Prefacio

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Era un día nublado de agosto, cuando lo conocí.
Yo no estaba en mis mejores circunstancias o quiza era el mejor momento para que el apareciera en mi vida.
La cosa es que por aquel tiempo me sentia en una balanza entre lo que hacía y debía hacer, como si una responsabilidad enorme e injustificada llevase invernando en mis hombros demasiado tiempo.
Y no se que ocurrio en aquel viaje, ni aquel día, en aquel corto trayecto, pero he de decir que nunca volví a ser lo que fui

Dias contadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora