Stalker: Siempre detrás de ti...

Capítulo II

Al escuchar mi nombré me giré para ver a quién lo había gritado. Era Ykhar, quien se aproximaba lo más rápido que podía hacia donde me encontraba.
-¿¡Qué estás haciendo aquí sola!? -Me dijo con un tono de voz un tanto alto y entre suspiros, pues estaba agotada por haber corrido.
Sola. Esa palabra retumbó en mis oídos, volteé a donde estaba aquel enmascarado hombre, para darme cuenta que se había ido. Me aproximé al familiar de Mery que también se acercaba a mí y lo tomé entre mis brazos.
-¿Me estás escuchando? -Exclamó la brownie, algo preocupada.
-Sí... lo siento, sólo vine por este pequeñín -Le respondí a la vez que acariciaba la cabeza del pequeño Crylasm.
Esperamos unos minutos a que ella se repusiera completamente y regresamos juntas al C.G. en todo el camino, fue algo silencioso y noté cierta angustia en el rostro de la pelirroja. Al momento de atravesar las puertas, decidimos ir cada quien por su lado; ella tenía cosas que hacer y yo debía llevarle su familiar a Mery.
Al llegar al hogar del pequeñín, me recibió con mucha alegría y me agradeció de haber devuelto a su familiar... otra vez. Con mi "Misión" ya cumplida, dispuse a dar una caminata antes de volver, poco después de comenzar la caminata encontré un gran árbol y decidí sentarme debajo de este, tenía tanto en mente... cerré los ojos mientras volvía a perderme en mis pensamientos, poco a poco fui quedándome dormida.

Y ahí estaba otra vez, en ese silencioso bosque de árboles oscuros como la misma noche, volvía a estar sentada sobre el tronco y la sensación de déjà-vu era impresionante, esta vez estaba consiente de que era un sueño, pero conforme los segundos pasaban y al contrario de la noche anterior, está vez se sentía tan real que comenzaba a dudar de estar soñando.  Recordando lo que pasó anteriormente me levanté del tronco, pero antes de tan siquiera poder dar un paso sucedió otra vez
-No puedes huir... -Susurró la misma voz en mi oído. Ese terrible dolor volvió, esta vez multiplicado, empeoraba cada segundo.

Mis ojos se abrieron a su máximo y me levanté violentamente. Esta vez no estaba en mi habitación, mucho menos debajo del árbol donde me había sentado, en su lugar me encontraba en la enfermería. Alguien se precipitó sobre mi en ese mismo instante
-¿Qué fue lo que te sucedió? -Sentí su mirada clavada en mi.
-Déjala, Nevra, acaba de despertar -Lo miró el elfo con severidad, haciendo que se alejara un poco.
-¿Cómo llegué aquí? ¿Qué pasó? -Miré a ambos jefes de guardia, era exagerado que ambos estuvieran aquí, a mis recuerdos sólo me había quedado dormida bajo un árbol.
-Eso deberías decirnos tú -Me respondió Ezarel, mirándome fijamente -Nevra te encontró debajo de un árbol, inconsciente y con una herida abierta ¿Dónde te metiste?
¿Herida? Me pregunté, rápidamente coloqué mi mano sobre el lugar donde me habían atacado en sueños, para percatarme que en efecto, había una herida ahí. Atónita regresé la mirada a los dos chicos
-Pero, sólo fue un sueño -salió de mi boca.
Los chicos me veían cada vez más extrañados, no sabía si contarles todo o no.
-¿Qué pasó en el bosque? -Preguntó Nevra. -Ykhar dijo que te encontró ahí ¿Te topaste con a alguien? ¿Intentaste pelear sola?
-Y-yo... sólo fui a buscar el familiar de Mery... -Le respondí, sin embargo era obvio que no me iba a creer. Ellos no parecían querer salir sin tener una respuesta y yo no sabía cómo dárselas; no entendía ni siquiera lo que acababa de suceder.
En ese momento entró una figura enorme a la habitación, era Jamón y se dirigió a los chicos.
-Miiko... llamar... -Les dijo para después salir. Nevra salió detrás de él.
-Necesito que me digas que sucedió -Dijo Ezarel antes de salir de la habitación con los demás.
Nunca le había ocultado nada al elfo y notaba algo de preocupación en su rostro, lo entendía pues es lo más cercano a un mejor amigo que tengo. En cambio, Nevra.. para mí no tenía sentido su atención repentina, más aún el hecho de que él me haya encontrado, puesto a que no nos llevamos de lo mejor... ¿Será que me estaba siguiendo? Después de pensarlo un momento me di cuenta de que, más que preocupación notaba algo de culpa en él.