Capítulo 20.

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Cuando me dieron el alta lo único que me dijeron fue que intentara reposar este fin de semana, lo cual intentaría, pero teniendo en cuenta a mi padre...

Los médicos al ver que mi padre no venía a por mí decidieron dejarme ir sola, pues tampoco es que fuera una niña pequeña.

Llegué a mi casa con miedo. Pero la alegría que me entró en el cuerpo al entrar en ella y ver que él no estaba, fue inmensa.

Corrí hacia mi cuarto y lo primero que hice fue encender el portátil.

La semana pasada no pude hacer video llamada con mi primo, y ni siquiera tuve tiempo de explicárselo.

Siempre hablábamos los sábados, era él quien me avisaba por el móvil de que cogiera el pc, ya que cada día estaba en un lugar diferente y su horario cambiaba constantemente.

Mientras el ordenador se encendía, miré el móvil. Varias llamadas perdidas tanto como de mi primo como de Jesús.

Dejé el móvil a un lado y me puse con el pc, abrí skype y llamé a Michael. Sin embargo, quien cogió la llamada fue Calum.

-¡Lana! ¿Qué te pasó la semana pasada? Mike estaba muy preocupado, y nosotros también.

-Vaya Calum, no esperaba que contestaras tú -sonreí-. ¿Y mi primo, está por ahí? ¿Qué haces tú con su portátil?

-Me dejó el suyo porque el mío se ha averiado -hizo una mueca-. Michael ha ido a por pizza.

Entonces la imagen de una buena pizza me vino a la cabeza y no pude evitar que mi estómago rugiera. La comida del hospital estaba asquerosa.

-¿Eso has sido tú? -rió-

-Sí... -no pude evitar reír, simplemente por la cara que puso-

-¡Ey Calum! ¿Con quién hablas ? -esa voz-

-¡Hasta que llegas! -se quejó este- Pues con Lana.

-¡¿Qué?! ¡¿Mi prima llama y no avisas?!

-¡Es que estabas con las pizzas! No podía interrumpirte.

-Cierto -Calum rió-.

Entonces Michael apareció en la pantalla.

-¡Prima! ¿Qué te pasó? Te llamé varias veces pero no lo cogías.

-Tuve un pequeño percance y estuve una semana en el hospital... Pero ahora estoy bien.

-¿Pequeño percance? ¿Seguro que estás bien?

-Sí, la verdad es que según los médicos me he recuperado muy rápido.

-Normal, si tienes parte de mi sangre corriendo por tus venas.

-Egocéntrico... -susurró Calum-

-Te he oído asiático.

-¡¿Qué te dije de llamarme así?! ¡Sabes que odio que me llaméis así!

-¡Pues no me llames tú egocéntrico!

Estaban empezando a pelear y yo sólo podía reír. El motivo de sus peleas siempre era lo mismo.

Entonces, la puerta de mi habitación se abrió de golpe. Tan fuerte dio la puerta a la estantería que tenía detrás que algunas figuras que tenía allí se cayeron al suelo.

Con la mirada puesta en las figuritas de acción pude escuchar como mi primo y Calum dejaban de discutir, seguramente debido al estruendo que la puerta hizo.

Alcé la vista temerosa.

Su mirada... La misma que la del día del accidente...

Tenía miedo, tanto, que los ojos de repente se me empezaron a aguar rápidamente.

-Ya has llegado -dijo-.

-Sí, hace un rato que estoy aquí.

Entonces mi sentido del olfato captó el exceso olor a cerveza.

-¿Qué hacías?

-Nada, so-solo estaba viendo una serie.

Sin dejar de mirarlo bajé la pantalla del ordenador.

-Pues la seguirás viendo después, porque ahora tenemos que acabar lo de la semana pasada.

Los lagrimones empezaron a caer por mis mejillas, era inevitable.

Se acercó a mí, y se agachó junto a la cama .

-Oh, cariño. No llores -acercó su asquerosa mano ami cara con la intención de limpiar las lágrimas, pero yo desvié mi rostro, locual no debí haber hecho-.

(~*^*)~ fin del capítulo ~(*^*~)

Llevo unos cuantos de días en los que por fin me vino la inspiración que me faltaba para esta fanfic :v

Yo ya avisé al principio de la novela que era diferente.

PD: tranquilas que no os voy a traumar -o eso espero- :v

Okya

Lo más seguro es que haya perdido muchas lectoras, pero bue'

Sigo por las que quedan <3

Hidden Reality ~ Jesús OviedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora