En estos momentos me encontraba haciendo la maleta. Esta noche viajaríamos a Guipúzcoa, donde nos enfrentaríamos contra el Eibar.
Noa estaba en mi cama dándome conversación.
— ¿Y qué tal con Lucas? –me preguntó con una sonrisa pícara.
— Muy bien –sonreí –. Es muy cariñoso y muy atento conmigo.
— Qué mono –dijo haciendo corazones con las manos.
— Eres tonta –reí.
— Oye, ¿y cuánto tiempo llevas sin hablar con Ñíguez?
— Un mes.
— ¿Sabes que ha bajado el rendimiento?
— ¿Y? Mi culpa no es.
— Ya, no me refiero a eso –rodó los ojos –. Sino a que se ve que todavía le importas.
— Pues si tanto le importo que no hubiera hecho nada. Yo ahora estoy con Lucas y estoy muy feliz.
— ¿Pero estáis saliendo? –me preguntó extrañada.
— Qué va, no se le puede poner nombre a nuestra relación –reí –. Es como lo que tenía con Saúl. Aunque Lucas no fue tan gilipollas al principio.
— ¿Sabes? El otro día hablé con él.
Dejé la camiseta sin doblar y me senté en la cama.
— No sé si es correcto preguntártelo –dije haciendo una mueca –, pero... ¿cómo está?
— ¡Todavía te importa! –exclamó sonriendo. Me sonrojé –. ¿Por qué estás con Lucas si todavía sientes algo por él?
— Porque quiero olvidarme de él –contesté cabizbaja. Noa me abrazó. Suspiré –. Bueno, ¿qué te dijo?
— Que te echa mucho de menos y que sigue como el primer día –me informó –. Dice que se arrepiente mucho de lo que hizo, que lo hizo sin pensar porque estaba muy celoso.
Suspiré.
— Necesito tu opinión.
— A ver, yo sinceramente hablaría con él e intentaría arreglarlo. Te conozco y sé que no te vas a llegar a olvidar de él estando con Lucas, mientras que Lucas se está enamorando de ti día a día. Al final acabarás haciéndole daño –me miró –. ¿Qué sientes por cada uno?
— No sé –bufé –. Lucas me atrae y lo quiero, y Saúl... a él igual.
— Son diferentes tipos de cariño. A Lucas lo quieres como un gran amigo y a Saúl como tu alma gemela.
— Odio que me conozcas tan bien –reímos.
Llamaron al timbre. Fue Noa a abrir. Yo metí en la maleta lo último que me quedaba.
— ¡Ya está aquí la alegría de la casa!
Reí al escuchar a Amil.
— ¿Y estos guardaespaldas tan guapos que te has buscado? –preguntó Noa tras besar a Antoine.
Lucas vino hacia mí e hizo lo mismo. Me acordé de lo que habíamos hablado Noa y yo.
— Te noto distante –me miró preocupado –. ¿Estás bien?
— Sí –sonreí y le abracé.
...
— Oh, forza Atleti mete un gol... –cantaba en voz baja en el banquillo.
Lucas y Noa, que estaban a ambos lados, rieron.
— Como no está el frente aquí, cantas tú ¿no? –preguntó Lucas.
— Claro –sonreí con autosuficiencia –. Eso les va a dar fuerza. Ya veréis.
Y como si me hubieran escuchado, nuestro equipo se adelantó por un gol, y fue ni nada más ni nada menos que Saúl.
Los que nos encontrábamos en el banquillo salimos a celebrarlo.
Éste hizo su típica celebración y se acercó al Cholo. Al verme, me guiñó un ojo, como aquella vez que me lo dedicó.
Lucas lo notó y se puso incómodo. Estuvo el resto del partido distante.
Al final acabó 0-2, con otro gol del Principito.
Como todos los partidos, los jugadores bajaron a cambiarse.
Yo tuve que hacer el papeleo, pero acabé antes que ellos. En cambio, Noa iba para rato.
Estaba tranquilamente en el túnel de vestuarios mirando el móvil cuando sentí como dos manos se colocaban en mi cintura.
— Te echo de menos –susurró.
Me giré.
— Te necesito –finalizó para después besarme.
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Me terminaste gustando [Saúl Ñíguez]
Fanfiction"A veces tenemos que alejarnos de ciertas personas, no porque queramos, sino porque debemos." Empezada: 04/12/16. Acabada: 05/02/17.