Sandra es una adolescente bastante decidida, lo que se propone lo logra, Tiene grandes ambiciones que para ella y su estatus social y económico no son difíciles de alcanzar, a pesar de que come cuanto se le antoja su figura nunca se ve afectada, estudia en un colegio femenino de gran prestigio del que se siente muy orgullosa y del que sabe saldrá con mucho honor para una excelente universidad con la plena seguridad de mantenerse ahí gracias a que el rendimiento académico exigido por el colegio y el brindado por ella así lo permiten, esta situación la sorprende, pues invierte más tiempo a dedicarse a sus aficiones que a sus estudios, aficiones entre las que predominan las discotecas, el flirteo (hasta ese momento aún heterosexual), las enormes amistades y el novio que en ese momento se gastara, novio que era digno de considerarse afortunado de contar con una mujer con tales atributos físicos y tal clase social, muchos se gastaban la cabeza y el bolsillo en tratar de conquistarla con detalles tan simples como una tierna carta hasta la última desfachatez hecha por su novio: comprarle el artículo más caro de la tienda que ella escogiera a dedo en la lista telefónica y publicitaria de la ciudad.
En sus relaciones sentimentales era seria en la medida en que su pareja le fuese fiel, sincera y respetuosa, pero infortunadamente si se enamoraba verdadera y profundamente perdía los rastros de cordura y se entregaba a tal punto de permitir condiciones y hasta imposiciones injustas y casi frustrantes. De todas formas trataba de no apegarse mucho a nadie, lección que aprendió de la única vez que se enamoró (un patán en todo sentido) y del ambiente social en que se desenvolvía, ambiente que exigía no entregar nada por completo, ni siquiera el cariño.
A pesar de tales exigencias sociales quería mucho a sus amigas de colegio, era difícil no lograrlo al estudiar sólo con mujeres y al compartir la ternura con que éstas se desenvuelven en casi cualquier ocasión y lugar, para todo era una fiesta, todo era motivo de celebración, abrazos, besos y cariñitos por cualquier simpleza.
Este ambiente las enorgullecía a todas, contar con este tipo de compañía era muy reconfortante cuando sentían que todo se venía abajo, la solidaridad era la mejor garantía que tenían como grupo de estudio, con el tiempo llegaron a tenerse mucha confianza, incluso las que antes únicamente compartían el saludo, gracias a tal situación Sandra se percató de que con ella estudiaba una amiga digna de considerar: Camila.
Camila también es una adolescente, es la menor del grupo, 17 años recién cumplidos y ya cursaba el último año, se sorprendía muy a menudo ya que sus notas académicas nunca habían sido las mejores, por el contrario se debatía entre las insuficientes y las del bulto para no reforzar hasta las materias más triviales y seguir llegando a casa con la imborrable sonrisa y el informe trimestral orgullosamente en la mano, sus padres la habían inscrito en el colegio siendo muy pequeña, pero gracias a su rápido desarrollo físico y a sus excelentes respuestas en el examen de admisión no hubo motivos suficientes para negarle la entrada al plantel.
No salía de las discotecas, ama la vida, le encanta enamorarse; si bien es cierto que no tiene la misma clase social de Sandra pero al menos puede gastarse algunos billeticos en placeres y antojos personales y a veces innecesarios, físicamente tiene una belleza difícil de describir, no es precisamente una hermosura pero conserva unas facciones bastante tiernas y un cuerpo menudo, del que se enorgullece sin ningún tipo de prejuicios, ella al contrario de Sandra es feliz encariñándose con quien le cae bien, por este motivo es muy buena amiga y está siempre dispuesta a echarle una mano a quien lo necesite y llega a desgastarse y ponerse en peligro si quien le pide ayuda es alguien importante en su vida.
Ambas eran compañeras de estudio desde que entraron al platel, muchos años atrás, pero sólo en el último año del colegio se percataron de la importancia de la otra y se valoraron tal y como se lo merecían. Camila no tardó en encariñarse bastante de Sandra ya que ésta tendía ser muy detallista, siempre le pedía a su nueva amiga que la acompañara a todas partes, que se reunieran para hacer los trabajos exigidos, que le diera consejos para tratar a su novio y a su familia, pasaban mucho tiempo a la semana juntas y en ningún momento llegó a ser incómodo, por el contrario, mientras más tiempo pasaba más se encariñaban, incluso Sandra, que aunque tierna había logrado hasta ahora no entregarse mucho a esta nueva y fabulosa amistad.
Al cabo de un mes se convirtieron en las mejores amigas y no había nada que una no supiera de la otra, su cariño era casi envidiable, al igual que la profundidad de su amistad, llegó el punto que verse podía calmarles una depresión o bien, sacarles una enorme sonrisa. Típica amistad de colegio.
Un viernes en la noche, casi a las dos de la mañana, Camila estaba sola en su casa durmiendo no tan plácidamente, tenía una gripe insoportable y la sensación de furia por no poder ir a la fiesta más esperada de la temporada con su amiga gracias a esta inesperada enfermedad, estaba en al cocina buscando alguna pasta o cualquier jarabe, era el colmo que no pudiera ir a la fiesta y encima ni siquiera lograra conciliar el sueño. De repente, sonó el timbre ....
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Lolitas
Random"Dos compañeras de colegio descubren que pueden amarse entre ella, y darse mucho placer y goze."