Capítulo 1

620 89 6
                                    

Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido miedo. Cuando niños, la gran mayoría era temeroso de la oscuridad o en medio de una tormenta eléctrica ¿quién no corrió a refugiarse entre las cobijas o con sus padres?

Al llegar la adolescencia, muchos sentimos miedo al rechazo, por nuestra apariencia, creencias o status social. Y aunque la mayoría lo supera con el tiempo, hay ciertos tipos de miedos que en vez de superarse se convierten en fobias.

* * *


Leo había crecido con una familia un tanto especial, su madre y su padre eran personas respetables y muy responsables, pero dentro de su mundo perfecto había algo que los distinguía de los demás.

Su padre era un excelente microbiólogo y su madre era una increíble genetista. Grandes científicos, con un gran trastorno obsesivo compulsivo a la limpieza. Por lo tanto era de suponerse que Leo, su único hijo, también desarrollara este mismo trastorno, con una gran variante.

Cuando Leo tenía 8 años, debido a un descuido, se vió envuelto en la peor de las suertes que a un niño de esa edad le puede pasar.

Leo, había acompañado a su padre al laboratorio del cual era responsable. Pero en una mala jugada del destino, terminó bañado con una sustancia altamente tóxica, la cual provocó que pasara casi dos años de su vida en un cuarto esterilizado, sin visitas, ni juguetes y lo más importante, sin salir.

Aquel suceso propició que desarrollara una fobia extrema a los gérmenes llamada misofobia.

* * *


Won Sik, mejor conocido entre sus amigos como Ravi, de niño fue privado de su libertad, al ser secuestrado por quien en ése entonces era la mano derecha de su padre.

Un suceso horrible para un niño de 7 años, quien era obligado a ver pornografía en extremo explícita, pues sus raptores casi todo el tiempo mantenían relaciones sexuales frente a él.

Después de un par de meses en los cuales Ravi se preguntaba si no volvería a ver a sus padres o si moriría en ese detestable lugar, al fin pudo ser libre, gracias a que su padre y la policía pudieron dar con el lugar donde lo tenían.

Y aunque recuperó su libertad, Ravi no volvió a ser el mismo de antes, especialmente en el ámbito sexual, ya que desarrolló lo que se conoce como genofobia, lo cual es el miedo o repulsión a mantener relaciones sexuales.

* * *


Lunes 11:00 am

Cada lunes a las once en punto, Leo se reunía con el doctor Park para hablar un poco de su ya conocida fobia. Ciertamente es una fobia frecuente, la cual no respeta edad o sexo, pero Leo había llevado su trastorno a otro nivel.

Caminando de un lado para otro, Leo se encontraba indeciso de si entrar o no al consultorio del doctor Park Jung Soo, el mejor psicológico de la ciudad; el cual lo había tratado durante los últimos cinco años. Leo había olvidado su habitual frasco de gel antibacterial, y odiaba en verdad tener que sentirse ansioso por ese detalle.

Tomando un par de respiraciones profundas y algunos pañuelos desechables, se decidió a entrar. Además no era como si tuviera otra opción, ya que llevaba años llegando a terapia y bien sabía que si volvía a perder otra cita, eso solo se reflejaba en tener que pasar mayor tiempo con el psicólogo, y él ya no quería volver.

«Nota mental: no olvidar de nuevo traer el gel o en su defecto traer un paquete de guantes desechables».

Llevando consigo siempre una maleta en la cual, además de llevar gel antibacterial, jabón, desinfectante en spray, cubre bocas y guantes, llevaba también una muda de ropa por cualquier accidente que los productos antes mencionados no pudieran remediar.

Entró a la sala de espera y como cada lunes fue recibido por Yuri, la recepcionista del doctor Jung.

— Buenos días, Yuri — la saludó.

— Buenos días Leo, hoy puedes pasar directamente.

— Gracias.

Leo continuó su camino hasta llegar a la oficina del doctor Park, sacó el spray desinfectante y con un pañuelo desechable limpió la manija para poder entrar.

— Leo qué gusto, como siempre tan puntual — mencionó el doctor al verlo entrar saludándolo tras su escritorio.

— Que tal doctor, al parecer hoy usted terminó antes.

— Bueno, eso es porque era un chico nuevo, pero toma asiento, hoy tengo algo muy importante de que hablar contigo.

— ¿Importante? — preguntó sorprendido, sentándose después de manifestar su ritual de limpieza sobre el sillón de piel frente al escritorio del doctor Park.

Después de que su terapeuta le platicara a Leo sobre su idea de abrir una especie de grupo con otros pacientes que también atendía, Leo realmente lo pensó mucho. Era obvio que gracias a su fobia no era muy sociable, de hecho, con el tiempo se había convertido en un ermitaño total, ya que vivía en un departamento aislado de la sociedad por así decirlo. Nunca tocaba nada si no era absolutamente necesario y casi siempre utilizaba cubrebocas y guantes.

— Piénsalo, aunque déjame decirte que sería algo muy bueno para ti, si aceptas claro.

— No sé, lo tendré que pensar.

— Bueno, eso fue lo que imaginé que dirías. Vamos a comenzar con nuestra sesión de hoy...

* * *


Con el traslado de Ravi a una nueva ciudad por su trabajo, se tuvo que dar a la tarea de localizar un nuevo psicólogo también, y así fue como llegó al consultorio del doctor Park. Sus sesiones fueron programadas los lunes a las 10:00 am.

El doctor se sorprendió bastante al observar el historial de Ravi, ya que solo durante el último año, había visto a 15 psicólogos diferentes, en 15 ciudades diferentes también.

Su charla de inicio fue bastante rápida por un contratiempo que le surgió a Ravi de último momento, por eso la sesión había terminado 15 minutos antes de lo previsto. Y aunque no era habitual en el doctor Park en hacer pedidos a pacientes nuevos, le pidió a Ravi que asistiera a su grupo de apoyo, ya que como Leo, también se le notaba bastante recio a conocer personas nuevas. 


Monday [WonTaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora