Y él estaba allí.
Un día como cualquier otro me dirigía hacia la escuela, Salí de casa apresuradamente pues ya se me había demorado demasiado.
Ya es muy tarde – balbucí mirando el reloj de mano que llevaba puesto.
Enseguida de salir aborde el autobús, como de costumbre me senté en la parte del centro de lado del conductor, no paso mucho cuando le vi por primera ocasión, sin tomarle importancia me puse mis auriculares pues en esta ocasión y como de costumbre no llevaba un libro para leer. La distracción en mis auriculares me llevo a perderme por unos instantes, cuando de pronto levante la mirada y allí estaba el a unos cuantos asientos enfrente de mí; él estaba agachado leyendo un libro de pasta roja, enseguida llamó mi atención, intente buscar un ángulo para saber cuál era el nombre de aquel libro, pero no lo pude conseguir.
¿Y si le pregunto? - pensé a voz baja- no que cosas dices- me respondí de inmediato.
Hola. - se oye a lo lejos. Inmediatamente reconocí la voz era de una amiga. Hola, ¿cómo estás? - le pregunté.
-Hola, Eliza, Yo estoy muy bien, gracias por preguntar.
-qué bueno meda mucho gusto.
Y mientras Eliza platicaba acerca de su fascinante viaje, me fui por un momento pues me quede pensado en aquel chico y en el libro que leía, parecía estar tan fascinada que no noto cuando el autobús pasó por debajo de un puente donde quedaría oscuro por unos instantes y no se lograría ver nada...
¡Hey mes estás haciendo caso! - me dijo Eliza con tono de enojada.
Si claro perdona- le respondí al mismo tiempo que intentaba recordar que es lo que me había dicho.
Al parecer esa sería la primera y la última vez que lo miraba, pues pasaron vario días en los que no lo encontraba, recuerdo que a veces fingía que me retrasaba con tal de salir un poco tarde para ver si lo encontraría una vez más; pero en mis intentos fallaría.
Faltaba menos de un mes para salir de vacaciones, ya que la época de Navidad se acercaba, me encontraba un poco triste pues no quería que las vacaciones acabaran, sabía que extrañaría a mis amigos.
Un día mientras como de rutina me dirigía a la escuela, me encontré con Eliza.
-Me puedo sentar- me dijo.
-claro. - Dije mientras me movía hacia un lado apara que ella se sentara. - y como has estado, cuéntame de ti. - le dije emocionado.
-estoy bien, gracias. – por cierto, ¿qué crees?
- ¿Qué? - le dije casi interrumpiéndola.
- dice una amigo mío de la secundaria que te ha visto algunas veces.
- ¡En serio! - respondí muy sorprendido.
- sí, dice que te le haces muy simpático; y piensa que somos novios. Dijo en tono mofándose.
- ¡pero qué ocurrencias las tuyas! - le dije casi sonrojado
En ese momento no sabía que pensar, me daba miedo la idea de que yo le gustara a un chico; me recorrió por todo el cuerpo un escalofrió que me puso a temblar, era una sensación que jamás en mi vida había experimentado, sentí el estómago vacío, y un nudo en la garganta, realmente no sabía que me estaba pasando.
-¿Estás bien? - me pregunto Eliza muy pensativa.
-Si, ¿por qué debería estar mal? – inmediatamente trate de ocular lo que había pasado.
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El delito de un amor.
Teen Fictiondolor, amor son los elementos principales para que Levi fuera el protagonistas de esta historia.