19| Soy su madre ✓

1.2K 65 5
                                    

Tal vez otra vez las apariencias habían echo de las suyas. Y es que Quirrel debía ser más valiente de lo que el pequeño grupo de amigos imagino. Aunque tal vez no le hubiera ido tan bien las semanas siguientes, pues se fue poniendo cada vez más delgado y pálido, sin embargo Cathe aseguraba que era por la presión de mantenerse callado a las insistencias de Snape.

También, cuando pasaban por el pasillo prohibido, Harry, Ron, Catherine y Hermione adherian sus orejas a la puerta, para asegurarse de que Fluffy siguiera gruñendo allí dentro.

Por otro lado el mal carácter de Snape se mantenía intacto lo que significaba que Catherine tenía razón y la Piedra estaba a salvo. Y eso no era todo, pues el trío, con excepción de Hermione, habia comenzado a sentir cierta pena por el tartamudo profesor Quirrell. Cada vez que Harry pasaba junto a él le dirigia una sonrisa tranquilizadora, Ron le defendía y Catherine, incluso se había disculpado por haber ayudado a los gemelos lanzandole un hechizo a unas bolas de nieve para que lo siguieran.

Cathe suspiro con pesades y soltó el grueso libro que leía y subrayaba: -¿Por qué tenemos que estudiar? Hermione, faltan meses.

Algo que a la castaña preocupaba más que Fluffy y la Piedra Filosofal, eran los exámenes que se encontraban "proximos", según ella. Los chicos y Catherine lo habrían pasado por alto de no ser por qué Hermione estaba todo el tiempo detras de ellos recordándoles lo importante que era saber.

-Cathe tiene razón, Hermione. ¡Faltan siglos para los exámenes! -exclamo Ron. La susodicha soltó un suspiro y miro con irritación a los gemelos, Catherine a su derecha y Ron frente a ella.

-¿Siglos? ¿Hablan en serio? Faltan diez semanas -replicó la castaña apartando la vista de su libro-. Debe ser sólo un segundo para Nicolás Flamel.

-Y lo sería para nosotros si tuviéramos la edad de él.

-No entiendo para que estudias -hablo Ron-. Ya lo sabes todo.

Había sido todo, Hermione soltó el libro y su pluma dejándolas caer sobre la mesa. Miro a Ron y negó: -¿Estas loco? Estos exámenes son importantes -masculló recalcando la palabra-. Tenemos que pasarlos para entrar en segundo año.

Catherine soltó un suspiro y dejó caer su cabeza cansada. Deseaba regresar el tiempo y volver a disfrutar las vacaciones de navidad, tantas risas y comida. No se podían comparar con las vacaciones de Pascua, donde tenían más tareas, y, su escaso tiempo libre lo invertía leyendo y subrayando al lado de un Ron quejumbroso, una Hermione molesta que recitaba los usos de la sangre de dragón mientras practicaba movimientos de varita y un Harry que... bueno, Harry no hacía más que pedirle ayuda a Cathe en las cosas que no entendía.

-Da igual. Ni repasando mil veces recordaré la mitad de esto -suspiro Ron soltando de golpe su pluma.

Catherine miro a donde Ron, la ventana de la biblioteca, en ese momento, vacía. Muchos se encontraban disfrutando la belleza del día, y ellos estaban haciendo deberes en la biblioteca.

-Cathe -llamó Harry a su amiga-. ¿Me ayudas a encontrar díctamo?

La pelirroja se levantó de su asiento y se acerco a Harry, tomando el libro que llevaba en manos. «Mil Hierbas Mágicas y Hongos», la joven paso su dedo índice sobre las hojas viejas del libro arrugando la frente al tiempo que buscaba con rapidez la palabra.

-¡Hagrid! ¿Qué haces aquí? -pregunto Ron haciendo que sus acompañantes levantarán la mirada.

El enorme hombre se sobresaltó al ser llamado y de inmediato oculto algo detrás de su espalda. Miraba de lado a lado, como si ocultara algo.

Mi Unico Propósito (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora