My Favorite Neighbor

108-. Del amor y otros demonios.

Omniscient.

Desde que Luca mencionó a Zayn, Violett no logró dejar de llorar. Ella había respondido a cada cosa que él le había preguntado, creyendo —quizás ilusamente— que de esa manera lograría mantener a Zayn fuera de todo peligro, pero la cruda realidad era que Luca tenía otros planes.

La puerta de la habitación se abrió por primera vez desde que Paulo, el ayudante de Luca, se había marchado, de nueva cuenta se trataba de él, pero alguien más lo acompañaba, y Violett lloró con más fuerza cuando logró distinguir de quién se trataba.

—¿Violett, estás bien? ¿Te han hecho algo? ¿Porqué lloras, amor? —la angustia era notoria en su voz y el que Violett no respondiera sólo hacía que el desasosiego aumentara.

—Ella está bien —contestó Luca en un tono que sugeriría que en cualquier minuto se echaría a reír—. No le he hecho nada aún, estaba esperándote y ahora que has llegado, la función puede comenzar.

Sin advertirlo Luca quitó la venda que hasta ese momento descansaba sobre los ojos de Zayn. La iluminación de la habitación era escasa, pero a Zayn logró molestarle lo suficiente como para obligarlo a cerrar los ojos mientras se acostumbraba de nuevo al fulgor.

—¿Qué hay sobre mi otro encargo? —interpeló Luca a su ayudante.

—Está hecho, señor.

Este último asintió complacido. Ahora tenía un problema menos del que preocuparse.

—Arrodíllate, Zayn —le ordenó sin rastro de alguno de su habitual socarronería.

—¿Ante ti? —sonrió despectivamente—. Tienes que estar bromeando.

—¿Qué crees? Respuesta incorrecta —Luca le dirigió una rápida mirada a Paulo, indicándole que era el momento.

Y en un acto de bajeza, el obediente empleado le atizó a Zayn varios golpes que el joven pintor no tuvo oportunidad de detener o, en su defecto devolver, pues sus manos se hallaban atadas tras su espalda.

—¡Luca, basta! —lloriqueó Violett inconsolablemente mientras veía como ese hombre amagaba con golpear de nuevo a un Zayn que encorvado luchaba por volver a respirar—. Deja que se vaya, esto sólo nos concierne a ti y a mí.

—Te equivocas de nuevo, Violett, esto nos concierne a ti, a mí y a un montón de personas más, entre ellas incluida tu madre.

—¿A qué te refieres? —Violett lo sabía, pero se negaba a aceptar que los alcances de Luca llegarán tan lejos.

—Pobre Elizabeth —se lamentó hipócritamente mientras ignoraba la interrogante hecha por Violett—. Lloró tanto cuando le llamé para contarle sobre tu secuestro, pero no te preocupes, ya mandé por ella al aeropuerto y muy pronto estarán juntas, por lo menos hasta que decida a quien de las dos mataré primero.

—¡¿Por qué estás haciéndome esto?! —gritó furiosa. Estaba más que cansada de este ridículo juego—. ¿Por qué no sólo vas por papá y acabas con esta tortura de una maldita vez?

—¡Oh, querida! —su sonrisa demostraba cierta ternura, producto de la actitud inocente de Violett—. Iré por él, de eso no tengas la menor duda, pero primero lo haré sufrir. Lo atormentare, jugaré con su mente hasta que él venga a mí, arrodillado, implorando que acabe con su dolor, justo como tú estás suplicándome ahora.

Zayn comenzó a reír dificultosamente, llamando la atención de todos en la habitación.

—¿Qué es tan gracioso? —exigió saber mientras unos surcos aparecían en su frente.