Capítulo I

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Estaba en un extraño bosque, muy diferente a cualquiera que hubiera visitado antes, todo era bastante oscuro y no se escuchaba ni siquiera el viento, estar ahí era completamente terrorífico y aquel silencio era desquiciante. A diferencia de la reacción que cualquier otra persona habría tenido de salir corriendo en ese momento, decidí sólo quedarme sentada sobre un gran tronco que yacía en el suelo. Miré a mi alrededor por última vez, intentando fijarme en cada detalle de ese bosque... algo me decía que era importante. Los árboles eran altos; casi como pinos, pero dudo que este tipo de árboles exista en Eldarya, las hojas eran de un verde tan oscuro que sólo con la iluminación de la luna, se veían negras. Ese claro del bosque es probablemente el lugar más tranquilo en el que había estado alguna vez. Miré hacia arriba para admirar la luna, justo esta noche se había teñido de color rojo, la llamaban luna de sangre. Inmersa en mis pensamientos no podía entender por qué seguía manteniendo la tranquilidad en este momento. Cerré los ojos y suspiré, todo se sentía irreal.
Un momento después algo me tomó por la espalda y cubrió mi boca. Mi calma desapareció en ese momento y la histeria y desesperación comenzaron a salir a flote.
-No podrás seguir escondiéndote de mí... -escuché.
Seguido de eso sentí un dolor increíble; como una cuchilla pequeña entrando en mi piel...

Abrí los ojos. Dejé escapar un grito ahogado.
Reaccioné, me di cuenta que estaba en mi habitación, sentada sobre mi cama; todo había sido un sueño y desperté de golpe. Mi pulso en ese momento era tan alto, que sentía que el corazón se me salía del pecho. Tallé mis ojos con mis manos y me proponía a levantarme cuando las cortinas de la ventana se recorrieron, dejando entrar la luz.
-¿Estabas teniendo una pesadilla? –Preguntó alguien
-¿¡De dónde sacaste la llave de mi habitación!? –Exclamé algo molesta y desviando la mirada hacia la figura que estaba parada frente a la ventana –Sal de aquí, ahora.
-No te pongas así, las chicas de mi guardia deben despertar temprano, para rendir más y obtener el primer lugar en la clasificación –Dijo con una sonrisa burlona
-Afuera, Nevra –Le dije con severidad. –Y dame la copia de las llaves que tienes
-Bah, está bien –Dijo con cierto descontento al momento que salía por la puerta. Sacó las llaves de su bolsillo y me las mostró. –Pero estas, me las quedo yo
-Ugh, ¡Es realmente imposible! –Exclamé.

Nevra es un chico atractivo, la mayoría de las chicas de las guardias andan tras él, así que no entiendo por qué me busca tanto...
Me levanté, arreglé, vestí y salí de mi habitación. Caminaba por el pasillo de guardias en busca de Ykhar, cuando volví a encontrar al pelinegro.
-¿Te arrepentiste de lo de esta mañana y vienes a buscarme? –Dijo acompañado de una sonrisa coqueta y tomándome de la barbilla.
-¿Podrías hacerte a un lado? Estoy algo ocupada –Dije mientras quitaba su mano y daba unos pasos atrás.
-Sabes que me gusta que te me resistas –Dijo él mientras se alejaba riendo.
Cerré los puños, sentía que si volvía a acercárseme iba a golpearlo en la cara, tiendo a ser muy paciente pero en verdad me saca de quicio, no tolero mucho a las personas egocéntricas y con aires de grandeza como él. Di un pequeño brinco cuando sentí que alguien tocó mi hombro, me tomó por sorpresa.
-Respira profundo, nadie quiere que cometas un crimen, no quiero que mi esclava termine en las celdas –Comentó con una sonrisa maliciosa aquella persona, quien resultaba ser Ezarel.
-Me alegra no ser la única persona en el C.G. que no lo soporte, aunque... deberíamos hacer una poción que le provoque acné o algo parecido, necesita que alguien le dé una lección –Le dije al elfo y ambos reímos. Ezarel es una persona bastante difícil he de admitirlo, pero a pesar de eso y de su actitud hacia mi cuando llegué aquí, de alguna manera aprendimos a tolerarnos mutuamente y a este punto somos muy buenos amigos.
Mientras caminaba con Ezarel por el C.G. nos topamos con Miiko, por un momento dudé en acercarme a saludar cuando la vi regañando a una chica por haber tomado algo de la despensa, pero a la vez me dio algo de nostalgia ya que recordé el día en que llegué aquí. Tengo bastante tiempo en este lugar, tal vez ya más de un año, pero no estoy realmente segura del tiempo exacto. Sacudí un poco la cabeza, estaba perdiéndome en mis pensamientos nuevamente, disponía a seguir caminando cuando alguien me llamó.
-Ah, ahí estás. Justamente tengo algo que comentarte –Dijo Miiko mientras se dirigía hacia mí –Parece que Kero está buscándote.
-Gracias, iré con él enseguida –Le respondí para después dirigirme a la biblioteca. Me despedí del Elfo y subí a la biblioteca. Mientras me alejaba alcancé a escuchar como Miiko seguía reprendiendo a aquella chica, es un poco dura a veces.
Llegué a la biblioteca y vi a Kero caminando de un lado para otro, como si estuviera buscando algo.
-¿Querías verme? –Le pregunté.
-Sí, Mery perdió a su familiar otra vez ¿Podrías buscarlo? –Dijo a la vez que abría y cerraba cajones y rebuscaba en estantes, se notaba cierta preocupación en su voz.
-Kero ¿Está todo en orden? –Lo miré extrañada, nunca lo había visto tan desesperado.
-Esto... sí, tranquila, sólo es algo que no encuentro –Me dijo intentando evadir el entrar en más detalles.
-Bueno... iré buscar al familiar de Mery, suerte en tu búsqueda –Me fui lentamente y al salir de la biblioteca sólo lo escuché gritando ''¡Por los perros negros! ¿¡Dónde está!?''
Cuando recién llegué aquí siempre terminaba pidiéndole a alguien que me acompañase a mis misiones y tareas, pero ahora prefiero hacerlo sola. Salí del refugio y comencé a caminar hacia el bosque, hoy parecía ser un día muy tranquilo realmente. Llegué a la madriguera y comencé a buscar, pero el familiar que buscaba no estaba ahí. Caminé hacia el bosque con la esperanza de encontrarlo en el trayecto, pero para mi desgracia no fue así, en cuanto llegué al umbral del bosque tuve una extraña sensación, aquella criaturita nunca se escondía tan lejos pero comencé a adentrarme. Fue como si mi cuerpo actuara por sí solo, no había avanzado mucho cuando vi a la pequeña criatura jugando con otro familiar pequeño. Cuando me disponía a acercarme escuché un ruido, como un crujido de hojas detrás de mí, como reacción automática volteé a ver el origen de aquel ruido. Al girarme me topé con un hombre alto con una extraña armadura y enmascarado. Quedé petrificada por la sorpresa, no podía mover un solo músculo, aquel misterioso hombre sólo se acercó a mí, cuando su mano estuvo a escasos centímetros de tocar mi rostro, alguien gritó mi nombre...

Stalker: Siempre detrás de ti... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora