Capítulo 4

2 0 0
                                    

***

Camino al Palacio lorraine pudo ver un gran resplandor desde fuera del carruaje, abrió las cortinas y observó un Ángel. Pidió a Greg que Se detuviera y bajó caminando hasta el. Era un Ángel muy bello de grandes alas. Al llegar a su lado, lorraine se arrodilló ante él y luego lo miró.

-¡oh bello Ángel! ¿a qué has venido hasta aquí? ¿Owen te ha mandado ante mi?- el Ángel lo observó y estiró la mano ayudándole a pararse.

-Owen me ha mandado, y tiene una misión para ti. Nadie debe acompañar a rain en su misión, sin embargo, tu querido Príncipe del fuego, serás capaz de cruzar las tierras sólo si te aseguras de que rain viaje sola. Rain es una perla valiosa, tan valiosa como el cáliz, asegúrate de que nadie más descubra esto y de obedecer mi orden dada.

Fue lo último que dijo y luego todo aquel resplandor desapareció. Lorraine volvió al carruaje y siguió su viaje en dirección al palacio. Al llegar, lorraine se dirigió A hablar con meliorn, su padre, un hombre de piel dorada, cabellos rubios como su hijo y ojos color cafe. Lorraine creía que su padre era un hombre bastante duro, incluso que no tenía sentimiento alguno, ni por el, ni Por su madre. Por otro lado atise, su madre, era una mujer dulce, de cabellos rubios, y ojos azules, una contextura delgada. Al llegar a la habitación de su padre, pidió entrar y espero a que le dieran la orden.

-padre.- le dijo al sentir que abrían las puertas.- he venido hasta ti Porque un Ángel me ha dado una misión. Rain debe llevar el cáliz a los hijos de la nieve sola, es lo que el Ángel me ha pedido, pero junto a ella viene un muchacho y…- no pudo terminar de decir todo cuando su padre le interrumpió.

-lorraine, he pedido que lleves a rain hasta esa cabaña porque es la más alejada de la ciudad. No permitiré que una jovenzuela ande por todos los pueblos arriesgando las costumbres de este mundo.

-pero padre…

-lorraine, no quiero que estorbes en mi decisión ¿has entendido?

- si, su Majestad.

Salió de la sala del rey frustrado por la decisión tomada y se dirigio a su habitación escoltado por los guardias. Sabía que no podía hacer demasiado si su padre o alguno de los guardias lo veían dirigirse hasta la cabaña, así que decidió ir a su habitación casi como si no le importará.

La Luna del cazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora