Salí del rango con éxito y me dirigí al mío, exactamente a la biblioteca, quería seguir leyendo y también quería pensar una solución para ocultar la pluma oscurecida, hacía falta fijarse para percatarse de ello, pero aún así prefería buscar una solución.
Llegué al rango y la priemera persona a la que encontré fue a la que menos quería ver. Josh.
-Alice- Me llamó enfadado, yo me hicé la sorda y seguí mi camino, pero resultó ser más rápido y me agarró del brazo.
-¿Qué quieres Josh?- Pregunté lo más seria que pude, puesto que yo no acostumbraba a ser alguien serio.
-¿Dónde has estado? Estaba preocupado- Dijo apartándome un mechón de la cara, yo me aparté para evitar el contacto.
-No es de tu incumbencia- Me zafé de su brazo e intenté seguir mi camino, pero el insistente Josh volvió a detenerme.
-Tienes una pluma oscurecida- Dijo mirando hacía los lados- Vamos a un lugar privado- Me ordenó agarrándome del brazo y tirando de mi. Yo obedecí blanqueando mis ojos.
Tras unos minutos en total silencio llegamos a la biblioteca en la cual por lo que veía, solía haber poca gente por no decir nadie, me llevó al sitio más apartado de esta y me miró serio esperando explicaciones.
- Alice, ¿me vas a dar explicaciones? Llevas aquí dos días, dos días y te permites el lujo de dejar que se te oscurezca una pluma, ¿ sabes lo que significa eso si te pillan? No, no lo sabes, soy un instructor horrible- Dijo llevándose las manos a la cabeza- ¿No piensas hablar? Dame una explicación por favor, empieza por el principio, ¿por qué te fuiste?- Yo suspiré dándome por vencida y empecé mi relato.
- Bueno me fuí por una mera tontería, me puse celosa de lo que dijiste de Kate, pero más tarde acabé hablando con Mauro sobre las reglas de los diferentes colores de alas, eso me llevó a la biblioteca y leí algo referente a una "elegida" y eso me hizo pensar y entré en el rango de Mauro para pedirle respuestas y las conseguí- Terminé el relato con una sonrisa de satisfacción que instantes depués me di cuenta de que no debería haberla puesto y la borré automaticamente.
-¿Por qué esas cosas no me las preguntas a mi?- Le miré con incredulidad preguntándome como podía tener la cara de preguntarme eso.
- ¿Por qué me das largas tal vez?-Josh me miró con el rostro confundido.
- Esta bien Alice, a partir de ahora te responderé a todo, pero por favor, no te juntes con Mauro-
-¿Por qué?- Pregunté con cierto rentintín.
-Por que como muy bien has leído, eres mi elegida y por tanto la suya, esto es así por que somos la misma persona divida en dos, aunque claramente cada uno tiene su parte mala y su parte buena, no es una bondad radical, ni una maldad radical- Yo asentí satisfecha ante sus explicaciones.
- Entonces, ¿sí yo soy la elegida por que Mauro no puede acercarse a mi y al revés?- Josh me miró con el rostro serio.
- Es hora de cenar, seguimos allí- Yo asentí y le seguí con paso alegre, justo me acordé de mi pluma.
-Josh, que puedo hacer con mi pluma- Josh me miró serio, nunca le había visto tan serio y en verdad se veia realmente sexy.
-Eso lo arreglamos mañana de momento vamos a hacer un truquito de ángel custodio para ocultarlo, ya aprenderás a hacerlo- Dijo con una sonrisa juguetona. Y con un movimiento leve de manos mi pluma se volvió blanca para los demás.
Cada vez me sentía más integrada y cada vez me gustaba más todo aquello.
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Plumas negras
Novela JuvenilNo sabía que existía el cielo, ni tenia ni idea de lo que me esperaba después de morir,ni si quiera entraba en mis planes morirme.