Tu mano en mi corazón [Inazuma Eleven Go - Taiyo x Kinsuke]

Tu mano en mi corazón

No sé qué hacer para no mirar la puerta de tu habitación ahora mismo. Estoy esperando a que salgas y me veas tumbado y me saludes. Menuda tontería, ¿no? Pero lo quiero de ti y solamente de ti.

Maldito seas, Anemiya. Te tiras a medio barrio y a mí ni me miras. Para todos soy tu amigo, cuando ni siquiera me conoces. Y si te cuento algo, te da igual y lo aireas. ¿Quién te has creído que eres?

No sé cuántas veces, incluyendo ésta, habré imaginado que solamente por castigarte te haría de todo en la cama, para que sufrieras todo lo que has hecho hasta ahora, pero sé que me bloquearía a la mínima y te me pondrías conquistador. Para qué irías a peguntarme "¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes?"?. Nunca eres consciente de que lo que te digo es importante. O lo ocultas muy bien y haces que no sea importante.

—Buenas, Hinano. ¿Aún sigues ahí tumbado? —No te voy a contestar a eso. Es más que obvio. Y se nota que sigues dormido—. Es la primera vez que te veo sin camiseta. Parece una tontería, pero nunca te olvidas de ir siempre tapado.

Reacción instantánea: taparme soltando un taco. Sigo enfadado contigo. Y encima vas y te sientas a mi lado como si nada.

—Te tendrían que hacer todo lo que haces a esos chicos.

—¿Llenarlos de mi jugoso placer, dices? —Y encima presumes. Y cuando me miras y ves mi mirada, entiendes algo—. ¡No me digas que mi amiguito Hinano quiere un poco de este cuerpazo!

De veras que me cabreas cuando te pones así. Por eso ahora estoy encima de ti intentando reproducir tus cerdadas... Soy incapaz de hacerlo. Me he detenido nada más empezar. Has visto mis dudas.

—No lo hagas así. No te pega. —Es la primera vez que pones voz comprensiva... —. Yo te enseño. Cuando digas mi nombre, pararé.

También es la primera vez que me dejas cálidamente encima del sofá-cama. Me acaricias el pelo con delicadeza, me lo apartas para ver mis ojos, me sonríes, todo lo que nunca había visto de ti y había deseado. Haces como que me vas a besar, me va a estallar el corazón, pero es un amago, me besas el cuello, ¡me fundo! Y te separas un poco, sonriendo a tu manera. Y veo que vas a meter tu mano por debajo mi ropa.

—Taiyo. —¿Te has sorprendido? Te dije que no sabías nada de mí.

—No iba a ahí abajo...

—Lo sé. Querías mi mano en tu pecho. Y si no vas en serio... No.

Por supuesto, no lo sabes. Algunas personas saben que mi pecho es sensible y que me gusta que jugueteen con él. Pero lo que nadie sabe es que me deja indefenso. Es mi entrega total. Me da placer, sensación de estar expuesto y miedo por igual. Taiyo, tú eliges cómo quieres hacer las cosas.

—Entonces esperaré tu señal. —Tu mano en mi corazón.

FIN

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