Todos sean consumidos por su propio ego,
en mis labios he implantado el odio de dios
como contrapunto final, que puedo escupir
para apagar las llamas de tu pseudoinfierno:
Cual cruz acepto la sombra del amor eterno.
Y no, tus leyes no me afectan, yo entiendo su naturaleza;
me manifiesto sobre ellas; llámame como tú prefieras...
Pero:
Mía es la sombra que te abrasa cuando no quieres verla,
representando la larga noche desde los bosques negros,
soy la poesía encarnecida; me ratifican por mis pecados,
me he consagrado en las artes que el hombre ha olvidado.
Como moderno trovador encabezo la rebelión,
y con esta canción levanto a tonos una bandera,
por aquellos que forman parte del todo y saben;
que la nada siempre es la única de las respuestas.
Pues tanto la luz como la oscuridad son nuestros,
tronos desde los que hemos regido sin conciencia,
porque con ellos sólo aprendimos a crear distopias;
con puño arriba esta lírica se convierte en anarquía.
Somos, alquimistas mentales de la mueva era,
transmutamos las impurezas del pensamiento;
en los versos inmortales que le darán su forma
material al sentido propio de nuestros cuerpos.
Y por cierto, si para vos nuestra libertad es sacrilegio,
doy inicio a la revolución; con nuestra infinita legión
de paganos sentimientos en conexión, verbo en acción
es la ancestral herencia para todas las razas guerreras:
Por el sudor en la frente y la fuerza de nuestra espalda,
llevamos la mirada bien alzada, y sin temerle a nada:
Juntos somos uno; dime, ¿quién nos para?.
Si las luces estroboscópicas de mi corazón
son las únicas armas que se disparan, para
frenar al opresor, que finge actuar bajo el
nombre del amor y gloria erial de un dios.
Pero yo voy en contra, porque defiendo la verdad
y se lo suficiente, para poder decirle a quien sea;
que, sus estúpidos dogmas, y fingida inocencia,
son en si la esencia que plaga a mi madre tierra.
Por eso luna, drena mi alma y envuelve mi luz
abrazándome con la cálida sombra de la noche,
por los que no entienden; pero tanto me temen,
ahora véanme arder a base de su propio fuego:
Es que mi naturaleza se renueva por completo.
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Mimetismo nocturno.
PoesíaHe pedido misericordia; si, pero no del día, sino de la larga noche: ¿y porque?; pues, es en la oscuridad, donde las sombras abrasan la luz purpurea que emana de mi alma; misma que el resplandor del alba sofoca, y después simplemente rechaza... To...