D E P R E S I Ó N

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El cielo está despejado, un sol brillante ilumina la ciudad mientras la suave brisa mueve las finas hojas de los árboles como si de una canción se tratase.

Es un precioso día, pero... ¿por qué estoy llorando?

Soy prisionera de cuatro paredes donde mi oxigeno es la tristeza y mi alimento el dolor, hay heridas invisibles que sangran con el más delicado toque, sin querer la sangre mancha mis manos y aun cuando las lave más de tres veces el carmesí sigue ahí, caliente y espeso, indeleble en mi piel.

Una sombra negra es mi compañía, depresión se hace llamar. Al anochecer con voz susurrante me habla al oído y dice aquello que tanto duele escuchar, me abraza pero me asfixia y de manera inevitable me tumba. En ocasiones escucho esa risa burlona mientras tibias lágrimas descienden por mis mejillas.

Le encanta recordar y su frase siempre es la misma "recordar es vivir".  Pero... yo... ya no quiero vivir, al menos no de esa manera.
Me aterra pensar en acabar con todo, no porque signifique el final,  si no descubrir que hay vida más allá y que el dolor me siga a donde vaya...

Nos hemos despedido tantas veces pero con ojos suplicantes se rehúsa a dejarme. 
Soy solo una tonta, débil de mente y corazón.

Estoy cansada de este mundo, ¡alguien ayudeme por favor!

Límpiame con manos delicadas y con ternura que las lágrimas impiden mi visión.
Se vuelve cada vez más insistente, siento que me ahogo, pero no veo rastro de agua, ¿esto es lo que llaman tocar fondo?.
Toma esta como mi despedida, tal vez nos veamos mañana, o tal vez en otra vida...

Tear⏺️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora