Capitulo 3.

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No dormí absolutamente nada, amanecí pensando en todo lo ocurrido, no paraba de dar vueltas en la cama ¿A que se refería con semi-angel? Aún trato de asimilar todo.

La imagen del Ángel no se me borraba de la mente, así que decido plasmarlo en papel, a eso de las 7am me levante de la cama y me senté en el escritorio, comencé a dibujarlo tal y como era, su cabello castaño y el brillo que le daba la luna, sus dos grandes y majestuosas alas y cada pluma de ellas, sus fuertes brazos, sus labios gruesos y sobre todo, sus luminosos ojos azules. Tome en cuenta cada detalle para que el boceto me quedara lo más perfecto e idéntico a el. Se hicieron las 11am, luego de casi terminar el retrato y un arduo trabajo, escucho una voz atrás mío.

-Precioso.- pego un brinco de la silla y me volteo, ahí estaba, de nuevo parado en frente mío, Tomás.

Compare el dibujo con Tomás, tal y lo sabía, quedo idéntico.

-Dure cuatro horas en ello.- digo, sintiéndome orgullosa de mí misma.

-Lo se, te vi.

Y de repente, mi hermoso dibujo se prendió en fuego, y se hizo cenizas, todas esas horas, todo ese esfuerzo, y la tantas neuronas que queme recordando cada detalle de Tomás, quedaron en nada.

-¿QUE RAYOS TE PASA? ¡Me tomó mucho tiempo hacerlo!- dije, muy enfadada, y con las ganas al cien de desplumar a Tomás.

-Lo siento, pero no puedes pintar a un ángel tal y como es, podría caer en malas manos.- dijo, pareciendo arrepentido de todo lo ocurrido.

Estaba realmente furiosa, luego de haberlo dibujado, ¿así es como me agradece? Salí rápidamente de la habitación y me dirigí al baño a tomar una ducha, abro el agua y la pongo tibia, comienzo a pensar, mi mejillas ardían de lo molesta que estaba, presione el envase del gel tan fuerte, que se salió todo el producto, dejando el piso de la ducha cubierto de este. Grite del estrés, y con lo poco que me quedo en la mano, comencé a bañarme.

-Creo que deberías controlarte un poco, estando furiosa no se llega a nada.- y escucho de nuevo su voz, lo dijo de una manera tan relajada que ya me ponía histérica.

-¿Esto es en serio? Ya ni en el baño puedo tener privacidad.

-Agradece que estoy del otro lado de la puerta de la ducha, desde siempre ha sido así, yo respeto tu privacidad, soy un ángel, tengo modales.-está vez se me escucho un poco alterado.

-Pues hablarme mientras me ducho, no parece de un ángel respetable.-no escuche respuesta de este, me asomé y había desaparecido, me sentí bien con el hecho de que se haya ido, pero a la vez mal, ¿Acaso había ofendido a un ángel?

Al terminar de bañarme, entre a mi cuarto a elegir la ropa que me pondría, de mi armario agarre unos shorts, un suéter de algodón y unos converse, comencé a cepillarme el cabello y lo deje secar al natural, me maquille un poco y baje a la cocina.

-¡Oh Ema! Qué raro verte despierta tan temprano, ¿A que se debe?- pregunta mi madre, sorprendida, pero a la vez feliz de que mi mal hábito de dormir hasta tarde no influyera el día de hoy.

Me río sutilmente.- Hola ma, haré el esfuerzo de levantarme más temprano desde hoy.

-Me alegro hija, ¿Como la pasaste anoche? Ni me di cuenta del momento en el que entraste a la casa.

-Bien mamá.- Mentí.-me divertí mucho, y entre a la casa con cautela procurando no despertarte, estabas cansada del trabajo, no quería causar molestias.-Volví a mentir, ya que el que me transportó a mi cuarto fue Tomás.

-Está bien mi niña, muchas gracias por eso.- me dio un beso en la frente.- iré a trabajar, nos vemos para el almuerzo.

-Está bien ma, yo saldré con Lore al centro comercial, adiós.

Al quedar sola en casa, me puse a buscar a Tomás por todos lados, pero no encontré rastros de el, realmente se había molestado. Comienzo a prepárame algo en la mesa de la cocina, mi estómago me pedía comida, puse a tostar pan, y le unte mantequilla, luego saque de la nevera zumo de naranja, al terminar de comer limpio la mesa y dejo la cocina sin rastros de haber interferido en esta, subo a buscar mi bolso y las llaves de mi auto nuevo para ir a encontrarme con Lore, y al bajar, encuentro una pluma blanca en la mesa, Tomás estuvo aquí.

-Ema, disculpa por desaparecer así.- escucho detrás mío, y doy un salto, creo que debería de dejar de aparecer así.- Me sentía muy enfadado, y un ángel molesto puede llegar a hacer cosas que ni te imaginas.

-Discúlpame a mi por haberte dicho que no parecías un ángel respetable, me siento arrepentida.- Realmente lo estaba.

-Se que dices la verdad, lo estoy sintiendo.-sonrió.

-Saldré al centro comercial, me imagino que me acompañaras.

-Por supuesto.- Me alegre de haber escuchada eso.

Al salir a la calle, los vi, estaban por todas partes, Ángeles.

Ángeles caídos Where stories live. Discover now