Soy rara.

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Cuando cumplí diez años empecé a crear cambios en él agua a mi alrededor. No me di cuenta de que era yo la que lo ocasionaba hasta que en verano hice que saliera él agua de un grifo sin tocarlo y sin querer inunde mi casa. Mi madre, a pesar de su asombro, me ayudó a controlarlo y cuando por primera vez con doce años me salio cola, mi madre me enseño a moverme con ella y a no tener miedo. Mi padre murió cuando yo tenía cinco años y mi madre y yo vivimos solas en una casita cerca de la playa y alejada de lo que viene siendo todo él mundo, mas fácil para mi pasar desapercibida. Estoy en primero de bachillerato pero no es que tenga muchos amigos y no es fácil cuando eres una sirena y tienes que tener cuidado para que no te maten. No me gusta que la gente se acerque a mi por si acaso les podrían hacer daño.

Pero hace poco, Gema, una compañera de clase que se sienta a mi lado ha empezado ha interesarse por mi. Tres semanas lleva intentando conocerme y hoy como siempre me espera en la puerta del instituto. Pongo la musica de mis cascos a tope y rezo por que no me hable.

Pero por desgracia nada mas llegar me quita los cascos. Me despierto de mal humor y si encima me quita los cascos me sube una mala ostia por él cuerpo que mejor me meto las manos en él bolsillo.

-¿Has dormido bien?- dice sonriendo.

No digo nada, la miro un segundo y bajo la vista.

-Vale- suspira- vamos a clase ya empieza ha hacer frío.

-¿No te gusta él frío?

-Sabes hablar- dice sorprendida, pero sonríe y me da un golpecito en él brazo- perdón era una broma.

Piensa durante un segundo lo que decir, ahora no se si he hecho bien preguntando. Se pone bien la bufanda negra y suspira.

-No,él frío no me gusta, prefiero él verano la playa y él sol. Para mi él frío es agobiante.

No se si es por ser una sirena pero en mi opinión también se puede nadar en invierno... Si, supongo que es cosa de sirenas.  

Las clases empiezan como todos los días. Siempre con ingles a primera. No me gustan nada los idiomas, solo en canciones.

-Shy, quieres venir con mis amigos y yo a un campito cerca del instituto.

- Por lo que veo eres muy directa- digo asombrada y a la vez intentando ser borde- no tengo intención de hacer amigos así que no, no iré ni de coña.

-Tu nombre en ingles es tímida.

- ¿A que coño viene eso ahora?

Suspira.

-Siento si te molesto, pero día tras día te veo sola y se como se siente. No se como será tu familia, yo no tengo ningún problema con esas cosas y-y tampoco se si tu tienes pero me gustaría saber mas de ti, hacerte sociable.

-¿Hacerme sociable?-me río.

-No me pegues, pero de verdad no eres nada sociable- como si no lo supiera- porfa solo dejame conocerte y si luego no te gusta pues dejare de hablarte, te lo prometo.

No parece mala idea y si no cuaja puede que me libre de ella. Realmente no tengo nada que perder.


La luz del atardecer se refleja en él mar, me encanta la playa un día de invierno. Levanto la mano y él agua forma una burbuja en mi mano. Yo elijo cuando me transformo, no como en las películas que él agua te toca te sale cola. Eso solo pasa al principio, los tres o cuatro meses cuando empiezan tus poderes. Por suerte para mi era verano cuando eso paso así que no llovía y no tuve ninguna mala experiencia. Muevo la mano dentro de la burbuja. Quizá no me venga mal hacer amigos. Supongo que si no cuento lo que soy no creo que halla problemas, nadie aun me ha descubierto y tampoco debo incitar a que me maten. Hacer muchos amigos siendo sirena en mi opinión es ponerme un cartel en la frente de  "matar aquí" "sirena fresca".  Sólo espero que no les traiga problemas. Dejo él agua de vuelta en una ola que se retira al mar y vuelvo a casa. Solo una salida, pero lo normal es que no salga bien.

ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora