Capítulo 3

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Brave comenzó a mover los remos en dirección al pueblo de fuego el cual no se encontraba demasiado lejos. Demoraron un par de horas y al llegar, un chico de cabello Rubio, ojos azules como el mar y orejas puntiagudas los recibió. Rain notó algo raro en la mirada que el muchacho sostenía hacia ella y tomó rápidamente la mano de brave.

-hijos del aire, mi nombre es lorraine, Príncipe del fuego y es un placer tenerlos aquí.- brave le extendió la mano que rain no sujetaba en modo de saludo.

-mi nombre es brave, Príncipe del aire y vengo a traer a rain y cuidar de ella con mi vida para que cumpla su misión.

Rain quedó sorprendida al escuchar lo que el muchacho acababa de decir, puesto que en todo lo que ellos habían conversado, él jamás dijo ser hijo de los reyes. Rain intento no parecer sorprendida y extendió también su mano en modo de saludo. Lorraine tomó su mano y la beso con mucha delicadeza sin quitar la mirada de sus ojos.

-deben venir cansados, y Ya está oscureciendo. He preparado una cabaña para ustedes, si gustan…

Dijo apuntando al carruaje que se encontraba junto a ellos, de un color rojo y con forma de una llama con hermosos caballos tirando de el. Ellos aceptaron y subieron al carruaje.lorraine dio la orden y comenzaron a andar en dirección a la cabaña. Al llegar, lorraine les obsequio comida y mostró donde se encontraba cada cosa, luego de eso se fue dejándolos solos para que pudieran descansar. Rain comenzó a mirar todo lo que había ahí, sin darse cuenta de que brave intentaba cocinar algo.

-debes tener hambre.- dijo ella rompiendo el silencio que había en la habitación.

-oh sí, mucha.

-te prepararé algo. Si de algo sirvió estar sola en el subterráneo, es que aprendí a cocinar sola.

-rain ¿me dejarías ver el cáliz?- preguntó cambiando el tema.

-¿por qué querrías verlo?

-sólo por curiosidad.

-¿por qué habría de confiar en ti?

-¿no confías en mí?

-en un principio confié en ti, pero luego de haber omitido que eras hijo de los reyes…

-rain, no quise decirte eso porque me sentí seguro contigo. Cuando te hable, supe de inmediato que no sabías quien era, entonces pude ser yo mismos y no aparentar quien mis padres quieren que sea.

-osea, el Príncipe.

-no te molestes conmigo, jamás te haría daño y daría mi vida por salvar la tuya.

- Si eres el Príncipe ¿como es que los guardias de la playa no te conocieron?

-ellos no me conocen, jamás me han visto. Mi padre sólo los deja salir de su lugar par a hacer cambio de turno y viven en la misma playa, no conocen la ciudad ni ninguno de los habitantes, excepto los que se acercan a ellos.

-¿y como es que si me conocen a mi?

-eres más famosa que yo, todo el mundo habla de ti, todos los pueblos.

Rain sirvió la comida y se sentó junto a él.

La Luna del cazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora