† Orange Sunset †

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Frío, tosco, serio pero a la vez tranquilo y sereno. Supuestas cualidades acompañaban a Jeon Jungkook en sus primeros años como estudiante.

A principios del año, el pelinegro escribía en su pequeño libreto, frases o pequeños cuentos donde plasmaba su vida en ellas, transmitiendo sin necesidad de palabras orales todo lo que él quería decir al mundo pero no podía. Jungkook era de nacimiento mudo, entendía todo lo que le decían, sin embargo eso no cambiaba el hecho de estar encerrado en si mismo.

Sus compañeros le burlaban constantemente, le empujaban a la hora del receso y le tiraban su comida que con mucho esfuerzo pedía.

Seguidas veces trató de defenderse pero al parecer todos eran mudos al igual que él, nadie dedicaba su preciado tiempo para mirarle a los ojos y tomarle la mano diciéndole que todo saldría bien, nadie.

Asistía diariamente al parque, sentado bajo la sombra de un gran árbol, plasmaba los hermosos paisajes del atardecer, el sol amarillento y rojizo escondiéndose hacían a Jungkook suspirar y sacarle una sonrisa de sus finos labios. Todo ese hermoso paisaje era para él, su mamá siempre le decía que Dios le regalo esa hermosa vista para admirarla, el pelinegro estaba totalmente de acuerdo con su madre.

Su estomago sentía la necesidad de saltar de alegría al ver como la luz natural se apagaba de a poco, era un alma inocente que necesitaba comprensión al no saber como expresar sus sentimientos verbalmente.

Su mente giraba en torno a las personas del lugar, platicando y compartiendo cosas triviales de su día con la cabeza en el hombro de su compañero tomados de la mano, Jungkook en un futuro quería ser así, pero tenía miedo que no le amen y lo tomen como un juguete, sólo para burlarse de él como sus compañeros de clase. Todo eso le dolía en lo más profundo pero que más le daba, su libreto e imaginación eran más grandes para expresar lo que verdaderamente sentía su corazón en esos momentos.

Cruzó sus piernas y posó en ellas el lienzo blanco, con lentitud en sus acciones, movió entre sus dedos el lápiz especial trazando el mismo paisaje de hace días, arboles y rayos de luz naranjas saliendo entre sus ramas. El color naranja, color que le encantaba a Jungkook, desde pequeño su habitación hasta la comida, todo pedía color naranja, la razón era porque le hacía reflejar tranquilidad y paz en su alma.

Con rapidez y experiencia en su trazo, cogió un lápiz color verde y pinto suavemente las hojas agregándole tonalidades fuertes y claras, sombras que hacían ver el dibujo real y a la vez precioso.

Con la misma, cogió otro lápiz de su estuche, un color marrón para los troncos, la lineas de estas eran imperfectas pero para Jungkook eran perfectas ante sus ojos, nunca se fastidiaría de ver algo tan hermoso.

Como último toque, con su lápiz firmó su nombre por debajo de la hoja, estaba escribiendo las últimas letras cuando alguien le asustó por detrás.

- ¡Que hermoso dibujo! ¿Tu lo hiciste?-. Una voz chillona gritó a un lado de Jungkook, sus tímpanos creyeron explotar en ese instante. El pelinegro con un poco de vergüenza asintió y sus mejillas se tiñeron de color carmesí-. ¿Me dejas ver?-. Jungkook movió su cabeza en afirmación nuevamente cabizbajo y le ofreció el lienzo, el extraño se sentó a su lado, miraba aquel dibujo con ojos brillantes como si aquella obra fuera para un museo-. Es realmente hermoso.

El pelinegro se sonrojó mucho más, era la segunda vez que le halagaban, la primera era por parte de su madre que le decía que tenía talento. Jungkook sólo sonreía ante las ocurrencias de su madre ignorándola.

El extraño pasó suavemente su dedo por los rayos del sol coloreados y suspiró pesadamente.

- Los colores que pusiste son como el de mi cabello.

Orange Sunset | Jikook | One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora