Capitulo 3

14 2 0
                                    

Estoy sentada en el suelo, delante de la chimenea, mientras sostengo entre mis brazos a la pequeña Judith. Ella juguetea con mis dedos y no puedo evitar sentir nostalgia. Sigo sin saber como me permitieron tenerla, dado que acabamos de conocerlos, y para ellos somos "peligrosos". No puedo evitar mirarla con soslayo y ternura, hacía tanto tiempo que no veía un bebé, que nunca pensé que volvería a ver uno. Este mundo no es un sitio para ellos, pero supongo que esta pequeña tuvo una oportunidad aquí. Por lo que tengo entendido, su madre murió mientras daba a luz, y no me puedo imaginar cuán duro debe de ser.

Sus ojos, de un azul tan intenso como el de su padre y su hermano, me miran risueños mientras enrosca su dedo en un mechón de mi pelo. Ríe con gracia y una sonrisa tira de mis labios. Hace un rato que anocheció, y todo el mundo se encuentra tirado en el suelo hablando, mientras que otros simplemente comen o se mantienen tranquilos. Rick, se ha encargado de presentarnos a todos, pero a duras penas logro recordar el nombre de alguno. Sin embargo, puedo apreciar que es un grupo muy unido.

Mi hermano se encuentra sentado en la mesa del comedor, mientras desarma y arma su pistola repetidamente. Su mirada se cruza con la mía, y me hace una señal con la cabeza como saludándome. Judith empieza a hacer ruidos molestos, amenazando con llorar, y creo que es por que tiene hambre. Me levanto con la pequeña todavía en brazos y me acerco lentamente a donde se encuentra su familia, mis pasos son titubeantes y cuando estoy ahí me obligo a levantar la vista a encarar a algunas de esas personas.

— Rick —lo llamo, él se gira hacia mí y me inspecciona antes de prestar atención a la pequeña niña en mis brazos— Creo que tiene hambre, o sueño... Yo, puedo ocuparme si quieres —murmuro y evito su mirada.

— No, está bien —su voz áspera y grave me causa escalofríos. No me mira, solamente coge a la niña de mis brazos y se gira de nuevo a su gente.

Miro a mi alrededor y me abrazo a mí misma sintiéndome perdida y camino rápidamente a la cocina, necesito beber algo. Cuándo estoy allí cojo la primera botella de agua y bebo la mitad del contenido de esta. Me apoyo en la encimera y giro mi cuello varias veces antes de suspirar. Todo a pasado rápidamente. Realmente hoy creí que algo malo podía llegar a pasarnos de verdad, si algo he aprendido desde que empezó toda esta mierda, es que el verdadero peligro hoy en día, no son los caminantes, si no los humanos.

Me giro dispuesta a salir del reducido espacio pero mi cuerpo impacta contra otro haciéndome saltar en mi sitio. Me llevo una mano al pecho y tomo una bocanada de aire antes de registrar que la persona que se encuentra delante de mí es ese chico de ojos celestes, Carl.

— ¡Maldita sea! —murmuro— No vuelvas a aparecer así, ¡casi me matas del susto!

Una corta y ronca risa abandona sus labios y lo miro expectante.

— ¿Qué es lo que te hace gracia? —digo con irritación, odio estas cosas.

— Bueno, sería irónico que hoy en día la causa de tu muerte fuera un susto —se encoje de hombros y sus ojos celestes se clavan en mí— De todas formas, siento haberte asustado...

— Como sea —murmuro mirándolo. La tenue luz de la luna que se cuela entre las tablas de madera que protegen las ventanas le dan de lleno en la cara, lo que lo hace ver más mayor e intenso que antes, pero su aura de chico inocente no desaparece del todo, sus orbes azules brillan con intensidad y me miran con rareza, como si fuera el ser más extraño que vio en su vida— ¿Necesitas algo? —pregunto ante el incómodo silencio que se ha creado.

— Mi padre nos quiere a todos allí, ahora —murmura y ladea su cabeza apartando el flequillo de su frente.

— Oh, esta bien —respondo y él me da un asentimiento de cabeza y una mirada antes de desaparecer por el umbral de la puerta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 07, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sobrevive [Carl Grimes]™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora