I. Te

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Jennie

Llamé a la puerta del apartamento de Jimin. —A-abre, por favor. Aquí afuera hace frío. —me abracé a mí misma mientras tiritaba.

Jimin siempre había sido alguien importante para mí desde que tengo memoria, ya que nuestras familias se conocen de hace muchísimo, y la verdad es que tengo la suerte de tener la suficiente confianza con él hasta tal punto de poder ir a su casa cuando quisiera.

—¿Jen? —preguntó confundido y abrió la puerta. —Pasa, pasa rápido. —se hizo a un lado para que pudiera entrar.

—Joder, gracias. —exclamé aliviada cerrando los ojos al sentir el calor de su salón.

Sacudí mis pies en su alfombra. Ni siquiera los sentía por culpa del frío y de que seguramente se habrían quedado dormidos.

—Qué frío hace afuera, pensé que moriría congelada. —reí un poco por mi exageración y froté mis manos para entrar en calor.

Observé a Jimin ir hacia la estufa, encendiendo esta. —¿Y qué haces aquí? —dijo preocupado y me pasó una manta por los hombros.

—Taehyung me echó de su casa... —puse un puchero entristecida. —Se supone que veríamos una película, pero no sé qué hizo que cambiara de opinión que se empeñó en ver su dorama. —agarré la manta por ambos lados y me encogí de hombros.

—Bien, entonces veremos una película. —sonrió achinando sus ojos. —Tomaremos pizza para cenar, ¿te parece bien? —me preguntó mientras marcaba el número de la pizzería en su móvil y yo asentí. —Tú ve eligiendo la película. Debajo de ese mueble hay varias. —revolvió mi cabello y señaló una pequeña mesita minimalista bajo su televisión.

Agarré lo que Jimin me puso por encima y me dirigí hacia aquella mesita como si fuera un pinguino, ya que estaba envuelta en la manta. Me tiré en el sofá después de haber cogido todas las películas. —Uhm, esta no... Esta parece aburrida, así que no... ¡Oh! Esta. —abrí la carátula e introducí el disco de Barbie y el Cascanueces en la televisión.

Jimin terminó de pedir las pizzas y se sentó al lado mía. —¿Cuál veremos? —preguntó un tanto curioso.

Noté que colocó su brazo encima de mi hombro. —Pues elegí Barbie y el Cascanueces, un peliculón. —giré el rostro e hice una sonrisa de oreja a oreja, esperando una respuesta por su parte.

—¿Eh? —puso una mueca de desagrado. —De todos modos, yo ya pedí las dos pizzas y las bebidas.

Le di un golpe leve con mi puño en su hombro. —Estaba bromeando. —reí. —¿Cuál quieres ver tú? —me levanté del sofá y me puse de cuclillas en frente de la tele, quitando el disco que había puesto.

—Cualquiera que no sea ni de niños ni de amor... Quizás una de terror. —me miró. —¿O te da miedo? —sonrió de lado retándome.

—Bueno... —rasqué mi nuca. —Suelen gustarme pero, a veces me dan miedo. —arrugué mi nariz y cogí una de las películas que había en su mesita. —¿Y si vemos La Llamada? —abrí la carátula y cogí el disco, poniéndolo para verla.

—Es de terror. Lo sabes, ¿no? —me miró dudoso. En ese momento, llamaron a la puerta y fue a abrir, agarrando las pizzas que habíamos pedido para cenar y dejándolas en la mesa del salón.

Volví al sofá, sentándome al lado de Jimin. —Te tengo a ti para que me protejas, ¿verdad? —agarré un trozo de pizza y le di un bocado.

—Claro, princesa. —cogió el mando para reproducir la película. Se acercó a mí y agarró la manta, quedándonos los dos envueltos en esta, y así me dio un abrazo protector.

Toda la película fue algo así como; Jimin reía por las escenas de mientras yo me asustaba por ellas y pegaba brincos por el susto. Estuvimos también tomando la pizza e hicimos varios comentarios respecto a lo buenas que están las pizzas de ese sitio.

No vuelvo a ver ninguna película de terror. —pensé cuando ya por fin terminó. —Buah, ya ha acabado... —agaché mi cabeza y suspiré.

—¿Estás bien? —posó su mano en mi hombro y lo acarició.

Levanté la mirada. —¿A-ah? Sí, sí, estoy bien. —subí mis piernas al sofá y las arropé.

—¿Tienes pensado hacer algo ahora? —apoyó su peso en el marco de la puerta que conectaba la cocina con el salón.

Me levanté con la manta aún encima mía y me coloqué en frente suya. —No sé, lo que tú quieras.

—No hay mucho para hacer aquí. —frunció sus labios. —Hubiera preparado cosas si llego a saber que vendrías. —despeinó mi cabello en un gesto tierno.

Puse una cara seria al notar que me despeinó. —¿Y estas confianzas? —comencé a toser fuerte.

—¿Te has resfriado? —me levantó como una princesa y recostó mi cuerpo en el sofá de costado. Tapó desde mi pecho hasta las piernas con una manta, mucho más calentita que la anterior, y frotó mis manos con las suyas.

Observé cómo Jimin calentaba mis manos con las suyas. —Tampoco tenías que hacer esto. —dije avergonzada.

—Eres una niña pequeña y aún tengo que cuidarte. —curvó sus labios en una dulce sonrisa.

me sonrojé por su comentario y por los pocos centímetros que nos separaban. —B-bueno, ahora ya no tengo tanto frío.

—Se nota. —dijo mirando mis mejillas rojas. —¿Tienes fiebre? —puso su mano en mi frente y abrió sus ojos. —Espera, te voy a traer medicina.

—Está bien... —dije y miré hacia el techo pensativa. Noté que estaba adormilada y los párpados se me caían del sueño que tenía, haciendo que al final me quedara dormida, acurrucada en el sofá.












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Hola amores~

Leed el texto de abajo, es importante.

Bueno, este oneshot de Jimin tendrá 3 capítulos. Este ha sido para que le cojáis un poco de cariño a los personajes; Kim Jennie y Park Jimin. Los siguientes serán bastante más contundentes que este, así que espero que os guste, de verdad.

Os quiero.

Kairi.

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2017 ⏰

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