Albert y William eran dos amigos inseparables, vivían en un pequeño barrio no muy acomodado desde que eran unos niños. Tienen muchas cosas en común pero los une una gran pasión: el fútbol. Ambos estudiaban juntos en un colegio ubicado en el mismo barrio en mención y formaban parte del equipo de fútbol sala de la institución. En ocasiones han jugado el fútbol tradicional 11 contra 11, pero ahora estaban enfocados en el fútbol sala el cual son 5 jugadores en la cancha por cada equipo. Faltaban dos semanas para el inicio de las clases y en esas vacaciones se divertían con otros chicos de la comunidad jugando un divertido juego al cual le llamaban "pelotica de goma" generalmente con las misma reglas del beisbol pero en lugar de un bate utilizaban las manos para golpear la pequeña esférica. Jugaban en un terreno baldío que finalizaba en un barranco de unos 20 metros de altura, cuando alguien golpeaba muy fuerte la pelota o se fallaba en el fildeo la misma se iba por el barranco y caía en una casa al final del barranco. Esa casa era de aspecto tenebrosa algo descuidada en la fachada y protegida por unos alambres de púas en sus muros para evitar que algo o alguien pasará al otro lado. Pedro unos de los chicos que jugaban ese día golpeo con gran fuerza la pelota y el destino había sido la casa tenebrosa de nuevo, el juego finalizo tan rápido como empezó ya que no contaban con mas pelotas.
Mientras todos se retiraban cabizbajos William se quedo al final del terreno viendo hacia la casa tenebrosa como buscando una solución.
-Ya perdí la cuenta de cuantas pelotas hemos perdido, hermano –Dijo Albert mientras William lo vio de reojo y asintió con la cabeza.
-He contado como 30 –Indico William mientras contaba con los dedos.
-De seguro son más, mira eso las hay de todos colores – Indico Albert
-¿Por qué no solo bajamos allá y le pedimos cordialmente a la anciana que nos deje recogerlas? –Pregunto William mientras se alejaba del terreno.
- ¡Estás loco! Ya has oído los cuentos sobre esa casa y esa anciana –Indico Albert caminando a la par de su amigo.
-No creo en esas cosas, me parecen mentiras.
-Yo no me arriesgo, dicen que si tocas la puerta de esa casa la vieja al abrir te hipnotiza con sus ojos y de ahí no vuelves a ser el mismo.
-¿En serio? –Pregunto William mientras reía.
-¡En serio! Como dice mi abuela de que vuelan vuelan –Contesto Albert mientras se tronaba los dedos.
Ambos caminaron con notorio aburrimiento a una terraza de la cual se veía el colegio donde estudiaban, siempre lo hacían cuando no había nada que hacer, se sentaban en ocasiones por horas a conversar sobre fútbol, chicas, etc.
-Ya solo faltan dos semanas para iniciar clases –Anuncio William
-Si, lo único que me emociona de eso es poder comenzar el torneo que realizaran, los intercolegiales –Contesto Albert mientras se frotaba las manos.
-A mí también me emociona, y también volver a ver a Melanie –Indico William con una sonrisa en su cara.
-Para no volver a hablarle en todo el año –Dijo Albert en tono burlón.
-Esta vez si me animare ya verás.
-¡Eso dijiste el año anterior!
-Es que cuando la tengo cerca no se qué me pasa me congelo, hermano. –Indico William rascándose la cabeza.
-No lo pienses mucho y acércatele, o ¿sabes qué? Mejor cuadramos y te doy unas clases cobro por hora –Soltó Albert burlándose.
-¡Don Juan, el galán! –Contesto William riéndose.
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DOS CAMINOS
ActionNarra la historia de dos amigos que tendrán que superar las adversidades de la vida. En plena adolescencia se verán obligados a luchar y superar el desamor y un cáncer que carcome a la sociedad, las drogas. Sin embargo el amor y la amistad de las pe...