Samantha es un desastre, su vida entera son fiestas. No toma atención a su vida hasta que un extraño chico comienza a aparecer a donde quiera que ella vaya, junto con el llegan extraños acontecimientos a su vida y muchas situaciones vergonzosas, ¿qu...
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Cuando el hombre se fue, el chico caminó aun con una sonrisa en la cara hacia el sector de frutas.
-Quiero esto y una cajetilla de cigarros- dijo poniendo la fruta en la mesa y apuntando la vitrina de cigarrillos
-Mm... son $5400 –digo tratando de no mirarlo a los ojos, el solo hecho de recordar lo que iso la vez anterior que vino a comprar me hace ruborizar
-Tienes papelillos? –pregunta acercándose a mi
-No, no fumo –dije un poco cabizbaja mientras le tendía la bolsa con sus cosas
-Jaja –soltó una carcajada –Vamos, no estoy bromeando, sé que consumes de todo tipo de droga
-No me expliqué bien, ya no consumo drogas-dije recordando mi alucinación
-Oh, se puede saber porque?
-Eso no te interesa
-Si no me interesara no te preguntaría
-Mejor dicho eso no te incumbe, y en todo caso... como sabes lo de las drogas? –dije mirándolo con curiosidad, cuando iba a responder alguien abrió la puerta, ambos miramos, era Clarence
-Okay yo me tengo que ir –dijo poniéndose su gorra negra
-No has contestado mi pregunta- pero él siguió su camino sin mirar atrás
-Quiero un chocolate –dice Clarence acercándose al mostrador
-Ohh pero si es mi cliente favorito –digo en tono sarcástico
-Cállate estúpida, quiero mi chocolate
-Ow ese vocabulario, me ofendes –digo poniéndome una mano en el corazón
-Quiero mi chocolate- dice con mirada desafiante
-Ten ahí tienes, son $2000
-Que dios te lo pague-dice mientras corre hacia la salida con el chocolate en la mano, corro lo más rápido que puedo y lo detengo
-Esto es por ser un idiota- digo mientras le hago calzoncillo chino –Y esto por ser gordo-agrego mientras le quito el chocolate.
-Traeré a mamá y haré que te encierren en la cárcel -dice mientras se arregla el calzoncillo
-Qué bueno, hace tiempo no la veo, es una mujer adorable y ella me ama, porque soy una vendedora muy dulce y atenta
-Te arrepentirás, dice mientras corre hacia la salida y me apunta con su dedo.
Este fue un día agotador, vino mucha gente a hacer compras grandes, me atrevería a decir que compras para el mes entero. Ya era de noche y seguía estando lleno el minimarket, tuve que avisar por alto parlante que ya cerraría y la gente pareció desesperarse, estuve como loca embolsando los productos y dando el cambio.
Al fin iba camino a casa y prendí un cigarrillo, pasé por la plaza que está cerca de mi depa y había un tipo sentado mirándome, lo reconocí enseguida y puse los ojos en blanco
-No que ya no fumabas? –sonó una voz en mi cabeza, me quede helada, mire en dirección donde estaba ese idiota pero ya no estaba, así que fui a la banca a sentarme un momento para aclarar las ideas, hace un momento estaba aquí sentado, no pudo haber desaparecido de la nada, me asegure de mirar a todos lados pero no estaba, puse las manos en mi cabeza y me agache para aplastar el cigarrillo contra el suelo
-Yo estaba ahí –dice una voz conocida al frente mío, levanté la cabeza rápidamente
-Como lo haces?
-Hacer qué? –dice mientras hace una mueca de desentendido
-No te hagas -digo parándome
-No sé de qué estás hablando, te sientes bien?
-Si sabes de que estoy hablando y estoy bien –digo ya alertándome
-No que no te drogabas? –dice acercándose a mí, tenerlo tan cerca me aterra
-No estoy drogada –digo apartándome
-Entonces estas desorientada
-Noo, yo sé lo que digo, pero para recordártelo, tú estabas aquí hace un momento, te ignore pero escuche un voz en mi cabeza y te mire nuevamente pero ya no estabas
-Así que escuchas voces en tu cabeza, sufres de paranoia o eres esquizofrénica?
-NOO, ME SIENTO BIEN, NO SOY NINGUNA DE ESAS COSAS, TU ESTABAS AQUÍ Y LUEGO...
-Yo recién llegue –dice interrumpiéndome
-Recién admitiste que estabas aquí –digo tocándome la cabeza en signo de desesperación
-No, no es cierto –dice levantando una ceja
-Recién dijiste "Yo estaba ahí" –digo imitando su voz
-No, creo que debes ir a tu casa, ya te eh dicho que no debes estar afuera de noche, mucho menos sola- dice sonriendo, el recuerdo del chico que me siguió esa noche en la calle y que mató a los dos tipos se me vino a la mente y sus palabras exactas "Tienes que evitar salir sola, mucho menos a esta hora"
-Tú fuiste el que mato a esos tipos -digo mientras doy un paso atrás
-Y que con eso –dice poniéndose serio
-Debo irme, me das miedo
-Así que te doy miedo -dice acercándose con una sonrisa oscura
-No te acerques
-Está bien –dice mientras se aleja con las manos arriba, yo doy media vuelta en dirección a mi depa
-Como piensas entrar a tu casa si no tienes las llaves -dice mientras las agita en el aire
-Como me las quitaste?-digo irritada
-No es culpa mía que seas una loca, paranoica despistada –al ver que lo miro con seriedad responde
- Se te cayeron cuando te levantaste de la banca
-Eres un idiota -digo mientras intento quitárselas, justo cuando logro agarrar las llaves él me toma de la cintura
-Cuídate –susurra en mi oído, un escalofrió me recorre el cuerpo y lo observo marcharse.
