Capitulo 1.

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Se acurrucó en su cama apretando la sabana entre sus manos cuando otro rayo cayó cerca de su ventana. Nunca había sido de esas personas que le tienen pánico a las tormentas, pero está no he se sentía extrañamente nerviosa. Los rayos caían uno tras otro y el viento movía la cortina que, sin querer, había dejado abierta antes de dormirse.

La lluvia entraba de vez en cuando en grandes ráfagas por la ventana y Skyler se dio cuenta de que si no la cerraba, su habitación iba a terminar por inundarse. Armándose de valor y con una mano en el collar que descansaba en su pecho, se levanto de la cama temblando del frío, un aullido en la lejanía la hizo brincar, pero respiró profundo y se acercó a la ventana mojándose los pies descalzos con el agua que ya había entrado, se inclinó ligeramente hacía afuera para tomar la cortina que el viento jalaba pero antes de que pudiera llevarla hacía adentro otra ráfaga de viento golpeo la cortina haciendo que el collar se enredara con esta y en una sacudida se soltara y cayera al vacío.

—¡No!— gritó Sky y luego soltó un suave gemido de frustración.

Ya sin importarle mojarse con la lluvia sacó gran parte de su cuerpo por la ventana y logro ver la extraña perla negra en la grama. Su padre se la había dado en su cumpleaños numero 12, el mismo año que había muerto su madre y le había dicho que era algo que ella había hecho antes de morir para que ella supiera que una parte de su madre siempre estaría con ella. No podía dejarlo ahí durante toda la noche en el medio de una tormenta.

Decidida se colocó los primeros tenis que consiguió y trato de salir de la habitación sin hacer mucho ruido para que su hermano, no la escuchara, no debía preocuparse por su padre ya que el estaba fuera esa noche. Su padre.

"—Nunca salgas sola otra vez en luna llena, Sky— había dicho con preocupación al enterarse de que se había escapado.
—¿Por que? ¿Me comerá un hombre lobo?— dijo burlona Sky.
—Solo no lo hagas— dijo mirándola con el ceño fruncido."

Su padre parecía hablar en serio en ese entonces, cuando tenia 15, pero ahora tenia 18 y no iba a escaparse, solo saldría a buscar su collar y entraría inmediatamente. Además, su padre había dicho también, con mucha mas firmeza que nunca se quitara ese collar.

De todas formas no pudo evitar mirar la gran luna redonda en el cielo con inquietud antes de cerrar la puerta de su habitación, pero sacudió la cabeza divertida, su padre estaba volviéndola paranoica. Se aseguro unos segundos de que Lay no hubiera despertado y bajo las escaleras.

Se paro con indecisión delante de la puerta trasera, dudo unos segundos si debía salir a la tormenta, pero luego decidió que era mas importante recuperar el collar. A penas abrió la puerta el viento y la ráfagas de agua helada la hicieron estremecer, afuera estaba realmente oscuro y el bosque que empezaba a varios metros de su casa lucia aterrador, pero aun así podía ver la perla entre la grama, a pesar de ser negra tenia un brillo extraño.

Salio y corrió hacia la perla, que estaba mas lejos de lo que parecía, o quizás la fuerte lluvia que caía sobre ella golpeándola fuertemente  la hacia ir mas lento. Cuando por fin llego a ella se agacho para tomarla y sintió una oleada de tranquilidad recorrerla, pero esta solo duro hasta que unos ruidos extraños provenientes del bosque la hicieron erguirse y mirar en la dirección de la que había venido el sonido, aterrada.

Al principio no parecia haber nada, pero cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, lo vio. Era grande, su pelaje era totalmente negro como el carbon y la observaba con parte de cuerpo escondido detrás de un árbol. Sabia que lo mas sensato era correr hacia la seguridad de su casa, pero había algo en el animal que la había dejado congelada sin poder despegar la vista de el. Sus ojos eran café claro, pero no eran como los ojos normales de un animal, eran demasiado humanos.

Escucho como la puerta de la casa se abría, pero no pudo apartar la vista del animal hasta que este despareció entre la oscuridad de la noche y una mano la jalo del brazo haciéndola soltar un grito y la empujo delicadamente pero con fuerza dentro de la casa.

—¿Estas loca?— exclamo Lay, mirándola molesto.

—Por dios...— susurro ella sin poder apartar la imagen del animal, ni sus ojos, de su mente.

—¿Puedes explicarme que hacías allá afuera parada bajo la tormenta? ¡Estas empapada!—grito Lay señalando la pijama de Sky, que soltaba chorros de agua, y luego se fijo en la suya que también se había mojado al salir a buscarla— Y también yo— se quejo.

—Habia un lobo, en el bosque— Dijo Sky, mirando a su hermano con expresión entre fascinada y aterrada.

—¿Como? ¿Dices que había un lobo en el bosque y tu saliste para verlo?— pregunto, incrédulo.

—No, mi collar se cayo por la ventana cuando iba a cerrarla, baje a buscarlo y lo vi.

—¿Y como es que te quedaste parada viéndolo en lugar de volver adentro?— pregunto, irritado y preocupado.

—Sus ojos.

—¿Que tenían?—pregunto Lay.
—Nada— dijo ella, sin saber porque no quería compartir esa parte con Lay— nada, solo me asuste— dijo y se encogió de hombros.

—¿Por que no quieres decirme?— insistió Lay, que la conocía bien como para darse cuenta de que le estaba mintiendo.

—No estoy ocultándote nada Yixing, solo me asuste, es la verdad— dijo ella cortante, sin esperar que le creyera, pero deseando que no insistiera mas.

El la miro fijamente con el ceño fruncido unos segundos y luego respiro profundo. Sabia que no serviría de nada seguir preguntando si ella ya había decidido que no quería decirle nada mas.

—Ve a bañarte, vas a resfriarte— dijo finalmente y ella asintió para luego irse caminando rápidamente hacia arriba.

Lay se quedo unos minutos ahí parado pensando en el raro comportamiento de su hermana, y preocupado por la idea de que pudiera haber algún animal salvaje merodeando por su casa, hasta que un par de aullidos a lo lejos lo hizo estremecerse y subir casi corriendo hasta su habitación.

Mientras se duchaba no podía apartar su mente del enorme lobo negro y sus ojos café. Coloco la mano sobre la perla que se sentía helada contra la piel de su pecho. Ese no podía ser un lobo normal, sus ojos no eran los de un animal salvaje corriente, y tampoco su tamaño.

—Pero que idioteces piensas Sky, la lluvia y la oscuridad te confundieron, era un simple lobo común y corriente— se dijo a si misma en voz alta, aunque la imagen de los ojos del lobo no salia de su mente.

Black Pearl [EXO- Kai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora