Era un día de esos, en los que sólo te apetece comer helado, ver pelis, estar desnuda en el sofá y tapada con una manta con él al lado. Adoraba tanto estos días porque el hecho de estar con él, de notar su mano en mi cadera, su pecho en mi nuca, sus latidos, su respiración agitándose por la acción que corría en Fast&Furious, notar las ganas que tenía de mí.
El hecho de cruzar nuestras miradas, encontrarnos, ni pestañear para no dejar de admirarnos. Comenzaba a acercarse poco a poco a mi boca, con intención de besarme, de poseerme, de ser suya un par de minutos, o quizás toda una eternidad.
Notaba como poco a poco su mano me tocaba las piernas, me acariciaba, subía y bajaba su mano en mi pierna, suavemente y tranquilamente, esperando en silencio a que yo interviniera.
Tocaba su nuca, le acercaba a mi, le besaba, me besaba y así comenzaba la pérdida de nuestros corazones. Me giré, me puse encima de él, de sus piernas, notando su paquete.. empecé a morderle, a chuparle, saborear cada parte de su cuerpo, quitándole la camiseta, tirándola contra el suelo de madera de pino, acercándome a sus pezones sigilosamente, tenerlos en mi boca siendo mordidos por mis dientes, ver su cara, sus ojos mirándome fijamente, mordiéndose los labios, su mano acariciándome las mejillas, diciéndome TE QUIERO, y yo sin apartar la mirada continuaba jugando con sus pezones... me volvía loca. Continuaba bajando hasta su cadera, con mi lengua marcando las direcciones, dejando mis huellas, andando sobre su barriga con mis manos zigzagueando, llegando a sus calzoncillos...pasando mi lengua por su vientre, cogiendo su miembro, tocándolo por encima de los calzoncillos, sintiéndolo y mordiendo sensualmente, notando que palpita, que se endurece, que ya está en mi. Mirándole a los ojos se la saco del pantalón, metiéndomela poco a poco en mi boca, saboreando su glande, masajeando sus testículos, lamiendo su miembro de arriba a abajo, seguí sin apartar su mirada, él mirándome, cerrando los ojos, emitiendo gemidos, sonidos de placer, gozando.
Al haber acabado él me cogía en brazos(yo en bragas), me ponía encima suya y comenzaba a besarme, a acariciarme el pelo, a meter su mano en mis bragas, rozando mi clítoris, masajeando poco a poco, metiendo sus dedos en mi, explorando en mi vagina, buscando un tesoro, algo que fuera suyo sólo suyo, dispuesta a entregárselo si lo hacía bien. Me tumbaba en la cama, arrancándome la blusa, quitándome el sujetador, chupándolas, sintiendo lo frías que estaban, lo redondas que eran, bajando poco a poco a mi cintura, dirigiendo con su lengua, llegando a mí, chupándolo lentamente, metiendo sus dedos, moviéndolos dentro de mí, jugando con la velocidad, alterando la fuerza de mi voz, chupando y metiendo a la vez, hasta tal punto de acabar mojada, de parar, de besarnos y de:
-TE QUIERO JULIA
+Y YO RAMÓN.
Y...hasta otro día poseernos.
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Nuestros días mojados
RomanceJulia una chica siempre vestida de santa conoce a un chico con el cual experimenta una de las sensaciones más bonitas del mundo.....el orgasmo, la sensación de correrse, de gritarle que más, mucho más rápido, más fuerte, más adentro, más gemir, más...