Parte única

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La noche era bastante cálida, al menos así lo demostraba Wonwoo, el cual solo se encontraba con una remera de manga larga y un pantalón corto, de esos que llegaban a mitad del muslo; típico pijama. Este mismo yacía sobre uno de los sofás de la "espaciosa" sala, con un libro en mano, se mantenía concentrado en su lectura. Pudo haberse quedado bajo las cobijas de su cama pero no quería molestar a sus compañeros de habitación con tener la luz encendida; sería un problema para todos.

Leía totalmente sumergido entre las letras, debía aprovechar que tenían su descanso luego de promociones y presentaciones exitosas. Sin embargo, en un momento cerró el libro para guiar una de sus manos a su rostro, específicamente a sus ojos para frotar estos, claro que luego de elevar sus gafas redondas a una altura por la frente; pronto un bostezo; pronto un leve quejido mientras alzaba sus brazos, estirando estos.

Se levantó de ese cómodo mueble para encaminarse a la cocina. Dentro, se dispuso en buscar un pequeño refrigerio nocturno y como era algo tan propio del pelinegro, buscó en una clase de "escondite secreto"—que en realidad solo era un espacio tras la harina y la avena en la alacena—una caja de peperos con sabor a chocolate. Sonriendo para si mismo, tomó la caja para una vez caminar fuera de la cocina pero en aquel momento fue interrumpido por nadie más que Mingyu.

— ¿Y tú? Deberías estar durmiendo —le habló casi como si fuese una orden a un somnoliento y algo despeinado Mingyu.

— Estaba en eso hyung... pero me dieron ganas de ir al baño y luego me dio algo de hambre — explicó el moreno algo dormido—. Tú también deberías de descansar.

— Sabes que de día no puedo leer mucho pero pronto iré a la cama —Wonwoo solo sonrió, encogiendo un poco sus hombros

— Me parece bien... —el menor bajó su mirada a la caja de peperos, mordiendo su labial inferior de manera ligera—. ¿Me convidas? Anda, no digas que no —habló mientras aportaba una expresión tan peculiar en Mingyu; abultando esos labios algo carnosos y con esas cejas ligeramente fruncidas.

El mayor le miró por unos segundos sin decir alguna palabra, de allí se centró en la caja de esa golosina, entonces alzó un poco esta caja para moverla de un lado a otro, intentando lograr desesperar un poco al moreno, cosa que era tan sencilla, más cuando se trataba de comida.

— ¿Te refieres a esto, verdad?

— Si... —dijo casi en un leve tono.

El de cabellera negra asintió para abrir la caja y sacar uno de estos para colocarlo en su propia boca. Miró a Mingyu mientras que alzaba sus cejas de arriba hacia abajo, incluso luciendo algo travieso. Por supuesto que el menor se vio un tanto ofendido, realmente quería comer uno y Wonwoo solo se burlaba a su manera.

— Yah... ¿Qué pretendes? —se cruzó de brazos—. Parece que Hyung quiere jugar con los peperos.

— No, solo quería comerlo frente a ti— masculló mientras que en unos cortos movimientos, comió más de la mitad de este—. Pero qué pervertido eres, ¿acaso querías jugar a algo conmigo, hm?

Un ronco quejido salió de la boca del menor, incluso torció un poco sus labios en otra especie de mueca.

Nuevamente Wonwoo había ganado respuestas obvias pero sin palabra alguna, así que sin más sacó una cantidad para Mingyu, dejando esta sobre la mesa. De allí caminó hasta su lado, para mirarle de soslayo, con una insípida sonrisa que reflejaba un triunfo poco convencional.

— Que lo disfrutes, tonto.

Tras salir, caminó una vez más hasta el sofá, pero ahora ya sentándose sobre sus piernas — cruzadas— para luego volver a coger del libro y claro, volver a leer como si nada pero no logró tomar seriedad a su lectura cuando aquellas piernas morenas se habían quedado frente a este.

Pepero de chocolate ; MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora