Capítulo 48 - Mucho en juego (Parte 2)

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Te levantaste bruscamente de la cama cuando sentiste la puerta del cuarto abrirse de golpe, violentamente, te habías permitido dormir porque pensabas Sael tardaría en regresar pero te habías equivocado, sentiste como el mareo te envolvió por la repentina acción que hiciste con tu cuerpo, saliendo de la cama hasta plantarte en el piso pero no con tus pies, sino con tus glúteos cayendo de golpe sobre el piso, esto no era propio de tu secuestrador.


-¡Le sacare ese olor que lo vincula así sea matándolo! [Gruño Sael]

Tus ojos se abrieron de golpe como si te hubieran despabilado con agua fría, ignoraste el mareo que sentías pero te pusiste atenta, una cosa era cierta, este hombre había perdido el control y la otra, había tenido un encuentro con Justin. Una sonrisa llena de superioridad y sobre todo con ese toque perverso invadió el interior de la habitación.

-¿Tu crees que te está buscando? [soltó de golpe] ¡Este justo en el bar donde frecuento cada noche haciendo del alcohol su mejor amigo!

¿Ah?, estabas atenta a cada palabra porque era una manera de saber de Justin pero ¿Justin en un bar? Un nudo se plantó en tu garganta, hundiendo las palabras que querías pero no debías decir, te permitiste nada más reincorporarte del piso descubriendo que era más un suplicio que algo de todos los días, tus piernas se tambaleaban cada vez que buscabas colocarte de pie pero ibas a lograr, nada de debilidad...

Un chillido se escapó de tus labios cuando una mano fuerte y temblorosa te agarro de golpe por la muñeca, sacudiéndote, colocándote de pie de un solo golpe, sentiste que tus ojos se iban a salir de sus orbitas porque el miedo te invadió lo habías ocultado las dos semanas que estabas aquí pero ahorita, era algo casi que imposible. Tu olfato se llenó a ese olor que cargaban la gente después de salir de un bar, a cigarrillo y alcohol... lo otro preferías guardártelo porque no te importaba saberlo.

-No me temas [esa voz grave te invadió] Prometo no hacerte daño.

Cerraste tus ojos con fuerza cuando el apretón en tu muñeca se hizo más fuerte, aquel nervio hizo un hogar justo en tu corazón, ¿Qué habías hecho para que este hombre fuera contigo de esta manera?.

-¿Debo creer en esa inocencia que aparentas? [Su voz ahora era suave]

No respondiste, no lo ibas a hacer, tenías aun el suspenso de lo que haría y el imaginarte a Justin en un bar, en la parte esperanzada de ti aún estaba esperando a Justin pero sabias muy bien que él estaba pensando con su parte irracional. Como deseabas tener uno de esos poderes de telepatía y decirle que estabas bien aunque así no era porque la supervivencia que había en ti podía disminuir en cualquier momento, en otra vida donde tuvieras todos tus sentidos intactos hubieras encontrado una vía de escape pero no era así, podías ser muchas cosas pero sobre todo eras humana, tus debilidades eran muchas y podías dejar esta vida con facilidad.

-¿Aun tienes esperanzas en que él te consiga?

Esa pregunta obtuvo tu atención, ¿la tenía? Por supuesto, respiraste profundamente alzando la mirada, bien en alto.

-Si [dijiste sin preámbulos]

Aquel apretón se hizo aún más fuerte cortándote la circulación, manteniéndote aferrada contra ese cuerpo que se había convertido en una pared, el metal que te mantenía encarcelado contra la cama hizo presión cuando este te atrajo más hacia él, tuviste que jadear porque te estaba lastimando pero no se lo dirías.

-¡¿Crees en el?! [pregunto con fuerza]

-Si [ni tartamudeaste]

-¡¿Lo amas?!

¿Para donde iba con esto?, pero algo te decía que no iba para bien, mentirle no estaba en ti porque no le ibas a dar el gusto, forcejeaste con su agarre y lograste que se hiciera más fuerte.

-¡RESPONDEME CARAJO!

Ese grito alboroto tus emociones, todo se mezclaba pero los que estaban en el tope era el temor y la indignación de no poder hacer nada.

-¡SI, LO HAGO! [Gritaste sin saber por qué]

-Respuesta equivocada

Esto fue dicho con la maldad siendo un juramento. Habías dado por sentado que en cualquier momento este hombre perdería la paciencia y estaba ocurriendo, otro chillido abandono tu boca y en un abrir y cerrar de ojos fuiste lanzando con salvajismo sobre la cama, rebotando dos veces con tu mente dando vuelta... no, no, esto no podía pasar. Te alejaste en el colchón, haciendo el intento de sentarte pero unas manos te detuvieron.

-No quería llegar a esto pero es que sentir el olor de el en ti me asfixia [dijo] y tengo que hacerte entender que no lo amas, que estas equivocada.

-Si lo amo y lo hare siempre.

Tenias que decirlo porque no sabias si habría otra oportunidad para hacerlo.

-¡NO MIENTAS!

Gritaste con fuerza –como si alguien fuera a oírte-, el grito desgarro tus cuerdas vocales porque todo ese peso cayó sobre ti y estabas entrado en un punto de toda esta situación que no querías afrontar, que no querías pasar, ninguna mujer quería pasar por esto. Un desgarro se escuchó en la habitación y miraste hacia los lados como si fueras a encontrar algo pero reconociste que el desgarro vino de ti, de tu ropa, hiciste un intento en vano por cubrirte y aquellas fuertes manos del guerrero detuvieron tu pasada.

-Entraras en razón, reconocerás tus sentimientos [dijo el cerca de ti]

Respiraste agitadamente porque sentiste que la respiración te fallaba, preparándote para algo y... no te equivocaste, aquellos labios desconocidos se clavaron en ti con una rapidez y fuerza que ahogo otro grito, apartaste muchas veces la cara pero aquellos labios te perseguían, forcejeaste pero no dejaste de sentir como una boca aplastaba la tuya y unas manos abandonaban tus muñecas para tocar con fervor la piel que exhibía la ropa desgarrada.

Dios mio, ni toda la fuerza que ponías, ni todo el empeño que hacías con tus manos para apartarlo podías lograr algo, cerraste los ojos con fuerza imaginándote que esto era una pesadilla y sobretodo dándote valor para no derramar ni una sola lagrima. ¿Dónde quedaban los "siempre te cuidare" en estas situaciones?

CONTINUARA

Love Slayer ~ J.B&TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora