-Pasaron algunas semanas desde el incidente de Corrin y Kaze en el monte Garou. Todo parecía tranquilo pero, muy lejos de ahí, Garon e Iago estaban reunidos en el salón del trono. El hechicero tenía malas noticias para su rey.-
Iago: Rey Garon... Los Hoshidianos han cruzado el monte Garou.
-Iago se sentía bastante nervioso. A veces, cuando Garon estaba de mal humor, enviaba a ejecutar a los portadores de malas noticias. Sin duda, más que respeto o admiración, sentía terror hacia su rey. Pero su sorpresa fue enorme al ver que Garon solo asentía con seriedad.-
Rey Garon: Ya estaba al tanto de la situación. Se nota que tu intento de matarlos poniendo explosivos fue tan inútil como ese bufón...
Iago: Zola, mi señor.
Rey Garon: No te he ordenado abrir la boca. Pero parece que te quedaste sin ideas.
-Iago tragó con dificultad. Si fallaba su nuevo plan, no viviría para contarlo. Se sentía furioso por haberle fallado a su rey. Pero más furioso lo ponía el hecho que aquella escoria traidora, Corrin, siguiera viva. Desde el día en que Garon la había secuestrado, el hechicero supo que solo sería una carga para ellos.-
Iago: Lo siento, Majestad. Le aseguro que tengo muchos otros ases bajo mi manga. Le juro que no volveré a cometer errores.
Rey Garon: Más te vale.
Iago: Sí... Claro. Tengo planeada una emboscada para Corrin y sus patéticas tropas.
Rey Garon: Haz lo que quieras. Pero ten en cuenta que éste es el último error que toleraré.
-A pesar de la amenaza de su rey, Iago sonrió. No volvería a fallar. No había forma que fallara. Las emboscadas siempre habían sido la mejor opción en una guerra. ¿Por qué tendrían que fallar ahora?-
Iago: Por supuesto, Majestad.
-Después de decir ésto, Iago se retiró del salón del trono, cerrando las puertas detrás de él. El rostro de Garon seguía serio. Sin duda, Garon odiaba que alguien le fallara. Pero Iago no solo le había fallado, también se había convertido en un lame-suelas.-
Rey Garon: Patético.
-Muy lejos de ahí, Corrin y sus compañeros habían llegado hasta la ciudad de Macarath. Era extremadamente grande. A pesar de ello, todos debían permanecer en alerta. Para intentar pasar desapercibidos, algunos debieron cubrir sus rostros con pañuelos o bufandas. Otros debieron usar capas. Corrin tenía una capucha sobre su cabeza. No se veían guardias o soldados por las calles. Mejor dicho, no se veía un alma por las calles.-
Corrin: Por fin un rastro de civilización. A pesar que sus calles no están llenas.
Ryoma: Si mal no recuerdo, esta ciudad es conocida como Macarath. Se parece un poco a Nestra. Esta es una ciudad de ocio y espectáculos. Pero parece que la guerra terminó con los negocios.
-Durante un rato, todos caminaron por las callejuelas vacías de Macarath. Pasaron por delante de enormes fuentes llenas de agua; muchas casas; algunos anfiteatros; e, incluso, hoteles.-
Kana: Mami... ¿Podemos pasar todos una noche en un hotel? Podríamos descansar mejor.
-La mayoría del grupo de Corrin asintió ante las palabras del pequeño dragón. A la princesa Hoshidiana le tentaba bastante la idea de su hijo menor, pero su deber era claro. Si no avanzaban rápido, las tropas de Garon podrían encontrarlos.-
Corrin: No podemos quedarnos. Es mejor salir de aquí pronto.
-A pesar de las protestas de sus compañeros Corrin retrocedió por las calles en las que habían avanzado. Algo no le gustaba de ese lugar. Tenía un mal presentimiento. Pero al ver a Takumi se detuvo en seco. Su hermano tosía y sudaba mucho. Estaba pálido y algo ojeroso.-
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Fire Emblem Fates: Birthright
ФанфикApegado a la historia original. Corrin es una chica de 18 años, una de las hijas del Rey Garon de Nohr. Su hogar ha sido asediado por las continuas guerras con el reino vecino, Hoshido. Gracias a una desafortunada misión, la vida de Corrin y la de a...