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Rain se dirigio a acostarse y pudo ver que sólo había una cama. <<de seguro creyeron que venía sola>> pensó. Voltio para ver a brave y este se encontraba justo detrás de ella. Miró directamente a sus ojos, esos hermosos ojos que la hacían perderse en el infinito. Brave le tomó la barbilla con suavidad y luego acarició su mejilla haciendo la estremecer. Se acercó con mucho cuidado a su oido.
-dormiré en el suelo si así lo pides.- le susurro.
Rein giró la cabeza con mucha delicadesa, sus labios casi rosando podía sentir el tibio aliento de brave, sólo unos centímetros faltaban cuando sintieron un gran estruendo, voltearon a ver y la puerta de la cabaña se encontraba tirada en el suelo mientras grandes elfos entraban a través del marco.
-¡rain, el caliz!
Gritó mientras sacaba su espada. <<la defenderé con mi vida si es necesario>> se recordó diciéndole a su padre. Sentía miedo, un miedo que le recorría de pies a cabeza, pero más miedo sentía de decepcionar a su pueblo, o peor, a su padre. Los elfos comenzaron a moverse en dirección de rain mientras que esta se encontraba tomando el pequeño bolso donde se encontraba el cáliz. Brave comenzó a mover su espada en todas direcciones intentando defender lo más que podía.
-¡rain corre!
Volvió a gritar desesperado. Con gran rapidez, rain corrió hacia la salida trasera pero antes de llegar alguien comenzó a golpearla hasta que se abrió dejando ver a alguien vestido de negro y con su cara tapada.
-ven conmigo.- le dijo el desconocido.- confía en mi.- rain miró en dirección contraria y pudo ver a brave tirado en el piso.
-¡brave!
Gritó queriendo correr hacia el pero antes de poder hacerlo, la tomaron de la cintura sacándole de aquel lugar. Comenzó a patalear y a gritar hasta que ya en un lugar más alejado la soltaron dejándola caer al piso. El chico se destapó la cara y pudo ver al Príncipe del Reino. Le estiró la mano ayudándole a ponerse de pie con cuidado.
-no quise dejarte caer.- le dijo en modo de disculpa.
-has dejado a brave.- le dijo con lágrimas en los ojos.- lo han matado y ha sido mi culpa.- lorraine la abrazo intentando calmarla.
-no ha sido tu culpa, han ido ha matarlos... A los dos.
-¿y tu como lo sabes?
-ha sido una trampa de ni padre, no lo sabía.
-¡no te creo! ¡brave ha muerto y ha sido tu culpa!-le dijo mientras lo empujaba y se alejaba de el.- ¿como pudiste?
- por favor, confía en mi.
-alejate de mi.
-no te dejaré.
-entonces lo haré yo.
