Taehyung se encontraba en su trabajo como camarero, recogía los platos o cosas que la gente dejaba en la mesa.
El podía lucir solamente como un camarero, pero cantaba como los Ángeles.-We are running so fast and we never look back... -Taehyung cantaba una pequeña estrofa ante la atenta mirada de su jefe, a él le fascinaba escuchar esa melodiosa voz, pero a quién no le gustaría.
A él le gustaba componer canciones, aunque era bastante tímido como para cantarlas frente a una gran cantidad de personas, por eso de vez en cuando cantaba en el café. Como ahora, tomó el micrófono y empezó con aquella hermosa canción.
-We are running so fast and we never look back
(Estamos corriendo demasiado rápido, y nunca miramos atrás)And whatever i lack you makeup
(Y lo que sea que a mi me falte, tú lo complementas)We make a really good team, though not everyone sees
(Hacemos realmente un buen equipo, aún así no todos lo ven)Justo al momento de estar cantando, entró un joven que ni se percató de la presencia de Taehyung, paso por su lado y fue a tomar asiento, sacó un libro y empezó a leerlo, en ningún momento escucho el canto de aquel joven, mucho menos levanto su mirada, estaba metido en su mundo, eso se veía.
Empezaron a transcurrir los días y aquel apuesto joven seguía visitando el café, pero su mirada nunca se encontraba con la de aquel camarero, eso lo hería, era notorio, ¿Por qué nunca por pura casualidad su mirada se encontraba con la de él?
Para él no era solamente cantar la canción correcta, era cantarsela a la persona correcta.
Llegó un momento en donde entró un chico, tal vez menor o mayor que él, que fue y se sentó con aquel extraño muchacho, y justo en ese instante Taehyung comprendió todo, comprendió el por qué era tan sumido en sus libros o diarios, comprendió por qué sus miradas nunca conectaron, supo que él no escuchaba, lo comprendió en el instante en él que su amigo se empezó a comunicar por mediante de señas con él. Soltó una risita, y se sintió bastante avergonzado.
JungKook, un viejo amigo de Taehyung entró al café para ver a su antiguo compañero de juegos, este aún no lo había notado por estar ocupado, pero ya lo saludaria. El menor se quedó observando a su amigo y se dio cuenta de cuan tímido era Taehyung, y lo mucho que sus ojos brillaban al momento de pasar por la mesa de un chico que él no conocía.
-¡Hey! ¡Taehyung! -Grita JungKook haciendo que la gente voltease a verlo. Cuando el mayor observa a su amigo va al lugar donde él se encontraba.
-Jungkookie~ -Abraza a su amigo.- ¿Hace cuánto no nos veíamos? ¿Cómo sabías que me encontraba aquí? -Se separa de él para mirarlo.
-Yo lo sé todo, Taehyung. -Ríe.- ¿Quién es ese chico al que tanto miras? Por lo que ví, no son ni amigos. ¿Por qué no le hablas? -Frunce el ceño.
-No sé, es un cliente, y no, no somos ni amigos. -Dice con un tono triste.- Y no le hablo porque él es sordo. -Voltea su mirada sintiéndose incómodo.
-Espera un momento. -El menor empieza a escarbar en su maleta y saca un libro con el lenguaje para sordos. -No sé por qué lo tengo, creo que lo saqué de la biblioteca, no tengo idea para qué, pero creo que te servirá. -Ríe pícaramente.- Pero mira la hora que es... Ah, se me va a hacer tarde. Taehyung, te dejo, ya nos veremos, cuidate alien. -Ríe al recordar el apodo que antiguamente le tenía, se para, para salir del local.
-Gracias, narizón, ¡No te vayas a olvidar de mí! -Le dice Taehyung antes de que el menor saliera, este lo escucha y le hace un guiño.
La rutina se volvía a repetir la mayor parte de la semana, y aquel día no era extraño que volviera a entrar el joven, tampoco fue extraño que pasará por el lado de Taehyung y no lo notará, ya era una rutina.
Hasta su jefe había notado el interés de su empleado por aquel joven, así que lo ayudo, lo ayudo apagando las luces del local y que la única luz que estuviera encendida fueran la de la mesa de él, y el lugar donde estaba cantando el camarero.
Y fue ahí donde sus miradas conectaron por primera vez. Taehyung sintió su alma salirse, y un leve rubor adorno sus mejillas.
Empezó a cantar y mientras lo hacía, iba haciendo las señas para que el joven entendiera, y lo hizo, Taehyung lo había captado por aquella hermosa sonrisa que soltó.
-"Iluminas el cuarto, y ni siquiera lo sabes.
Es todo lo que puedo hacer, dejarte solo.
Pero no me traigas flores. Te preocupas demasiado.
Oh, corazón, saber que me ves es suficiente. -Con una sonrisa traviesa, le hace un gesto, y él sonríe.
Podemos bailar por toda la cocina, a la luz de las velas.
Podrías hacerme un anillo de la tapa de la leche.
Cuando el dinero se acabe, tal vez nos detengamos.
Tú iluminas el cuarto, y ni siquiera lo sabes.
Es todo lo que puedo hacer , dejarte solo.
Así que, corazón, ¿quién necesita chocolates? Champaña y todas esa cosas.
Oh, corazón, saber que me ves, es suficiente."
Hoseok, el nombre de aquel joven, él comprendió todo, la canción, y por qué la había cantando con señas, todo, absolutamente todo, era para él.
Con una tímida sonrisa le pide a Taehyung acercarse a él, y así lo hace. Es justo en ese momento en el que el idioma es una barrera y el corazón quiere saltarla.
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Volví, ésta vez con este o.s espero les haya gustado, y perdón los errores.
Me inspire de un cortometraje, y bueno, la canción de el final, es del cortometraje y me pareció linda, así que la puse.
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Coffee; VHope [One-Shot].
Short StoryEse dulce chico, el chico que todos los días va, toma un café y lee algún libro, o un buen artículo de un diario. "¿Por qué no nota mi presencia? ¿Por qué nunca levanta su mirada y por pura casualidad su mirada se encuentra con la mía?" Eran los pen...