Sin importar si somos de distintos sitios e incluso si somos un alfa u omega. Dirás que es un lazo, pero es algo surgido con naturalidad. ¡Estamos destinados! Unidos ¡UNIDOS! más allá de eso, es por un fino hilo. ¿Lo entiendes, Yuri? Mi hermoso Yuri...
—Có... ¿Cómo que de visita? —Aún ofuscado de tan repentina noticia, es lo que atina decir de nuevo Yuri.
—Tengo ganas de conocer mejor Hasetsu ¿Cuál es el problema? — da como toda respuesta el tailandés.
—Realmente ninguno...
—Entonces... ¡Nos vemos pronto, Yuuuuuuri~! — terminando su nombre en una entonación tierna.
— ¡¡AH!! Es... espera, espera ¡Phichit!
Y así el tailandés corto la señal, sin dar forma de una negación del otro lado de la línea. Dando una escena de una persona atónica, tendida con el celular en su oreja y sonando un pitido dando finalizada la llamada ¡Muy listo de su parte!
Un gran suspiro suelta Yuri al caer de nuevo todo el peso de su cuerpo en la cama, para terminar de soltar en un leve murmuro.
—Entonces vendrá. Supongo... que no será tan malo.
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Una escena familiar surge de nuevo en casa de los dos rusos, con su entrenador de visita en la mañana para desayunar con ellos. Logrando una confianza para todo el equipo que son.
El motivo original para Yakov, era simplemente para observar y atender a sus competidores. Al convivir constantemente con ellos. Entiendo lo problemático que podría resultar Víctor a futuro; con ese peculiar carácter que pocos lograban apreciar y comprendió la caja de emociones que era Yuri, pero que a él no le gustaba mostrar. Ambos tan fuertes, pero como todo ser, con puntos débiles.
Con el paso del tiempo forjaron lazos. Lazos indestructibles.
Mientras continúan comiendo los tres sentados en la mesa central de la cocina, dialogando y riendo; un caniche café entra desesperadamente a la habitación. Lanzándose a las piernas de su amo.
—¡¡Maccachin!!
El ruso menciona entusiasmadamente mientras acaricia a su fiel amigo.
—Se cansó de esperar a que su dueño se levantara, lo termine por sacar al jardín. No quería que se muriera aburrido. Insensible. — El rubio murmuro algo sonrojado, para inmediatamente meter un bocado de pan a la boca.
—Gracias Yuri. — menciona Victor sinceramente a Yuri. Emanando un Aura cálida de él.
La conversación se ve interrumpida por Yakov.
— ¿Se enteraron lo que paso en Corea?
Yuri fan de las redes sociales, por supuesto que sabía de todo lo que acontecía en otros lados en el mundo del patinaje.
— ¡Claro que sí! Es una pena que tuvieran que cancelar la inauguración por la nieve. Al parecer todo ya estaba listo, solo que nadie esperaba tal tormenta...—con un poco de pesar hablo el menor de los rusos.
Ajeno a la situación solo Victor escuchaba ambas partes hablar.
—Deja eso Yuri, según pronosticaron. Eso mismo puede suceder en Japón puede que una tormenta estalle el mismo día del evento. — algo exaltado el entrenador.
—Te enteraste igual la noticia de...
Mientras la plática proseguía Víctor divagaba en sus pensamientos de nuevo por esa palabra. Dejando de escucharlos y cada vez sus voces más lejanas de él, para volver a lo mismo: Japón.
Se iba terminar volver loco, sus sentidos lo estaban matando. Cada que pensaba en el tema le tiraba un ligero malestar en su cabeza. Sentía punzar su corazón. Una terrible necesidad. Al paso que iba no iba a poder concentrarse, era imposible seguir así. Las competencias, sus rutinas y él, terminarían un desastre. Y lo decidió.
—Yo... voy a viajar a Japón.
El silencio reino en todo el lugar.
Ni Maccachin ladro, Yuri soltó un pedazo de pan de su boca y el entrenador atónico, queriendo articular palabra solo soltando vocales entrecortadamente.
Y ambos sintieron lo que pasaba. Víctor estaba soltado una esencia dominante características de los alfas al tomar decisiones, lo que acaba de decir no era para nada un juego. ¡Estaba hablando totalmente enserio!
Salieron de su trance por un perrito que ladro por inercia, ya que igual logro sentir el aroma de su dueño.
— ¡¿QUÉ?! —al unisón salió aquella pregunta por ambos totalmente fueras de sí.
El aroma de Víctor se disipo levemente, mostrando que estaba saliendo de su trance. Sus ojos dejaron de estar ausentes para regresar a su brillo como una gema azul, se concentró de nueva cuenta. Solo atino a mirarlos y sonreír astuto.
—Vaya... pensaba que era muy claro.
Yuri nada conforme con la respuesta no se pudo limitar a preguntar.
—Pero ¿Qué rayos estás diciendo, senil?
—Vitya ¿Por qué dices eso? ¿Pasa algo malo?
En sus preguntas estaba la nota de preocupación por tal revelación.
—Es lo que no se Yakov, no lo sé... Por eso mismo, viajare. —su entrecejo mostraba lo frustrado que lo tenía no saber que pasaba en él.
— ¡No! ¡No! ¡Y NO! No puedes viajar, no ahora ¡Es imposible! —Yuri, incapaz de aceptarlo comienza a gritar. — ¡¿TE DAS CUENTA QUE SE NOS ACERCAN A NOSOTROS IGUAL LAS COMPETENC...?!
—No te estoy preguntando, te estoy avisando. — Sus palabras sonaron tan tajantes y duras. Yuri guardo silencio. Porque Víctor lo estaba haciendo nuevo, inconscientemente, mínimo es lo quería pensar. Usar la voz de Alfa para dar por terminada la conversación. Era demasiado para él.
Yakov intervino en tal catástrofe.
—Vitya, calma por favor. Se puede hablar del tema.
— ¿De qué exactamente? No voy a cambiar de parecer, yo voy a viajar. Espero te quedará claro. Y si me disculpas... me retiro — la voz de alfa nunca se desvaneció, Víctor salió de la cocina para ir a su cuarto y un caniche tras de él. Sin duda, a preparar sus maletas.
Tenía que tomar un vuelo a Japón y no pensaba esperar más.
Yakov e Yuri se quedaron en silencio. Uno pensando que iba hacer con tal competidor con decisiones tan inesperadas y otro examinando sus opciones, lo relevante de la situación.
Solo a uno de ellos se le ocurrió como tomar una salida de todo ello.
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¡Hola! Nuevo capítulo, como dije intentaré actualizar más seguido y de nueva cuenta, retomar poco a poco mis otras novelas. Y no se preocupen, el otro capítulo se nos viene muy largo. (Posiblemente los que continúan, igual)
