지민

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Tracé todo el ángulo con mi dedo índice delineando cada poro de su piel.

Su vello me hizo cosquillas y aunque apenas tenía en su mandíbula, sonreí dándome cuenta de que por fin era un hombre capaz de hacerme feliz, sin tapujos. Porque lo era, lo era tanto que no podía parar de observar cada uno de sus rasgos perfectos después de que mi tacto sintiera su piel suave y morena. Contemplé sus ojos cerrados y escuché su respiración tranquila con el vaivén lento de su pecho al respirar. Era capaz de relajarme incluso con esa simple acción tan normal como el agua, como el aire.

Sus labios estaban fruncidos, aunque sólo levemente. Quería tocarlos, sentir su suavidad e inclinarme y poder saber lo que es un beso cálido y necesitado, si es que no había tenido suficiente de esos ya. Pero era inevitable, esos labios eran carnosos, de un color cereza y lo mejor de todo era que escondían la sonrisa que estaba grabada a fuego en mi corazón.

Se me hinchó el pecho viéndolo así. Dicen que es un sentimiento pleno que te inunda cuando estás enamorada y no puedes simplemente albergar los sentimientos embriagadores que te hacen querer estar con esa persona para siempre. Así me estaba sintiendo yo en esos momentos, en una nube, al lado del hombre que amaba, con la misma sensación de plenitud como viene escrita en los libros románticos.

Mi dedo bailó por encima de su nariz, de sus párpados y también de sus labios; finalmente tocando lo que me traía completamente loca. Su pelo rubio y lacio estaba ligeramente despeinado y caía sobre la almohada, permitiéndome ver su frente y esos tres lunares adorables que la adornaban. Aunque no  estaba tocando su cabello, sabía que era suave como la seda y que olía a duchas mañaneras entre los dos y tardes en los que un buen baño caliente contrarrestaba el frío que hacía fuera.

No pude contenerme.

Lo besé.

Me incliné lentamente y mis labios hicieron contacto con los suyos de forma tan sutil que apenas se tocaron, pero todas las chispas explotaron en mi interior.

Joder amaba a ese hombre, amaba la forma en la que me trataba, como tocaba mi cuerpo como si estuviera pintando un cuadro y fuera sumamente delicada. Amaba cuando sonreía y era por mí o cuando se ponía rudo y me hacía el amor salvajemente y mi voz quedaba ronca por los gemidos que no podía contener.

Aún lo quería más que eso.

—Mmm, buenos días —murmuró con voz totalmente ronca contra mis labios y eso se me hizo completamente irresistible—. Joder, y tan buenos.

Me separé de él con la sonrisa más deslumbrante que alguna vez pude dedicarle y en sus ojos adormilados e hinchados después de estar durmiendo toda la noche, percibí mi reflejo feliz siendo transmitido por un brillo de júbilo.

—Hola.

Lo vi sonreír, tontamente. Y se cubrió el rostro con la sábana súper tímido. ¡Era tan adorable! ¡Sólo quería comerlo a besos y achucharlo entre mis brazos! Solté una carcajada y le quité la prenda de delante para poder ver de nuevo, aquellos ojos hermosos.

—No seas tonto anda.

—Es que estás hermosa por la mañana, cariño.

La que se puso tímida ahora fui yo y me tapé con la sábana sintiendo mis mejillas incendiarse con una sonrisa estúpida en la cara. Las mariposas volaron libres por mi estómago y sólo quería levantarme y saltar de alegría. Joder, no podía con estas cosas que me decía cuando menos lo esperaba. No me importaba si eran cursis o super ñoñas. Proviniendo de él como si quería ser el doble de romántico.

Su carcajada gloriosa voló por la habitación e intentó destaparme de mi escondite, pero no le dejé. Aún estaba roja y me sentía muy tímida como para simplemente mirarle a los ojos. Él sí que era muy hermoso, ni si quiera sabía cómo podían salirme las palabras con tal hombre enfrente de mí o si quiera me atrevía a despertarlo con mi cara de recién levantada. Él volvió a reírse y al ver que no conseguía descubrir mi rostro, empezó a hacerme cosquillas, lo que hizo que bajara mis defensas.

《The Dreamer 》 Park Jimin ONE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora