Capítulo 13

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***Jack Frost***

Jamás me había sentido tan roto y distante como hoy.

Miraba el cielo negro con las estrellas plateadas brillar, el viento helado envolvía mi espalda, y mi cuerpo se balanceaba arriba de este gran árbol.

Todos mis días, desde que me separé de ella, no hubo un día en que no me lamentara el haberla golpeado años atrás.

Cuando lo mencionó, no sólo a ella le hirió, sino también a mí. ¿Muerta? Jamás, nunca la he querido muerta, y si voy tras ella es para tener el suficiente tiempo a solas juntos para explicarle que aun siento lo mismo por ella.

Enfrente de sus compañeros no se puede, claro, me quieren tras rejas.

Me doy cuenta de la hora y decido mejor regresar a casa, tomó mi cayado y me voy caminando por el cielo hasta dejarme llevar por el viento.

Cuando llego a casa me doy cuenta de nuevo de la hora, dejo mi cayado, tomo una chamarra azul marino con capucha y salgo de casa.

Me dirijo al bar nocturno en el que tanto suelo encontrarme problemas.

Escucho esas risas, prefiero quedarme en el callejón que conecta con la salida del lugar, escucho aún el ruido del desorden con la música y la gente ebria, llevará tiempo que salga, por lo que enciendo un cigarrillo que llevo en mi pantalón y me coloco mi capucha.

Cuando llevo más de la mitad, le escucho salir.

-¡Nos vemos! ¡Y será mejor que la próxima tu invites las rondas! –Dice y ríe.

Decido apagar el cigarrillo tras el muro y dejarlo caer en el gran contenedor de basura. Cuando se gira para caminar de frente mío, le tomo por sorpresa y lo empujo con gran fuerza hacia la pared contrario.

-¡Que mierd....- Le empujó más fuerte para hacerle callar con un gruñido. Nuestros rostros se ven alumbrados por la única luz - ¿Jack? Ja – Sus ojos verdes me miran con odio - ¿No te fue suficiente golpearme el día del parque de diversiones?

-Sabes bien a lo que vengo Hans – Le dijo entre dientes.

-Emmmm oh si, es cierto. Elsa, la chica por la cual estás desesperado – Le encajo con más fuerza mi brazo en su garganta para callarle – Bien, bien perfecto. Pero sabes que recibo órdenes.

-Entonces dile a tu amigucho que se detenga, o yo mismo me encargaré de solucionar el problema en persona.

-¿Qué acaso no la odias? ¿No es por eso que vas tras ella? Para matarla.

-No sabes mis razones, y será mejor que no te entrometas. Puedo dejar el ojo peor que hace unos días.

-Bien de acuerdo – Hans habló con dificultad debido a la presión en su garganta – Sólo explícame ¿Por qué si estabas ahí, en el salón de los espejos, por qué no decidiste ir por Elsa en lugar de darme una golpiza? Ahora mismo ya la tendrías.

-Ya te lo dije – Digo haciendo aún más presión y resaltando mi quijada de odio – No te entrometas de nuevo con Elsa, te apuesto que te iría peor si le haces daño.

-Sí, sí. Es igual a ti, eso ya lo sé – Dice removiéndose de incomodidad – Ya me lo dijo. Y no le tengo miedo, tengo respaldo en caso que me ataque.

-Te vuelvo a ver a ti o a uno de sus hombres o el mismo, y les parto el rostro. En especial a ti. Me encargaré de que sufran si se vuelven a acercar a ella.

Le suelto con fuerza, al grado de dejarlo caer tras la fuerza que ejercía en el. Me doy vuelta para irme caminando.

-¿Y t cayado? – Ríe tras mis espaldas – Ah cierto, aun nos lo debes tras ayudarte a repararlo.

Su comentario me enfurece, pienso en volver a callarle de un golpe pero prefiero dejarlo así apresurando mi paso.

Al día siguiente me doy cuenta que estoy solo, Hiccup seguro ni regreso. Pienso en tomar el cayado pero prefiero tener "un día común".

Me tomo un ducha para después ponerme un pantalón café, botillas de tobillo marrones y una playera negra.

Cuando bajo al comedor, veo a Astrid hablando con Hiccup. Ambos miran atentos a unos papeles sobre la mesa.

-No podemos ocultarle esto a Jack – Murmura Astrid – Así le ayudaríamos a despertar.

-No sé como se lo tome –Murmura Hiccup.

-¿Tomarme que?

Ambos se giran hacia a mí, Astrid apunta con un gesto los papeles, Hiccup los toma y me los tiende.

-Mira por ti mismo.

Los tomo y es una fotografía. De ella junto a ese odioso e irritable pelinegro sin su gorra. Están muy lejos de la cámara pero se ve claro sus manos enlazadas y los labios de Hamada besando la mejilla de Elsa muy cariñoso.

-¿De dónde lo sacaron? – Tiro la fotografía en la mesa para dirigirme por un vaso de jugo de fresa en el refrigerador.

-La tomaron esta mañana, nos lo manda uno de los chicos.

-Mmmmm – Sin importancia bebo del jugo.

-Jack – Me habla Astrid – La odio, pero sé que tú no. Se te nota en la mirada cada vez que ella está frente a ti o cada vez que escuchas de ella.

-Astrid.... –Habla Hiccup pero le interrumpe.

-No, sabes que tengo razón, y a lo mejor tu sabes lo que siente por ella.

-Esos son asuntos míos Astrid – Hablo con mi ronca y pasiva voz – No debes por que meterte.

-No lo hago, sólo podría decirte que ella estaría a solas si tan sólo Tadashi no se le acercara.

Sus palabras me han dado una grandiosa idea, sonrío de lado e Hiccup sabe.

-¿Y que piensas entonces? – Dijo Hiccup con su voz de aburrimiento y cansancio de tan sólo lo que voy a decirle.

-Pienso que tiene razón Astrid – Ella abre la boca sin saberlo – Voy a deshacerme de Hamada.

~l&&

Atraída Por El Enemigo (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora