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Jimin

Hacía mucho calor. Eché las sábanas hacia atrás y miré el reloj​, eran las 8 y cuarto, me había vuelto a quedar dormido. Salí inmediatamente de la cama, y me dirigí escaleras abajo en busca de algo para desayunar.

Cogí una tostada. Mi madre estaba de espaldas. –Ni siquiera se ha dignado en despertarme.– Pronunció unas palabras ininteligibles que ignoré e intenté comer lo más deprisa que pude, para no tener que estar escuchando su irritante voz durante un segundo más de lo necesario.

Dos minutos más tarde ya estaba saliendo de casa. Ví a dos niños corriendo con mochilas que aparentaban ser más grandes que ellos. Uno cayó al suelo y su amigo comenzó a reírse de él. Me dió pena y me acerqué para levantarle.

–Ten más cuidado la próxima vez. –Le sonreí.–

Él me devolvió la sonrisa y salió corriendo con el otro niño.
Seguí caminando dirección al instituto. No me hacía ni la más mínima gracia tener que empezar un nuevo año en este horrible colegio. Al menos estarían Jin y Taehyung, ellos eran mis amigos de la infancia, y me alegraba estar en la misma clase que ellos.

Entré en mi clase y me senté en el primer sitio libre que ví. Acababa de sonar el timbre y aún no había mucha gente en clase. En cuestión de minutos todos los asientos libres se fueron llenando y el profesor Smith apareció por la puerta. Él también me dió clase el año pasado, me parecía un buen tipo, no era demasiado estricto y siempre nos ayudaba en los exámenes. Todos guardamos silencio.

–Buenos días chicos. Espero que hayáis tenido unas buenas vacaciones y estéis listos para empezar el curso con buen pie. Pero antes de empezar... Entra. –Se aclara la garganta.– Quería presentaros a vuestro nuevo compañero de clase.

Aparece por la puerta un chico de mi edad. Quizá un poco mayor. Tenía el pelo rubio maltratado y teñido. Su rostro era muy serio. Me atrevería a decir que hasta daba miedo.

–Se llama Yoongi, y estará todo el año con nosotros. Por favor Yoongi siéntate.

El chico pasó por mi lado, sentí un pequeño escalofrío. Todos miramos como se sentaba en la mesa del fondo, lejos de todos. Agachó la cabeza.

Mientras el profesor explicaba volteé mi cabeza hacia atrás en varias ocasiones. Él no cambió de posición en toda la hora. Parecía un maniquí. Daba la sensación de que ni siquiera respirara.
No cruzó palabra ni mirada alguna con nadie, solo se limitaba a mirar hacia abajo, esperando a que pasara la hora.

Finalmente sonó el timbre, lo que indicaba el final de la clase. Cuando me quise dar cuenta Jin y Taehyung ya me estaban esperando en la puerta. Como hoy era el primer día solo dedicamos la primera hora para una pequeña presentación del tutor y a conocer los horarios de las clases.
Cogí mis cosas y me dirigí a salir del aula.

Yoongi pasó cabizbajo delante mía, saliendo rápidamente del instituto. Taehyung hizo una mueca de desagrado.

–El nuevo es un poco... Rarito, ¿no? –Dijo este.–

Asentí. Parecía muy borde y tenía cara de pocos amigos. No creo que pudieramos llevarnos bien con él... Si algún día llegáramos a hablar, claro.

Fuimos a dar una vuelta, hablamos de cosas triviales, mientras Jin comía sin parar. Él es como un pozo sin fondo, no se llena nunca.
Rato después se despidieron de mí y se fueron a jugar a videojuegos. Son unos auténticos viciados. A mí no me gustan esa clase de juegos por lo que no paso demasiado tiempo con ellos.

Pensé en irme a casa, pero no tenía ganas de aguantar los sermones sin razón de mi madre. Siempre se quejaba de todo. Una vez me estuvo gritando una hora por no haber hecho la cama. –Tenía que haberme ido a vivir con mi papá.– Pensé. Él vivía en Estados Unidos, lo que implicaría dejarlo todo. Quizá más adelante lo haría.

Al final decidí ir a casa. A penas había nadie por la calle, y a estas horas hacía un calor inaguantable.
Mi madre se había ido, no se a dónde, ni tampoco me importaba. Me quité la camiseta y me tumbé en la cama, quedándome dormido, poco a poco.

Una canción para mí [Yoonmin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora