Capítulo Once

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Austin

Me quedo unos minutos más sentado en la bañera mientras el agua sigue cumpliendo la fantástica función de relajarme todas las partes del cuerpo. Cuando la calma absoluta se apodera de todo el lugar completamente, mi mente comienza a gritar más alto y la cabeza todavía me da asquerosas puntadas

Afortunadamente me ha perdonado (o eso creo). Sí. Me tiene que haber perdonado. Lo noté en sus ojos y en la forma en que me miraba.
Lo que le dije hace unos minutos fue absolutamente genuino: quiero largarme de aquí cuanto antes. No me importa dónde, mientras sea con él. Nunca he tenido en claro qué carrera quiero seguir, mientras que Ayden siempre ha hablado de la comunicación audiovisual con muchísimo entusiasmo, y creo que irá tras eso. Y a la par estaré yo. Allí. Con él.

Ahora que ya he superado el primer obstáculo, todavía queda uno más complicado: se que debo contarle de una vez por todas mi adicción a la cocaína y francamente estoy aterrado de volver a caer en eso; de volverme a dejar llevar. No quiero que me suceda devuelta, y él parece ser el único capaz de ayudarme.


Lo mejor va a ser agregarle un poco de productividad a mi mañana para mantener la cabeza ocupada en algo que no me estrese tanto, entonces decido limpiar el baño y luego el resto de las habitaciones.

Aunque está un poco frío, hace un día hermoso y debo aprovecharlo con un poco de música. Me dirijo hacia el ordenador de escritorio con la esperanza de saber cómo usarlo, ya que no soy muy partidario de la tecnología. Cuando la pequeña manzanita desaparece, el wallpaper me derrite por completo. Ayden ha puesto una foto mía, de esas que te sacan cuando estás distraído. Fue hace varios meses; no recuerdo en qué momento exacto la habrá tomado, pero sí el día. Parece ser en una de nuestras tantas citas en secreto.


El lado izquierdo de la pantalla está lleno de carpetas con música separadas por género, pero hay una en particular que me llama la atención porque contiene mi nombre. Pincho en ella sin poder contra la curiosidad y una lista infinita de canciones aparece delante de mis ojos. Decido irme por la primera: "Inside de lines - Mike perry" y me levanto de un salto con el corazón rebosante de alegría. El bonito ritmo de la melodía me levanta el ánimo en un segundo y comienzo con mucha energía las tareas domésticas, no sin antes prepararme una taza de café con leche y vainilla.

Si alguien me viese en este momento, creería que estoy completamente loco. Disfruto mucho de hacer el tonto cuando estoy solo. Me siento muy contento, rebosante de alegría. ¿Quién hubiese creído que alguna vez podría ponerme a trapear cómo lo estoy haciendo ahora? Haber vivido con Ayden me ha hecho aprender a ser más independiente, y eso es una de las cosas por las que estoy tan agradecido con él.

Me ha enseñado a disfrutar de lo simple, del paisaje que hay detrás de las ventanas, de un gesto o quizá de un suspiro. Me ha enseñado a querer el frío, el otoño y el invierno, y a disfrutar de una taza de té o café.

Me ha convertido en un amante del silencio, y de la calma.

Ayden

Con todo lo que ha sucedido estos últimos días, mi vida se me ha tornado muchísimo más extensa y extenuante. Estoy contento porque tengo a la persona que amo nuevamente a mi lado, pero aterrado porque lo que tengo para decir podría arrebatármelo en tan solo una fracción de segundo.
Aparco la camioneta en el lugar de siempre, con la esperanza de que Mike, el chico del estacionamiento, me salude y me cuente algún chisme del instituto. Siempre me mantuve fuera de todo tipo de cotilleo barato, pero no puedo negar que me encanta estar al tanto de todo. Aparentemente esta semana sólo ha habido una pelea entre dos chicas, pero nada grave. Lo de siempre.

Mi Casualidad Eres TúWhere stories live. Discover now