Solangelo

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¡Hola! Tengo literal como una semana intentando publicar esto, pero primero no podía por tener visitas, luego se me ocurrió enfermarme y ay, ya seban cómo soy de desastrosa.

Bueno, sucede que hace cerca de seis meses, The Nova 6 me ofreció trabajar en una colaboración, y ustedes me conocen, me encantan este tipo de cosas, así que de inmediato le dije que sí. Para no hacer esto más largo sólo diré que me encantó la idea de contar la misma historia desde un punto de vista de una... um... no sé cómo explicarlo, desde un punto de vista de paralelismos. No intenten explicarme, sabrán de qué hablo tan pronto lean la historia.

Pues bueno, espero que esto sea de su agrado y que se pasen por el perfil de The Nova 6, quien amablemente me ofreció participar en este trabajo.

Solangelo

―Si te digo la verdad, me parece que hemos tenido demasiada suerte, Nico ―dijo Will Solace, mientras se descalzaba y metía los pies en el lago. El embarcadero estaba a la altura justa para que el agua le llegase a los tobillos y esperaba que las ninfas del agua no decidieran acudir para divertirse tirando de ellos hacia abajo―. Normalmente no tengo tanto tiempo libre, ya lo sabes.

Al lado de Will estaba sentado Nico di Angelo, hijo de Hades con el que llevaba saliendo unas dos semanas. También tenía los pies metidos en el agua.

―Ya, pero bueno... es la primera vez en bastante tiempo que estamos desocupados, y la verdad... ―se calló un momento, para luego hablar en voz muy baja― me apetecía pasar algo de tiempo contigo.

Will sonrió y estiró una mano para hacerle una caricia en la base del cuello, lo que hizo estremecer a Nico. Aún no era demasiado dado al contacto físico, sólo se lo permitía a personas como el propio Will, su hermana, Percy o Annabeth, y eso era por conocerlos muy bien.

―Pues aquí estamos ―comentó el hijo de Apolo, risueño―. Llevo el bañador debajo de los pantalones, si quieres nos damos un bañito en el lago.

―Hm... no soy precisamente amigo del agua, pero supongo que una buena refrescada no me sentará muy mal ―respondió Nico, animando a Will, quien se puso de pie. Pero justo cuando empezaba a quitarse la camiseta, escuchó una voz que les llamaba:

―¡Will, Nico!

Era Percy, quien se les acercaba a paso rápido. Tenía el pelo completamente empapado y chorreaba agua. Nico se levantó y fijó la vista en su primo, ligeramente molesto. Algo le decía que su rato a solas con Will acababa de estropearse del todo.

―Perdonad por interrumpir ―les dijo el hijo de Poseidón al ver las caras de ambos―, pero Quirón os está buscando, dice que vayáis a verle cuanto antes.

Will y Nico se miraron, y dieron un suspiro al unísono. Lo dicho... demasiada suerte.

―Qué le vamos a hacer. A lo mejor no es nada importante, sino algo relacionado con las cabañas. ¿No te ha dicho nada, Percy? ―le preguntó el rubio, a lo que Percy negó con la cabeza.

―No me ha querido dar detalles, se los reserva para vosotros. Oíd, esta noche tenemos un capturar la bandera, y me toca liderar uno de los equipos. Me gustaría contar con la cabaña de Hades, ¿vale, Nico?

―Como quieras ―masculló el muchacho porque, para ser muy honesto, le traía sin cuidado en qué equipo participara.

―Vamos, que con esa actitud no vas a llegar a ningún lado ―se burló Will con una sonrisa cariñosa mientras rodeaba la cintura de su novio. Nico simplemente se encogió de hombros.

Para ser muy honestos, no era como si el trío de semidioses no supusieran que algo iba mal; sin embargo, no se dieron cuenta de que algo verdaderamente no estaba saliendo como debería sino hasta que llegaron a la Casa Grande y se encontraron con Quirón.

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