que necesitaba hablarlo, es verdad que su mejor amigo no lo había dejado solo en ningún momento y nunca le faltó el apoyo,pero también es cierto que necesitaba sacarlo de su pecho mediante palabras, liberando todos los escenarios que se quedaron escondidos en su mente, dejar ir por medio del habla la pesadumbre que se le había acumulado en los hombros. Los llantos de su primogénita lo hicieron parar con el relato, al ir por ella para tranquilizar su lamento, pero este no cesaba, había dado ya su alimento y su pañal estaba limpio, pero por alguna razón la pequeña no dejaba de gimotear, desesperando a su papá llegando a preocuparlo, arrullaba con delicadeza tratando de aguantar los chillidos en su oído, miraba a su amigo suplicando ayuda a gritos, por obviedad este tampoco tenía idea del que hacer, nunca antes había lidiado con un ser tan pequeño y poco sabia sobre el tema de estos

— Ayúdame — Decía acompañando el llorar de la bebé

— No, pues yo que, con trabajo puedo cuidar a Puca — Agitaba las manos para enfatizar su punto mientras trataba de pensar. — Le llamare a Nath

— ¿Estás loco? Ella fue una de las que estuvo en contra de que yo me quedara con Camila, jamás accedería a ayudarme, además, no creo que pueda ayudar mucho.

— Tu que sabes, ella es mujer, se supone que tienen un sexto sentido maternal¿no? — Llevando su teléfono al oído dio por finiquitada la discusión, al tercer timbrazo la rubia de ojos verdes ya estaba hablando con Juan Pablo, este aun mirando inquieto al par frente a él — Es una súper urgencia, no lo hagas por Mario, si no por Camila. — Cambiando su expresión aliviaba al padre exasperado que aun meceaba a su infanta en busca de una calma.

No paso mucho tiempo cuando Nathalia por fin había llegado.

— Hola Nath, muchas gracias por venir

— ¿Dónde está Cami?

— Ella y Mario están en la cocina, está tratando de darle de comer y...

Ignorando por entero el terminar de la oración de Juan Pablo, avanzo directamente a donde le habían indicado, al entrar a dicha pieza, se encontró con los susodichos, pero su mirada solo se mantuvo en la cría, sentada en una alta silla rosa, llena de comida por toda la cara la cual estuvo rechazando de su progenitor. Nathalia se acercó con prontitud y saco a la chiquilla de aquel asiento diseñado para ella, abandonó la habitación llevándosela al cuarto determinado a ella.
Pronto entro, coloco una pequeña toalla en su hombro y mientras serenaba a la criatura dio unos pequeños golpes en su espalda que la hicieron eructar,parando así todo berrido. Rematando su cuidado, cambio de ropa y limpio el rostro de su sobrina por elección, saliendo de la pieza como todo una victoriosa.

— No sé cómo pudieron darte la tutela de Camila si no sabes cuidarte ni a ti mismo. — Ataco recién entro a la sala donde Juan Pablo y Mario esperaban. — No puedo creer que no sepas ni que tienes que sacarle el aire una vez que le das el biberón.

— Perdón, no lo sabía, es solo que ella, estaba dormida y de repente despertó llorando, aun no la había alimentado así que deduje que tenía hambre.

— ¡Es el colmo! ¿Cuánto tiempo llevas sin alimentarla? — Desapareció entrando nuevamente a la cocina de donde ya había estado, tomo un par de biberones y los relleno de agua, la cual vertió después en una cacerola que puso al fuego

— No, yo no, no sé, supuse que Mónica la había alimentado antes de entregármela. — Había llegado al punto de sentirse intimidado por el tono de voz de la chica a la que ahora seguía, sus manos temblaban al igual que su bozal responderle, temía sobre todo por Camila, sabía que por cualquier pequeño descuido la apartarían de su lado y era lo que menos quería.

— Nath. Relájate, Mario tuvo una semana de locos, no tienes por qué atacarlo. —Intervino por fin su amigo con una voz firme. La mencionada se quedó inerte observando a ambos con la mirada, con la bebé rodeada en un costado. Miro un momento a la nena y de nuevo a se dirigió a Mario.

— No te voy a alterar las neuronas por ahora.

  Sin nada más que agregar se dio la vuelta a la estufa detrás de ella para revisar el agua que había puesto a calentar. Entrego a la cría al padre para tener ambas manos libres, y comenzó a preparar la mezcla de leche con agua para alimentar a la pequeña. Agitó con cuidado y revisó que estuviera a una temperatura adecuada, entregó el biberón al padre y este lo colocó en la boca de su nena con delicadeza, Nath acarició la mejilla de la bebé viéndola con ternura. Abandonó aquella escena partiendo del departamento sin dedicar ninguna despedida. Era claro el desapruebo que sentía hacía Mario como padre, ella había peleado por la tutela de Camila, indiscutiblemente no se le había cedido debido a que no era familiar de la menor lo cual causo descontento por parte de ella y de la madre, pero para entonces, la madre no tenia derecho alguno en protestar por el paradero de su hija, para vista del juez y de todos era claro que el mejor lugar para el desarrollo moral y amoroso de la pequeña era a lado de su padre.

El dúo de amigos observaban al pequeño ser entre los brazos de Mario, ella veía a su ascendiente alimentarla sin enterarse de mucho de lo que estaba sucediendo en esos momentos a su alrededor.

  — Oficialmente, a partir de hoy empezamos una nueva aventura, Cami. —  Expreso Mario con ternura agitando delicadamente a la niña en sus brazos.

— Una muy loca —  Acompleto Zurita acercándose al par, brindándole un golpe cariñoso al hombro de Mario — En la que no estarán solos — Se apuntó a si mismo con ambas manos dándole así su apoyo incondicional. 


📍N/A;; ¡Y ARRANCAMOOS!

⚠ ¡Advierto! ⚠ que probablemente me tarde en actualizar cada capitulo, dado a que le quiero dedicar tiempo para no escribir algo kk, espero que estén de acuerdo. Tendré bastante tiempo para escribir, así que todo fine. ¿Como les va en la escuela? ¿Ya entraron? Yo no, tuve problemas y probablemente pierda un semestre, meh.


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⏰ Última actualización: Feb 07, 2017 ⏰

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